La escuela que salió del barro gracias a Johnny Depp
La sociedad musical de Massanassa arrasada por la dana que recibirá 75.000 dólares del protagonista de 'Piratas del Caribe' ve la luz tras perder más de 200.000 euros en instrumentos
Rosana Ferrando
Valencia
Viernes, 31 de octubre 2025, 09:51
El Centro Musical de Massanassa (CIMM) fue la sociedad musical que más efectos negativos sufrió con la barrancada del 29-O. El local donde se ... situaba la escuela de música, el local social y las salas de ensayo para las dos bandas asociadas quedó totalmente inundado ya que estaba en un sótano. El agua permaneció dentro de las paredes durante una semana, lo que destruyó instrumentos, el valioso archivo y el material acumulado durante 4 décadas. A pesar del desastre, la comunidad musical no ha permitido que el agua les frenara. Pronto encontraron alternativas para los ensayos, pero estas no pueden ser las definitivas. Para poder echar raíces de nuevo y empezar a contar una nueva historia necesitaban fondos para renovar todo lo perdido. Sus pérdidas únicamente en instrumentos se estiman por encima de los 200.000 euros. A ello hay que sumarle el material como atriles, partituras, impresoras y el local en sí. La luz ha empezado a asomar gracias a Johnny Depp, el actor de renombre que ha donado 75.000 dólares.
El capitán Jack Sparrow se encontraba en Sevilla cuando sucedió la dana en Valencia. «Quedó muy afectado con la situación», explica Juan Luis Hortelano, el intermediario que ha permitido que el CIMM y los administrativos de Depp gestionaran la ayuda. Su solidaridad cruzará las fronteras en pocos días, cuando la transferencia llegue a la sociedad musical.
Johnny tenía claro que quería dar fondos a una causa educativa o musical. Esa era su premisa. Mediante la iniciativa 'Adopta un Colegio' que impulsó Startup Valencia, cuyo presidente es Juan Luis Hortelano, unieron las ganas de ayudar del actor y músico americano con las necesidades del centro más afectado.
Durante tres meses, una empresa estadounidense gestionó la auditoría necesaria para justificar el destino del dinero, de manera que se asegurase la transparencia del proceso. «En Estados Unidos es muy complicado dar dinero», explica Juan Luis. La noticia de que todo se había completado correctamente llegó, precisamente, el día del aniversario de la riada, como si el cierre de un ciclo diera paso a la esperanza, según publica Las Provincias.
La donación proveniente del otro lado del charco no ha sido la única que ha hecho resurgir a los músicos massanassos. Muchos compañeros de profesión de la Comunitat se volcaron con la causa. La Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana gestionó las donaciones y gracias a ello han recuperado casi todo el material perdido. El puerto de Valencia también ha sido uno de los involucrados en la recuperación. Donó una tarima de director que aún no han tenido la ocasión de estrenar.
Plácido Domingo, el cantante y director de orquesta, ha sido otro de los personajes solidarios que han levantado los ánimos. Ya hizo una pequeña donación el pasado marzo a través de su fundación. No obstante, se prevé otra en los próximos meses.
Todo se perdió a las 19.10 horas del 29 de octubre de 2024. Conservan el reloj colgado en la pared del sótano las manecillas paradas marcando esa hora. «Por suerte, no había nadie en el interior, si no no lo habría contado» dice Jesús Mateo Hidalgo, el presidente del Centro Instructivo y Musical de Massanassa. Cada socio tenía su historia personal, por lo que nadie podía acercase a valorar la situación los días siguientes. Los únicos instrumentos que se han restaurado han sido un campagnolo, una tuba y un saxofón barítono. Una de las pérdidas más graves fue un juego de timbales de 70.000 euros.
Hoy el CIMM cuenta con un nuevo local desde hace tres meses, pero no todo es perfecto. La planta baja que han adquirido está divida en dos estancias. Una de ellas sigue con las paredes llenas de barro y, por lo tanto, inutilizable. «Lo que ves ahora se considera limpio» cuenta el presidente, refiriéndose al nuevo espacio. Aún queda mucho por delante para poder estrenar su nueva «casa». «Hay que limpiar y dividir el espacio en salas. También se tiene que insonorizar y eso no te imaginas cuánto vale», cuenta. No obstante, el primer paso para empezar de nuevo ya está dado.
El antiguo dueño de la planta baja que ahora ha comprado el CIMM es el padre de un oboísta de la filarmónica de Barcelona que empezó en la banda de Massanassa. Su cariño por la sociedad de músicos ha influido en el precio final de forma que fue una adquisición asequible. «Nos recorrimos todo el pueblo para encontrar un nuevo sitio y no hay nada», añade Mateo. El Centro Instructivo y Musical tiene 500 socios, de los cuales 100 son músicos divididos en la 'Banda Gran' i la 'Banda Jove'.
Mientras ponen a punto el nuevo edificio, la escuela de música se ha reubicado en la iglesia y los ensayos en el Auditorio Salvador Seguí de Massanassa. Ambas infraestructuras estuvieron afectadas también por el lodo pero están utilizables. En el caso del auditorio, utilizan el patio de butacas para practicar porque en el escenario cayó una pantalla cortafuegos que aún no han podido retirar.
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