La odisea de los pasajeros de Vueling en Granada: «Cuando estaba a cinco metros del suelo, el avión despegó y nos fuimos a Málaga»
Ana García relata en primera persona lo que le tocó vivir el pasado fin de semana en dos vuelos con Barcelona de la compañía aérea filial de Iberia
álvaro lópez
Miércoles, 10 de julio 2019, 01:18
Vueling no pasa por su mejor momento en el aeropuerto de Granada. La compañía aérea de bajo coste perteneciente a Iberia, ha vuelto a ... ser protagonista estos días de diversos episodios de cancelaciones y retrasos que han afectado a vuelos con origen o destino en la ciudad de la Alhambra. Al retraso de más de 11 horas del vuelo previsto el pasado lunes hacia Barcelona, se le suman los problemas que tuvieron los pasajeros que tomaron la misma conexión durante el fin de semana.
Ana García es una de las personas que pudo vivir de primera mano todo lo sucedido con Vueling en el aeropuerto de Granada. Según relata esta pasajera, sus problemas y los de muchos otros usuarios comenzaron el pasado viernes cuando tenían que abordar el vuelo que los llevaría hasta Barcelona. Estaba previsto que el avión despegara a las once menos veinte de la noche, pero no fue así.
Precedentes
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«Cuando estábamos preparados para embarcar nos dijeron que no, que no se podía porque había habido un impacto de ave», explica Ana. «Nadie sabía si lo que nos decían era verdad o no». Comenzaba así una odisea que duraría muchas más horas porque «nos quedamos esperando en el aeropuerto hasta que un vigilante de seguridad nos confirmó que no íbamos a embarcar».
«Cuando estábamos preparados para embarcar nos dijeron que, no que no se podía porque había habido un impacto de ave»
La pasajera afectada confirma que «nadie de la compañía nos decía nada», hasta que «a la una menos cuarto de la madrugada nos dijeron que se cancelaba el vuelo, después de esperar más de dos horas sin que nadie nos dijera nada». Fruto del nerviosismo, Ana asegura que «eso hizo que la gente se enervara llamando incluso a la Guardia Civil».
«Nos aconsejaron que nos fuésemos a casa, al resto les pusieron hoteles y nos dijeron que nos pasáramos el sábado por la mañana por si se podía coger el vuelo»
Continúa su relato asegurando que «nos aconsejaron que nos fuésemos a casa, al resto les pusieron hoteles y nos dijeron que nos pasáramos el sábado por la mañana por si se podía coger el vuelo». Ana García recuerda que fue personal del aeropuerto el que les dio las claves de lo que podía estar pasando: «Nos dijeron que pusiésemos una reclamación porque lo que sucede en el aeropuerto es que cuando llegan las doce de la noche AENA ya no opera vuelos, y todo se queda cerrado».
Finalmente, tras el calvario de la noche anterior y ya el sábado, a las diez de la mañana el vuelo finalmente partió rumbo a Barcelona cubriendo el trayecto en apenas una hora. Lo que no sabían es que la mala experiencia con Vueling de muchos de los pasajeros que habían abordado ese vuelo retrasado, tendría un segundo episodio al día siguiente cuando regresaran de la capital catalana.
El vuelo de vuelta
Ya el domingo 7 de julio, Ana y su familia embarcaron en hora, pero al haber una tormenta en Barcelona, el vuelo se demoró más de sesenta minutos. En vez de salir a las ocho y media de la tarde, el avión partió de la Ciudad Condal a las diez menos cuarto. El vuelo transcurrió con normalidad hasta que llegó a Granada. A punto de tomar tierra poco antes de la medianoche, según relata esta pasajera, «cuando estaba a cinco metros del suelo, el avión inició una maniobra de ascenso y continuó volando en dirección Málaga», donde finalmente aterrizó.
«Cuando estaba a cinco metros del suelo, el avión inició una maniobra de ascenso y continuó volando en dirección Málaga» donde finalmente aterrizó
En la capital de la Costa del Sol comenzó la parte final de la odisea. Una vez en el aeropuerto Pablo Ruiz Picasso, los pasajeros procedentes de Barcelona fueron desembarcados sin que Vueling les asegurara un modo de regresar a Granada. Además, según cuenta Ana, «había pasajeros con problemas, una mujer hipertensa que necesitaba insulina y una mujer con su bebé de ocho meses que no paraba de vomitar y que pretendía llevarlo al hospital en Granada». Sostiene que solicitaron asistencia médica en el aeropuerto y que esta nunca llegó.
«Había pasajeros con problemas, una mujer hipertensa que necesitaba insulina y una mujer con su bebé de ocho meses que no paraba de vomitar y que pretendía llevarlo al hospital en Granada»
Además, Vueling, lejos de ofrecerles una solución, de acuerdo con la versión de los pasajeros, puso trabas para que estos pudiesen regresar a Granada mediante un autobús. En un principio se les aseguró que no había buses disponibles y cuando alguno de los usuarios quiso pedir el libro de reclamaciones, trabajadores de la compañía aérea negaron tal posibilidad. Finalmente, al filo de las tres de la mañana y tras llamar a la Policía y que esta no acudiera, la presión por parte de los pasajeros permitió que Vueling pusiera un autobús para llevarlos hasta Granada.
Según la compañía aérea, el Airbus A320 que debía haber aterrizado en el aeropuerto granadino no lo hizo porque se produjo «viento lateral de cola
Según la compañía aérea, el Airbus A320 que debía haber aterrizado en el aeropuerto granadino no lo hizo porque se produjo «viento lateral de cola» que comprometía la seguridad del aparato y de los pasajeros. Sin embargo, los pasajeros creen que esta explicación no es más que una excusa que les pusieron porque el aeropuerto cerraba en pocos minutos y el personal de Vueling no tenía tiempo suficiente para desembarcarlos sin que el aeródromo cerrase sus puertas a medianoche debido al retraso con el que había partido desde Barcelona.
«La operativa está funcionando bien»
Fuentes de Vueling consultadas aseguran que estos retrasos se han producido porque para la compañía «la seguridad es lo primordial». Por lo que si hay problemas meteorológicos o el aparato no se encuentra en condiciones de volar, este no lo hace. Lo que no logran explicar es si realmente hubo condiciones climáticas adversas o si el desvío a Málaga estuvo motivado porque el aeropuerto de Granada cerraba en pocos minutos.
Al tratarse de un desvío por meteorología adversa, Vueling no está obligada a compensar monetariamente a sus pasajeros
Se da la circunstancia de que, al tratarse de un desvío por meteorología adversa, Vueling no está obligada a compensar monetariamente a sus pasajeros, hecho que levanta las suspicacias entre estos. Además, la compañía saca pecho y sostiene que «la operativa está funcionando bien» y que los problemas de los últimos días se deben sobre todo al elevado tráfico aéreo propio del verano.
No aclaran si, como denunciaron los pasajeros, el personal de Vueling del aeropuerto de Málaga se negó a ofrecerles un libro de reclamaciones. En cualquier caso, aunque algunos pasajeros han elevado quejas sobre los retrasos, desvíos y cancelaciones de este fin de semana, la mayoría de ellas no serán atendidas ni tendrán derecho a indemnización al tratarse de «circunstancias extraordinarias», recogidas por las autoridades de control del tráfico aéreo en la Unión Europea.
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