El primer borrador del Plan Albaicín, previsto para 2020 después de 13 años de trámites
El Ayuntamiento se marca este año como objetivo para aprobar la primera versión del documento que sustituirá al vigente, de 1990
El primer borrador del Plan Especial de Protección y Catálogo de los Sectores Albaicín-Sacromonte estará cerrado en 2020, después de 13 años de trámites. ... Al menos, ese es el objetivo que se marca el área de Urbanismo, que trabaja de forma «muy activa» en esta primera versión del documento. Una vez aprobado definitivamente –algo que se demorará algo más–, sustituirá al plan vigente, que se oficializó en 1990.
La trayectoria del dossier que guiará el futuro urbanístico de ambos barrios no sigue una línea recta: está salpicada de vericuetos administrativos y callejones sin salida. El Plan Albaicín se aprobó hace ahora tres décadas. Se encargó en 1988 al equipo dirigido por el arquitecto Santiago Rodríguez Gimeno y se le dio vigencia un año más tarde. Estaba llamado a ser el revulsivo para un distrito que vivía sumido en el abandono, con una población menguante y envejecida. Y, como añadido, debía contribuir a la declaración de esta zona como Patrimonio Mundial de la Unesco.
Abría la puerta a intervenciones en bienes de interés cultural, restauraciones, reformas o nuevas construcciones que mantuvieran el aspecto tradicional de las casas del barrio. Marcaba las pautas para la publicidad en las calles de los establecimientos, el aspecto de las fachadas. Y anticipaba la rehabilitación de las murallas, el cerro de San Miguel o los entornos de Zenete y San Juan de los Reyes.
Estaba enfocado a la actuación pública, inversiones viables en los 90 y la primera década del nuevo milenio, pero inconcebibles en la actualidad. Muchas de ellas nunca se llegaron a materializar. El Plan Centro, en cambio, sí se 'inclinó' hacia el desarrollo privado.
En el año 2001 llegó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). «El Ayuntamiento de Granada, coincidiendo con la entrada en vigor del presente Plan General, iniciará los trámites para revisar el Plan Especial de Protección y Reforma Interior Albaicín y el Plan Especial Alhambra, y para redactar el Plan Especial de Protección y Reforma Interior Sacromonte adaptándolos a las determinaciones del presente Plan General», anunciaba.
No había plazo obligatorio para ello pero, en urbanismo, 10 años de demora bastan para que un instrumento de este tipo quede obsoleto. No hubo grandes novedades hasta 2007, cuando en mandato del Partido Popular hubo una intentona de emprender el nuevo plan. Se encargó el estudio al mismo arquitecto que sacó adelante el proyecto de 1990, pero se rescindió el contrato y en 2014 terminó archivándose. El equipo de gobierno esgrimió que llevaba cinco años esperando el visto bueno de la Junta de Andalucía. Según fuentes municipales, los documentos quedaron dispersos, en papel –sin el indispensable soporte informático– y mal catalogados.
Tras el cambio de gobierno municipal –en 2016–, los técnicos se pusieron manos a la obra para recomponer el trabajo ya hecho e iniciar la redacción del plan, en este caso, de la mano de la Junta de Andalucía desde un primer momento. Entre las premisas, limitar los apartamentos turísticos que asfixian –así lo denuncian sus vecinos– a un barrio en el que cada vez hay más visitantes y menos residentes.
En marzo de 2019 se publicó el avance del plan. Este, así figura en su introducción, recoge los trabajos relativos a cuestiones «estrictamente urbanísticas» en el presente, tanto a nivel de información del estado actual como de «propuesta de objetivos, criterios y estrategias generales, que deberán desarrollarse en el documento de plan especial».
El Ayuntamiento, asegura el concejal de Urbanismo, Luis González, trabaja de forma «muy activa» en el plan redactor. Tras la publicación del avance, se están recibiendo aún alegaciones a las que se contesta a través de un correo electrónico habilitado por Urbanismo y que gestionan los técnicos encargados de la redacción. González destaca «la importancia que va a suponer la aprobación de este Pepri para adecuar el desarrollo urbanístico y la planificación del Albaicín».
El exconcejal responsable de Urbanismo, el socialista Miguel Ángel Fernández Madrid, asegura que el plazo de alegaciones «era de tres meses y han pasado ya seis». En ellos, critica, al equipo de gobierno «no se le ha ocurrido abrir un debate sobre la continuidad del plan». «Están muy ocupados en los presupuestos, pero no les importa el Albaicín», añade.
Una vez que los técnicos incluyan o desestimen las alegaciones al avance seguirán los trabajos para llegar a un borrador inicial del plan. Hay un primer horizonte para esta 'guía' que señalará el camino a seguir en materia urbanística –y, al fin y al cabo, el futuro de la vida en el barrio– en este año 2020. Los trámites para su aprobación definitiva, 13 años después de la última intentona, se alargarán más allá de este ejercicio.
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