Granada CF - Ceuta | La crónica
Otro frenazo al Granada en Los CármenesEl equipo no pasa del empate en casa ante un Ceuta al que le da vida un error de Luca y una mala segunda parte
Frenazo al Granada en su estadio tras una primera parte primorosa, en la que mereció golear. La cerró con una pifia bajo palos de Luca ... Zidane, devuelto al tapete en un campo donde no luce. No recobraron el hilo los rojiblancos en la segunda mitad, precipitados como pocos días, derrochando posesiones ante un Ceuta agazapado hasta el descanso, pero resuelto después, contento de la torpeza de los anfitriones.
Este equipo, su trayectoria lo confirma, es de poco gol. Si se adelanta, se convierte en fundamental proteger su renta. Vivía tranquilo durante un magisterio inicial estupendo, pero no contaban con la carencia de firmeza de su cancerbero. No tuvo más meteduras de pata, pero fue lo suficientemente lesiva. Nadie encontró la brújula y el fuelle cayó sin reacción en ataque, todos a trompicones.
Granada CF
Luca Zidane; Oscar Naasei (Pau Casadesús, m. 57), Manu Lama, Loïc Williams, Diallo; Rubén Alcaraz (Manu Trigueros, m. 74), Pedro Alemañ (Gagnidze, m. 83), Álex Sola, Souleymane Faye; Arnaiz (Moha Bouldini, m. 83); y Jorge Pascual.
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AD Ceuta
Vallejo; Aisar (Salvi Sánchez, m. 93), Carlos Hernández, Diego González, Matos; Yann Bodiger, Rubén Díez (Youness, m. 87), Cristian Rodríguez (Josema, m. 93); Konrad de la Fuente (Kuki Zalazar, m. 78), Kone (Redru, m. 93) y Marcos Fernández.
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GOLES: 1-0, m. 19: Pedro Alemañ; 1-1, m. 40: Cristian Rodríguez, de libre directo.
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ÁRBITRO: Carlos Muñiz Muñoz (comité aragonés). Amonestó a los locales Alemañ (m. 34) y Oscar Naasei (m. 39); y a los visitantes Marcos Fernández (m. 62) y Bodiger (m. 68).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 17 de LaLiga Hypermotion, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 13.478 espectadores.
Un proceso gripal sacó a Sergio Ruiz de la foto inicial, confirmó el club antes de comenzar. Rubén Alcaraz repitió en el centro del campo. No hubo explicación previa para la titularidad de Luca Zidane, quizás porque Ander Astralaga no estaba al 100%. El caso es que el movimiento en el arco se convirtió en decisivo.
El Ceuta sacó de centro y enhebró una jugada eléctrica con tiro final del exrojiblanco Bodiger. No marcó la tónica del primer tiempo, pues el Granada se adueñó de casi todos los acontecimientos. Los visitantes no presionaban la salida de balón de los anfitriones, que sí hostigaban. Lama se anticipó en un quite y permitió que Arnaiz se colara por primera vez a través del pasillo central, sufriendo una zancadilla que no se pitó.
El talaverano tuvo una opción más clara tras un eslalon de Álex Sola, aventurero por naturaleza. Invadió el área contraria y se la tocó a Arnaiz, quien quiso asegurar pero no contaba con la pierna estirada del lateral Aisar. Tampoco tuvo finura para concluir acto seguido con la zurda, después de una recuperación de Faye.
Sola probó de lejos y hubo unos minutos de desconcierto posteriores por una atención médica en un fondo por la que el partido no se detuvo, cosa que hizo cabrear a parte de los aficionados. El seguidor fue retirado en camilla y el partido prosiguió con continuas llegadas rojiblancas. Una concluyó en la red, pero en fuera de juego de Jorge Pascual.
Sola buscaba una y otra vez a Arnaiz, bastante obtuso en sus intervenciones. En una, pretendió una dejada de espuela que se le hizo despeje para atrás. El mediapunta no paraba de lamentarse hasta que llegó un fogonazo. Pascual apretó al contrario y la pelota salió despedida mal por el Ceuta. Faye la pescó y repartió hacia Alemañ, que maniobró como un genio. Se giró como en una ruleta con un delicioso control orientado con la derecha, penetró con decisión y soltó la zurda para ajustar el esférico a un rincón de la meta. Cuarta diana del valenciano, que es un llegador fantástico y un buen metrónomo para el conjunto.
Arnaiz quiso desquitarse de sus fallos con un chut de falta que peinó Alcaraz ligeramente fuera, pero estaba en posición antirreglamentaria. Faye protagonizó un zigzag espléndido, con final abortado por Vallejo prácticamente a bocajarro.
Seguía peleado Arnaiz con la pelota cuando en una de las pocas veces que el Ceuta llegó a las inmediaciones de Luca Zidane, Oscar se precipitó con una falta lateral. Cristian se perfiló desde una orientación muy escorada. Chutó fuerte, pero centrado, en teoría factible de detener para el portero, pero al francoargelino le pasó el balón entre las manos por encima de su cabeza, una cantada sin paliativos por más que se quejara del movimiento de Pascual en la trayectoria. Cierta parte del respetable retomó los silbidos que ya sufrió en otras comparecencias anteriores a su suplencia.
El 1-1, inmerecido en el cómputo global, puso algo nervioso al Granada, aunque logró acabar el primer acto atacando en campo enemigo.
El Ceuta se asomó a la segunda mitad con algo más de gallardía. Oscar se enredó en una salida y Rubén Díez logró chutar desde la corona, con una buena respuesta voladora de Luca en esta ocasión. Seguidamente, en la continuación del córner, Diego González peinó la pelota en sus mismos morros, pero le libró de más penurias el larguero. Más dudas en el de los guantes.
El encuentro era pura anarquía y hasta hubo una segunda atención médica en grada para mayor preocupación de los hinchas más cercanos. Pacheta, mientras, buscó filo con Pau Casadesús por Oscar, pero todo seguía empantanado. El Ceuta se recreaba en cada parón y exageraba para dejar pasar el tiempo sin incidencias.
Arnaiz fastidió otro mano a mano en un contragolpe, aunque de nuevo debió arrancar tarde porque la oportunidad también se invalidó. Se precipitaban los rojiblancos sin cesar, les costaba trenzar más de cuatro pases. Por ello, Pacheta acudió a Trigueros. Pascual, bastante desapercibido, intentó un lanzamiento que se fue alto. Una aparición aislada, todos en la escuadra continuaban incómodos.
Quedó el último turno para Gagnidze y Bouldini. La afición ceutí hasta coreó «olés» ante una secuencia de los suyos mientras los rojiblancos les perseguían. Bouldini se quejó, con razón, de un agarrón en el área, pero el árbitro puso el listón muy alto. Nada quedó para aliviarse. Otro tren que pasa por la estación sin que el Granada se mueva del apeadero.
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