Colocan vallas para evitar el paso de 'okupas' al Carmen del Granaíllo, donde murió un indigente
El forjado de los alrededores del Granaíllo, situado en las faldas de la Alhambra, se ha reforzado tras el suceso
Cuando los visitantes ponen Granada como objeto de sus planes de viaje, el paseo de los Tristes y sus impresionantes vistas de la Alhambra son ... un punto clave en su mapa turístico que no se pueden perder antes de volver a sus hogares. Pero desde el pasado 26 de junio, cuando pasean por este concurrido enclave, al llegar a la altura del Carmen del Granaíllo, sus ojos se topan con una extraña estampa: ensuciando la hermosa visión se encuentra un cordón policial que rodea parte del terreno situado junto al Centro Municipal de Arte Joven del Rey Chico. El asombro que les despierta esta visión sería aún mayor si descubriesen a qué se debe esta novedad, pues se colocó allí tras fallecimiento de un indigente que murió por el golpe de un objeto contundente que alguien le propinó y que se produjo un día después de que la chabola en la que vivía fuera quemada de forma intencionada.
Para erradicar la presencia de campistas en esta parcela de titularidad municipal y salvaguardar el entorno, se ha levantado una valla reforzada con candados que impide su paso al público. Días antes de este suceso que conmocionó a los vecinos de la zona y que puso sobre la mesa la necesidad de controlar la ladera del Darro, este lugar que ayer se encontraba desierto estaba separado del resto de la civilización por un vallado que estaba tirado en parte en el suelo y que podía ser facilmente traspasado.
Además, para llevar a cabo las actuaciones pertinentes, los agentes que se desplazaron al lugar de los hechos para intentar esclarecer el suceso cortaron la parte de la valla que aún estaba en pie y la sostuvieron con troncos de madera para poder sacar el cuerpo del joven. Ahora, se ha instalado un forjado más resistente y alto que el que ya existía y se han colocado candados en sus puertas metálicas para disuadir a curiosos y 'okupas'.
Tal y como explicaron fuentes de la Policía Local, esta valla se levantó «pocos días» después del fallecimiento de este varón de 35 años para impedir que el campamento se volviera a levantar. Este forjado no solo se ha levantado en el acceso al terreno desde el centro municipal del Rey Chico, sino que también se puede vislumbrar en la entrada del Carmen del Granaíllo para que no haya ningún resquicio libre. La única parte de terreno desprovista de vallado es la que colinda con el río, pero se trata de un muro de varios metros de altura que discurren entre el terreno y el río, lo que hace imposible el acceso.
Un policía local fue quien descubrió un día después del incendio de la chabola el cadáver del joven. Se dirigía al entorno para evaluar los daños provocados por el fuego cuando se encontró al indigente tumbado bocabajo en un colchón y en medio de un importante charco de sangre. Casualmente, la persona sospechosa del crimen, de la que el fallecido dijo que temía que fuera el autor del fuego porque lo tenía amenazado, no se encontraba. Finalmente, este hombre fue detenido para ser, posteriormente, puesto en libertad por falta de pruebas.
Dos semanas después del crimen, no había ni rastro de los indigentes que algún día pasaron sus días en este páramo. Los colchones han desaparecido, las pertenencias de cada uno de ellos han sido retiradas del lugar. Finalmente, los 'okupas' han dejado la zona. Las vallas han logrado su fin.
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