«Teníamos la obligación de recuperar el Elorrieta: es historia de Sierra Nevada»
Veterinario de formación, el director del Espacio Natural defiende el diálogo para implantar en la montaña un modelo de desarrollo sostenible que preserve la naturaleza sin impedir la actividad humana
Inés Gallastegui
Granada
Lunes, 13 de octubre 2025
Francisco de Asís Muñoz Collado cumplió el mes pasado seis años al frente del Espacio Natural Sierra Nevada. Licenciado en Veterinaria por la Universidad de ... Córdoba y Máster en Nutrición por la de Granada, defiende en esta entrevista las polémicas obras de rehabilitación del refugio Elorrieta, que están a punto de terminar, pero habla también de la estación de esquí, de los planes de conservación de especies o de la política forestal, y defiende el diálogo para fijar un modelo de desarrollo sostenible que haga compatible la conservación de la naturaleza y la actividad humana.
–La que se ha liado con el Elorrieta. ¿Se lo esperaba?
–Sabíamos que había algunos algunas personas que no estaban muy de acuerdo con que se rehabilitara. La Federación Andaluza de Montaña (FAM), después de haberlo gestionado durante 30 años, adoptó el criterio de no promover refugios a más de 3.000 metros en las cumbres. Pero tampoco era el caso, porque no se trata de promover un refugio nuevo, sino de recuperar una instalación histórica que está catalogada y protegida por la Ley de Patrimonio Andaluz. Hemos tenido reuniones con ellos y hemos llegado a un punto de acuerdo. Se trata de recuperar un poco de la historia de Sierra Nevada. Teníamos la obligación de conservarlo.
–La decisión del parque ha sido aplaudida, en general, por Acción Sierra Nevada, la plataforma que reunió 10.000 firmas de apoyo a la recuperación del Elorrieta. ¿Se siente respaldado?
–Sí, creo que la decisión tiene más respaldo que críticas. Creo que no hay que oponerse a conservar la huella de la historia, sea más reciente o más antigua. Sierra Nevada es un parque que está muy antropizado: son 60 municipios y más de 100.000 personas, una población que a lo largo de los siglos ha crecido en esas montañas y ha vivido del parque y con el parque, que ha utilizado sus recursos, lo que ahora llamamos los servicios ecosistémicos: el agua, el pasto, la madera... Toda esa actividad económica ha generado, como es lógico, mucha huella, lo que ahora conocemos como el desarrollo sostenible. Lógicamente en la zona del Parque Nacional hay un modelo más extremo de conservación, pero en todo el resto, en el Parque Natural y la Reserva de la Biosfera, lo que buscamos es el desarrollo sostenible.
–Algunos críticos se olvidan de que el refugio está allí desde 1932 y se estaba cayendo, dando una imagen de deterioro. Otros hablan de las obras como si se fuera a construir un hotel a 3.187 metros de altitud... Pero no es ese el uso que se le va a dar, ¿no?
–Nada de eso. Se va a mantener el mismo uso que ha tenido hasta ahora, pero dignificado. La galería y todas las zonas de mayor superficie del refugio van a estar cerradas. Habrá una zona para materiales de los servicios de emergencia que estará cerrada y luego un pequeña zona de albergue que no será muy distinta a lo que pueda ser un refugio vivac, para quien pueda tener un problema en una travesía. Es un sendero que se utiliza con bastante frecuencia para ir o volver del pico del Caballo y en Sierra Nevada la climatología puede cambiar en media hora: es una infraestructura que en un momento dado puede servir de abrigo para asegurar la vida, como lo puede ser un aprisco de ganado.
–También existe el temor de que aquello se convierta en un destino de montañeros poco preparados y que eso aumente los accidentes.
–Sierra Nevada es una montaña peligrosa, no tanto en la zona del Elorrieta como el Corral del Veleta o el Mulhacén. Son zonas muy recorridas por gente más experta y menos experta, y en ocasiones requieren un rescate por parte de la Guardia Civil. Ahora ya hay excursiones que tienen por destino el Elorrieta, incluso organizadas por la FAM. Es una zona muy bonita con unas vistas espectaculares de la montaña y de los valles, tanto de la cara sur como de la cara norte de Sierra Nevada.
–Ecologistas en Acción denunció que la decisión de rehabilitar el refugio se tomó en contra del consejo de participación del parque. ¿Es cierto?
–El tema se ha tratado en el consejo de participación y en distintas comisiones al menos siete veces. El consejo aprobó el proyecto de rehabilitación de quince infraestructuras, a reserva de que el tema del Elorrieta se tratara expresamente en una reunión con la Federación de Montaña, y eso es lo que hicimos. Vinieron dos representantes de Granada y un especialista suyo de Zaragoza, e invitamos también al profesor Antonio Castillo, como gran conocedor de Sierra Nevada. La Delegación de Cultura nos dijo que teníamos la obligación de rehabilitarlo y evitar su degradación, por ser una infraestructura catalogada como patrimonio histórico de Andalucía y protegida por las normas de planeamiento del Barranco del Poqueira. Con todo eso, planteamos actuaciones de conservación sin ninguna innovación. La FAM entendía que se llevaran a cabo los trabajos de conservación de la edificación y nos pedía que no se utilizara como refugio deportivo. Ese compromiso lo hemos asumido y no lo vamos a ofertar como refugio deportivo.
«Cuando llegué, el parque intentaba pillar a la estación y la estación, engañar al parque. Ahora hay comunicación y las relaciones son magníficas»
–¿Cuándo terminan las obras?
–Parece que hoy (por el viernes) ha caído algo de nieve y puede que haya dificultado el acceso de los trabajadores. Le queda más o menos una semana. Habrá que hacer otro vuelo de helicóptero para sacar residuos de obra. La bajada de temperaturas complica las obras porque el hormigón no fragua, etcétera. Nos ha pasado también en el Refugio del Poqueira, que se ha alargado un poco más de lo deseable. En el resto ya han terminado las obras. Empezamos por lo que están a más altitud, y quedan tres o cuatro, entre ellos la Cucaracha.
–Las relaciones entre el Parque Natural y la estación de esquí han pasado históricamente por momentos de tensión. ¿Cómo están ahora mismo?
–Magníficamente bien. La verdad es que cuando yo llegué me encontré en una situación en la que el parque estaba a ver cómo pillaba a la estación y la estación, a ver cómo engañaba el parque. Nos sentamos con el nuevo consejero delegado de Cetursa (Jesús Ibáñez) y dijimos: «Esto no puede ser así». Tenemos que sentarnos previamente, nosotros y los técnicos, para estudiar lo que se va a hacer en la estación, planificar actuaciones que puedan afectar al espacio natural y aquilatar los proyectos, cosa que no se estaba haciendo, creo. Y en esa línea estamos, trabajando de la mano. Las comunicaciones son directas y frecuentes. Cetursa ha sido sensible y ha dado un paso importante, que es crear un equipo potente dedicado a la conservación y a los trabajos de naturalización de la estación, y una comisión de sostenibilidad en el seno del consejo de administración, en la que estamos el delegado territorial de Sostenibilidad y yo junto con el equipo de Cetursa. Todo ello teniendo en cuenta que es una estación de esquí, una zona antropizada, y tiene que seguir prestando sus servicios.
–Hay grupos que ecologistas que acusan a la estación de gastar demasiada agua en la producción de nieve en un momento de sequía y Cetursa insiste en que el consumo se ajusta a la concesión de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y que la nieve se derrite en primavera y vuelve al cauce. ¿Qué opina?
–Es la CHG la que interviene en cuanto a la concesión de agua, autoriza las balsas, etcétera. Nuestra obligación es garantizar que los cauces de los ríos vayan adecuadamente y eso está mejorando, también por la depuración de agua. Ahora hay una próxima inversión para mejorar la estación depuradora de aguas residuales de Pradollano y una agrupación de vertidos en el Barranco del Poqueira por parte de la Consejería de Agricultura. Al final, todas esas infraestructuras mejoran la calidad del agua de nuestros ríos.
«Los veterinarios tenemos una visión holística gracias al concepto One Health, que pone en relación al hombre, los animales y la naturaleza»
–Cada cierto tiempo reaparece en los medios el proyecto del teleférico entre Granada y Sierra Nevada. ¿Tiene alguna noticia?
–Aquí no ha llegado nada. Y como es lógico, si ese proyecto se llevara a cabo tendría que pedir autorización al parque.
–Como veterinario, supongo que uno de los aspectos que más le atrae de la gestión del parque es la protección de la fauna.
–Una precisión: los veterinarios tenemos una visión muy holística de los ecosistemas, porque trabajamos mucho el concepto One Health, que pone en relación al hombre, a los animales y a la naturaleza. Por esa visión conjunta, tenemos mucho que aportar en la gestión de los espacios naturales. Efectivamente, dentro de los planes de conservación está el seguimiento de ungulados. Tenemos la mayor población de cabra montés del mundo y hacemos seguimiento de la evolución de la población, sus condiciones de vida y sus patologías, como la sarna, desde hace muchos años. También de los jabalíes. El parque natural tiene sus cotos de caza, donde se caza jabalí, cabra y ciervo. En el parque nacional no se puede cazar, pero sí nos vemos en la obligación de realizar periódicamente actuaciones para el control de la población de jabalí para evitar daños en cultivos o zonas urbanas y transmisión de enfermedades en fauna silvestre y doméstica, con batidas de control en colaboración con los ayuntamientos y con las sociedades de cazadores.
–También hay proyectos de reintroducción de especies extinguidas en la zona, como el quebrantahuesos...
–Es un hito histórico. El quebrantahuesos desapareció de Sierra Nevada hace 50 años y se estaba trabajando desde hacía tiempo con la Vulture Foundation, que ha apostado por nosotros como 'hotspot' a nivel internacional. Se buscaron distintos emplazamientos para hacer la técnica del 'hacking', un nido semiartificial en un risco con medios para alimentar a los pollos. En 2024 se soltaron tres pollos, Dílar, Veleta y Sulayr, y en 2025 otros tres, Poqueira, Polarda y Aznaitín. Ha sido un éxito: ya están volando por ahí y ahora habrá que esperar tres o cuatro años a que alcancen su madurez sexual y confiar en que empiecen a reproducirse aquí. De todas formas, en los seguimientos que se hacen ya se ven de diez a quince ejemplares sobrevolando Sierra Nevada; algunos proceden de sierras cercanas como Cazorla o Castril, pero el quebrantahuesos es un gran viajero y puede ir a dar una vuelta a Pirineos y volver.
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