La estación tendrá capacidad para diez conexiones diarias de tren a Madrid y Barcelona

La licitación del contrato fue anunciada este martes por el ministro Óscar Puente con una inversión de 5,2 millones de euros y su aprobación supone el primer paso en la eliminación de la 'cicatriz' de las vías a su paso por la ciudad. El objetivo de la iniciativa, que llega tras nueve meses de conversaciones entre las administraciones implicada, es poner fin a los problemas de conectividad que llevan décadas padeciendo los vecinos de Chana, Pajaritos, Rosaleda y Bobadilla, así como dotar a la estación de Andaluces de la capacidad necesaria para absorber el tráfico ferroviario previsto en 2030.

El modelo escogido para integrar las vías es el presentado en septiembre pasado por el ministro, que descartaba el soterramiento y abogaba por la cobertura parcial de la plataforma ferroviaria en el entorno de Camino de Ronda y la creación de varios viaductos entre Chana y Rosaleda. A esto se sumaba la ampliación de la terminal de Andaluces, la integración de la estación con su entorno y la creación de un nuevo intercambiador de autobuses en el lado que da a los Paseíllos Universitarios.

La propuesta de la que parten los pliegos, sin embargo, incorpora medidas solicitadas por el Ayuntamiento. Son, entre otras, la posibilidad de dotar de usos hoteleros y residenciales a la parcela que ahora se encuentra al otro lado de la parada del metro, la ampliación de la cobertura de las vías en Camino de Ronda, la creación de viales de acceso al nuevo intercambiador de autobuses y la apertura de nuevas conexiones entre Rosaleda y Chana y entre Chana y Pajaritos.

El foco principal de atención, sin embargo, está en Andaluces. Los pliegos permiten vislumbrar una infraestructura perfectamente preparada para acoger el volumen de viajeros que se estima que habrá en 2030, unos 8.152 al día. No obstante, el encargo realizado por Transportes es que el proyecto que se realice facilite la adaptación futura para que pueda alcanzar los 11.334 usuarios al día que se cree que pasarán por allí en 2050.

En cuanto al inmueble en sí, el ministerio no se cierra a la posibilidad de ampliarlo con una nueva edificación e, incluso, abre la puerta a que se estudie si es necesario el retranqueo o el soterramiento de las vías del metro para favorecer una futura extensión de las instalaciones a la parcela contigua. Los pliegos, no obstante, muestran una preferencia por conservar la parte histórica de Andaluces para separar los flujos de entrada y salida de viajeros y descargar así el vestíbulo. 

Sobre la ampliación, confirman la voluntad de que el nuevo espacio se configure como un mirador hacia la Alhambra y Sierra Nevada y traslade el acceso principal hacia el sur para facilitar la integración con el metro y el eje peatonal de los Paseíllos Universitarios.

En cuanto a los espacios, la terminal tendrá al menos 5.000 metros cuadrados, prácticamente el doble de superficie que tiene en la actualidad. El proyecto deberá contar con una sala de embarque de al menos 400 metros cuadrados, un tamaño que permita que se monten colas de unos 20 o 25 metros sin que esto suponga un problema para el pasaje que ocupe las zonas de espera. Además, deberá disponer de mostradores de check-in, pantallas informativas dinámicas, cajeros y elementos de publicidad.

La nueva estación tendrá un espacio de venta de unos 300 metros cuadrados como mínimo. Ahí deberán tener alojamiento al menos tres operadoras con habitáculos diáfanos que faciliten su adaptación en caso de necesidad. Asimismo, se habilitará un espacio ADIF, que es una zona de uso mixto como la que ya existe en estaciones como Santa Justa. Albergará oficinas para los empleados con servicios como videowall y áreas para atender al público.

El proyecto debe complementarse con otras zonas habilitados, como un espacio de espera preferente, áreas de atención para empresas ferroviarias y una sala de autoridades que se condiciona a la decisión de la adjudicataria. Además, la nueva estación debe tener en cuenta los futuros usos comerciales de los locales que se habiliten para lo que se ha encargado un estudio específico sobre este tema en los mismos pliegos.

La nueva estación deberá adaptarse a las necesidades de andenes que habrá en 2030. Es decir, que tendrá que tener capacidad para sostener 10 conexiones diarias con Madrid y Barcelona y 16 con otras capitales andaluzas. En cuanto a la configuración de las vías, deberá sustentar el ancho internacional que ya usan la mayoría de líneas y también el ancho ibérico que emplea el tren de Almería. 

No obstante, como reflejan los pliegos, deberá tenerse en cuenta el próximo cambio a ancho internacional de esta última conexión, una mejora que se prevé después de que terminen las obras que actualmente se están efectuando en la provincia vecina.