La mafia calabresa vuelve a esconderse en Granada atraída por el negocio de la 'maría'
Detienen en Órgiva a dos miembros del clan de la Ndrangheta 29 años después de instalarse en Granada el capo Nunzio di Falco, condenado a cadena perpetua en Italia
José Ramón Villalba y Carlos Morán
Granada
Jueves, 14 de febrero 2019, 00:59
La marihuana, de nuevo, se convierte en reclamo de organizaciones muy peligrosas que deciden asentarse en la geografía granadina huyendo de la justicia de su ... país para traficar con esta droga. La Policía Judicial de la Guardia Civil lo viene advirtiendo desde hace tiempo: «La mayor parte de la marihuana cultivada en Granada es para exportarla al exterior». Un negocio no exento de riesgos teniendo en cuenta quién o quiénes están detrás de este mercadeo.
La Policía Nacional ha detenido a dos miembros de la mafia calabresa que estaban escondidos en un cortijo de Órgiva de difícil acceso y cuya misión en España era la exportación de marihuana a Italia. Los dos arrestados, hombre y mujer, son de nacionalidad italiana y estaban reclamados por la Fiscalía Anticorrupción de Florencia (Italia). «No eran los líderes de la organización, pero sí jugaban un papel muy importante en este clan de Ndrangheta (nombre adoptado por la mafia calabresa)», apuntan desde Policía Nacional enMadrid.
El escondite elegido por ambos arrestados en La Alpujarra ha sido la cuna del cultivo de marihuana desde los años ochenta, cuando comenzaron a asentarse en la zona numerosas colonias de jipis procedentes de España y de países como Italia, Reino Unido, Alemania u Holanda, entre otros.
La mafia calabresa o Ndrangheta es una organización bastante peligrosa y que en 2008 movía más de 43.000 millones de euros en tráfico de drogas, prostitución y apuestas deportivas, según datos de Eurispes, un prestigioso instituto italiano de estudios políticos, económicos y sociales. Los expertos hablan de la mafia calabresa como la mayor organización criminal existente en Europa y que extiende sus tentáculos por América del Sur y países europeos como Alemania, España u Holanda. Después dispone de una tupida red de blanqueo de dinero montada a través de pizzerías, inmobiliarias y otros negocios donde resulta fácil lavar el dinero procedente del crimen organizado.
La presencia de la mafia calabresa en Granada no es nueva. Uno de sus capos, Nunzio di Falco, montó tres pizzerías en Granada en el año 1989. Una de ellas sigue hoy adelante pero con otros dueños que no tienen nada que ver con el fundador. El libro de Francesco Forgione 'Mafia Export' (editorial Anagrama 2010) relata cómo Di Falco vino huyendo de Italia para instalarse enGranada después de que asesinaran a su hermano Vicenzo, quien se había quedado al frente de este clan mafioso.
El relato de Forgione describe que la pizzería granadina se utilizaba como lugar de reunión de una organización criminal, que actuaba bajo las órdenes de Di Falco. Aquí se planeó el asesinato de un tal Antonio Lovine que recibió cien balazos en una cabina de teléfonos de la localidad portuguesa de Cascais, donde un mes antes habían acabado con la vida del hermano de Di Falco. Corría el año 1991. Por ese asesinato fue detenido el hijo de un lugarteniente, un empresario granadino dedicado al negocio de las tragaperras.
Otros dos miembros de la organización mafiosa dirigida por aquel entonces en España por Di Falco –el español Ricardo Ceballos Rumini y el portugués Joao Freitas Trinidade– murieron en marzo de 1994 durante un tiroteo mantenido con policías locales de Armilla cuando intentaban atracar el banco BBVA. «No supimos quiénes eran hasta mucho tiempo después», narra Francisco Cuadros, uno de los dos policías locales de Armilla que estuvieron en aquella refriega.
Un chalé en Santa Fe
La detención ahora, 29 años después, de dos nuevos miembros de la mafia calabresa en la geografía granadina devuelve a la actualidad la huella que dejó en la década de los ochenta y de los noventa esta mafia. El juez Carlos Bueren dirigió la operación Goya en 1995, con veinticinco registros en distintas provincias, el más importante en un chalé de SantaFe, donde residía Nunzio di Falco junto a su mujer e hijo. Este capo cumple cadena perpetua en una cárcel italiana en estos momentos por el asesinato de un cura italiano que en sus homilías gustaba denunciar los desmanes de la mafia.
Granada no es un escondite especial para los grupos criminales como sí lo puede ser la Costa del Sol, pero la marihuana es un reclamo importante para estas mafias, que ven un importante negocio en la compra venta del cannabis. Como muestra un ejemplo: el kilo de marihuana se compra en Granada por 1.500 euros y en un país como Italia puede duplicar o triplicar el beneficio una vez puesto en el mercado.
Tampoco es casualidad que Granada esté entre las provincias españolas donde más plantas de cannabis sativa se intervienen, aunque también es cierto que en 2018 las aprehensiones se han estancado aunque las incautaciones de plantas superaron las 120.000 solo en la demarcación de la Guardia Civil.
La operación coordinada por la Fiscalía Antimafia de Florencia (Italia) ha terminado con 25 detenidos, entre los que se encuentran los dos de Órgiva y otros dos en Jaén. Y la intervención de 200 kilos de droga.
La fiscalía ya dijo que la 'maría' es un imán para grupos criminales
La industria clandestina de la marihuana genera unos beneficios «increíbles». Por eso, el negocio del cannabis en Granada, que empezó de una forma casi casera, ha ido quedando en manos de poderosas organizaciones criminales, de mafias que mueven toneladas de droga y recaudan millones de euros, según ya ha destacado la Fiscalía Provincial de Granada en informes oficiales. En este sentido, el ministerio público ha expresado su inquietud por la existencia y persistencia de un «efecto llamada» que siga atrayendo a grupos criminales, lo que, a su vez, puede generar más brotes de violencia por la competencia entre bandas rivales. El asentamiento de presuntos mafiosos italianos en la Alpujarra demuestra que la fiscalía no exagera.
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