La niña de un pueblo de Granada que comenzó a guardar vacas y borregos en la sierra a los diez años
Isabel Murcia Manzano, nacida en Mecina Bombarón, se dedicó al campo desde corta edad y cuando contrajo matrimonio emigró con su marido Urbano Romera a Alemania, para poder prosperar, trabajando durante 22 años en una lavandería y residencia de ancianos y su esposo en una fábrica
Una vecina muy querida y respetada en su pueblo de Mecina Bombarón y en otros lugares, Isabel Murcia Manzano, de 73 años de edad, comenzó ... a trabajar en el campo con tan solo 10 años de edad para ayudar a su familia. Su padre se llamaba Manuel y su madre Remedios. Este matrimonio tuvo 7 hijos, 3 de ellos ya no se encuentran en este mundo. Isabel cuidó animales en su finca de alta montaña situada en el paraje de 'Prados del Postero'. En su cortijo había mulos, vacas, marranos, ovejas, borregos y gallinas. En su terreno cosechaban de todo. En 1972. Isabel, contrajo matrimonio con Urbano Romera Mellado (ya fallecido). Los dos se marcharon a Alemania para poder prosperar. Él trabajó en una fábrica de andamios y pinturas y ella en una lavandería y una residencia de ancianos. Al poco tiempo vinieron al mundo dos hijos. En Alemania estuvieron 22 años. Casi todos los veranos regresaban a Mecina Bombarón de vacaciones. Isabel pertenece a la Asociación de Mujeres 'El Castañar' desde hace 30 años.
Isabel Murcia, que adora también a su nieta y nieto, no para quieta, es muy activa e inteligente y mayordoma de la Fiestas de San Miguel, cuando le toca serlo. También ayuda en la iglesia y participa en otras actividades sin ánimo de lucro. A ella le encanta bailar y acudir al gimnasio para mantenerse en forma. Isabel ha conocido Mecina Bombarón con más habitantes, tiendas y tabernas, y cuando las mujeres tenían que lavar la ropa en el río o en las fuentes porque carecían de agua potable en sus moradas. Tampoco existía el butano y la comida se hacía en la lumbre de la chimenea alimentada con leña. También existían carpinteros, molinos y una casa cuartel de la Guardia Civil. La Navidad de antes se vivía en Mecina Bombarón y otros lugares con menos lujos pero con mucha unión familiar. Los niños cantaban muchos villancicos por las calles. La cena de Noche Vieja era algo más especial. Isabel pudo aprender a leer, escribir y hacer cuentas por la noche, en inverno, cuando su familia regresaba a su casa y dejaba el cortijo, con una mujer que se llamaba Filomena que murió con casi un siglo de vida. Ella cobraba casi nada por su trabajo.
Isabel, la entrañable Isabel, mientras realizaba el pastoreo, se dedicaba también a bordar sábanas y mantelerías para el ajuar, para cuando tuviera novio y llegase el día de la boda. La enseñó a bordar Soledad, la sobrina del cura de entonces. Desde un principio se le dio muy bien la costura y la cocina. Sus sueños se convirtieron en realidad. Isabel es una mujer muy trabajadora con una enorme capacidad para alcanzar sus metas. Ella ha sido capaz de sobreponerse a la adversidad. Su terruño le encanta. Su vida, desde corta edad, ha estado ligada al trabajo por necesidad económica. Ella demostró una gran capacidad para enfrentar dificultades y adaptarse a los cambios. Su vida, desde una edad temprana se forjó primero en el campo alpujarreño. Años después, se enfrentó a otros desafíos en Alemania para, junto con su recordado esposo de alma, mejorar su calidad de vida y la de su familia.
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