«Salimos vivos porque Dios lo quiso; se les encasquilló el arma»
Dos miembros de la mafia calabresa murieron en un atraco al BBVA de Armilla en 1994; uno de los policías locales que estuvo en esa actuación habla de aquel suceso
Carlos Morán y José Ramón Villalba
Granada
Jueves, 14 de febrero 2019, 00:59
Francisco Cuadros es un policía local de Armilla que el 4 de marzo de 1994 vio la muerte muy cerca después de recibir el impacto ... de una bala de un atracador que intentaba asaltar la sucursal del BBVA de Armilla en compañía de otro ladrón.Los dos asaltantes formaban parte de la organización Ndrangheta de la mafia calabresa que en España trabajaba a la orden de Nunzio di Falco, asentado en Granada desde mediados de los ochenta hasta 1997. Nadie mejor que este policía local para hablar de esta mafia.
–Cuando ustedes acudieron al atraco, ¿qué se encontraron?
–No sabíamos cuántos atracadores había. Vimos al director de la sucursal y a los clientes pegados a una pared y nos llamó bastante la atención. Mi compañero se acercó para ver qué estaba ocurriendo y en principio yo me quedé atrás. De repente salió un atracador del banco y lo encañonó, tratando de meterlo dentro de la sucursal como rehén.
–¿Lo consiguió?
–No. Se le encasquilló la pistola y mi compañero empezó a forcejear con él. Acudí en su auxilio y salió el otro atracador, quien me encañonó y me dio un balazo, que no supe que lo tenía dentro del brazo hasta que pasó un rato y me vi con sangre. Al final, quien estaba forcejeando con mi compañero murió en el tiroteo y el otro logró huir hasta Churriana de la Vega con dos balas en la espalda dentro de un coche blanco. Allí murió.
–¿Alguien les dijo quiénes eran los dos atracadores?
–A mí me sorprendió bastante que cuando me ingresaron en el hospital para curar la herida de bala me pusieron una escolta muy grande y después ya supe que eran mafiosos.
–¿Y sabe qué tipo de mafiosos eran?
–Uno era un portugués –Joao Freitas Trinidade– y me dijeron que trabajaba de mercenario dedicado al tráfico de armas. El otro era español –Ricardo Ceballos Rumini– y este nos dijeron que estaba más vinculado al propietario de una pizzería de Armilla que era de la mafia italiana (Nunzio di Falco). Un compañero me advirtió de que no sabía bien con quiénes nos habíamos cruzado en aquel atraco. Eran muy peligrosos.
–¿Se piensa algo en un momento tan crítico como ese?
–En salvar a mi compañero y en salvarme yo. Porque, la verdad, logramos salir vivos de aquel trance porque Dios lo quiso, se dieron muchas circunstancias, como que se les encasquilló el arma, que pudimos forcejear con ellos y nos pudimos defender. En esos momentos, ni me di cuenta de que me habían disparado en el brazo.
–¿Conoció la pizzería de Nuncio diFalco en Armilla?
–Sí, claro que la conocí. Abría y cerraba según le venía en gana. Tras su detención en 1995 ya cerró definitivamente, estaba ubicada en la calleSanMiguel. No solía ir mucha gente por allí.
–¿Cómo recuerda todo aquel suceso de 1994?
–Lo recuerdo como un momento muy duro.
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