Segundo asesinato machista en tres meses en la provincia de Granada tras un 2018 negro

2018, en cambio, fue un año negro. Granada acumuló hasta cinco casos de asesinatos machistas, situándose a la cabeza en la lista nacional de este tipo de casos.

Un hombre mató a su pareja de 40 años con un arma de fuego y luego se quitó la vida en La Zubia. Fuentes de la Guardia Civil confirmaron que fue el hijo, mayor de edad, el que descubrió los cadáveres. El del marido presentaba un solo disparo de la misma pistola en torno a la sien.

Antonio, de 73 años, fue detenido tras confesar que había matado a su mujer, María del Pilar Cabrerizo López, de 57. Pilar y su marido convivían desde hace «unos diez años», según relataron los vecinos de la mujer asesinada a IDEAL. Los vecinos no habían percibido ninguna fisura en su relación: «Se llevaban como niños, cogidos de la mano y dándose besos por la calle», aseguraba una vecina.

Mar, de 21 años, recibió un disparo mortal de escopeta en la cara a manos de su novio, José Miguel, de 24, en un campo de tiro de Las Gabias. «La engañó para llevársela allí y matarla, sabiendo que había cortado (la relación) con él», explicó la madre, que mostró su «convencimiento personal y profundo» de que su hija fue «asesinada con premeditación y alevosía».

Josefa murió tras recibir dos tiros de revólver a corta distancia a manos de su expareja. La víctima pasó varias horas en estado crítico. Pepa, como la conocían sus vecinos, logró aferrarse a la vida después de recibir el impacto de una bala en la cabeza y otra en el estómago.

Un hombre de 38 años fue detenido tras matar supuestamente a puñaladas, a la que era su pareja, Leyre González Justo, de 21 años. El homicidio se registró durante la noche y con un arma blanca. Tras apuñarla, el sujeto metió el cuerpo de la joven en un coche y lo trasladó hasta el centro de salud, donde lo abandonó para salir huyendo.

Un hombre de 49 años mató presuntamente a puñaladas a su expareja, Nuria Alonso, de 39, en su vivienda de Maracena. Vecinos que se encontraban desayunando en un bar cercano oyeron gritos pidiendo auxilio y, de pronto, el silencio. Ambos tenían un hijo en común de 11 años y él tenía más con otra mujer.