Javier Imbroda: «Hemos tenido un problema de comunicación en Granada. Asumo mi responsabilidad»
«El Parque de las Ciencias va a mantener la singularidad y la autonomía en la gestión. Que nadie lo dude», asegura sobre el control financiero
Nada más sentarse, Javier Imbroda hace una inesperada declaración de granadinismo: «Granada es la tierra de mi madre, tengo un vínculo sentimental muy fuerte. ... Mi abuela vivía en el Campo de Príncipe; lo conocí cuando todavía era campo». Si no fuera por la firme determinación de no recurrir a símiles baloncestísticos, se diría que pretende colocar un tapón al entrevistador y a sus preguntas. En otro momento de la conversación, el diputado por la Costa del Sol alega de manera espontánea que Granada tiene mayor «belleza» que Málaga. Sus dos asesores dejan de mirar el móvil del sobresalto. De haber podido, habrían parado al consejero aunque fuera con una 'falta antideportiva'. Pero en esta charla no se puede emplear el recurso fácil de la canasta. Se trata de analizar las decisiones de un político que a sí mismo se reconoce «neófito», un 'rookie'. La cita se produce en el Parlamento de Andalucía el mismo día de la huelga de educación. Imbroda sabe que tendrá que responder a otras cuestiones incómodas: el abrazo al Parque de las Ciencias, la protesta de los colegios rurales, el centralismo sevillano... «Todas estas cosas me han afectado, porque no entendía qué estaba sucediendo y por qué», admite al inicio. No hay posibilidad de bloqueo. Empieza el encuentro.
–¿Cómo reacciona un consejero al que le organizan una huelga?
–Con respeto a los que han decidido hacerla. Pero que sea legítimo no quita que los datos oficiales delaten que hay mucho más ruido que realidad.
–Antes de producirse la huelga dijo que era ideológica. Tras ver la protesta en la calle, ¿lo sigue pensando?
–La educación ha sido un instrumento muy politizado, un arma entre los partidos. Vengo con la sana intención de despolitizar esto. Si se han leído el decreto, verán que no hay ningún desmantelamiento de la educación pública tal y como me acusan.
–Sanidad y educación siempre son los focos de atención de cualquier gobierno. ¿Se siente diana de la oposición?
–¿Sabe qué pasa? Yo no soy un político al uso. Me siento un poco ajeno. Lo que trato es de escuchar a la comunidad educativa. Porque en todo el sistema hay una red dual –la pública y la concertada– y tenemos que atenderla. Son nuestros niños, no los hay de primera o segunda.
–Se ha argumentado que en primera elección resulta elegida en más de un 90% de los casos la plaza que se pide. ¿Para qué cambiar entonces?
–Es que no se ha cambiado. Ese es el error. El PSOE contempló en su real decreto de 2007 el mismo punto exactamente; daba la opción a las familias a elegir entre la concertada y la pública y no pasó absolutamente nada. Nadie dijo que el PSOE estaba desmantelando la educación pública. Se han hecho algunos ajustes que demandaban las familias y los docentes. El reagrupamiento de hermanos, que los hijos de los trabajadores de los centros educativos tengan prioridad, que tengan prioridad los niños que tengan enfermedades graves, que la renta sea más progresiva... Pero solamente hay un punto donde ponemos el foco y es en este. Nos volveremos a sentar para que nos expliquen los motivos y también nosotros expresarnos bien. Tenemos dificultad para que nos escuchen.
–Ha repetido en más ocasiones que ha tenido problema con las explicaciones. Y las protestas siguen. En Granada, la primera fue la del Parque de las Ciencias. Dijo que vendría con una propuesta antes de Semana Santa para ver la forma de gestión del museo. ¿Va cumplir? ¿Sabe ya cuál será esa propuesta?
–Es la transformación de un modelo organizativo del anterior gobierno. Aplicamos el cambio normativo, que aprobó el consejo rector. Curiosamente, formado por los mismos que ahora dicen que no. Punto dos: me transmitieron los responsables su preocupación y entendí desde el primer momento la idoneidad de que el Parque mantuviera su modelo de gestión. Nos sentamos con Hacienda, que es quien marca las pautas, para ver cómo casar la autonomía con el control financiero sin que perdiera la esencia. Cuando se empieza a organizar este movimiento lo que hago es coger al consejero de Hacienda y me planto en Granada un 3 de enero para explicar lo que estamos haciendo, porque no entendíamos qué estaba sucediendo. Dicho eso, cuando terminamos ese consejo rector dije que antes de Semana Santa habrá respuesta y así va a ser.
–¿Y esa respuesta será…?
–Seguir manteniendo la autonomía en la gestión.
–¿Eso significa dejarlo todo como estaba?
–Tenemos que transformarnos en ese control financiero y contable. Llevamos dos meses donde los responsables del Parque están teniendo todo el apoyo técnico para que eso ocurra sin que afecte a la gestión.
–¿Pero eso supone mantener la singularidad con un consorcio y no con una fundación, como sugiere el director del Parque, Ernesto Páramo?
–¿Sabe qué pasa? Me sorprende la cuestión de la fundación. ¿Por qué no lo propusieron antes? Ernesto Páramo me lo planteó y se trasladó al responsable de Hacienda y lo que nos informaron fue de que no había lugar. Porque tampoco la fundación te garantiza el 100% del compromiso presupuestario de los distintos patronos. El consorcio, sí.
–Ese es un razonamiento, pero algo ha tenido que pasar cuando también se abrazaron al Parque en la protesta varios concejales del PP. Alguna duda tendrían...
–Respeto la opinión del resto, como espero que respeten la mía. Soy sensible desde el minuto uno a la singularidad del Parque de las Ciencias. Otras cuestiones son más técnicas, normativas, la necesidad de ver cómo casamos esa singularidad con esa transformación contable y financiera...
–¿Puede garantizar que, independientemente de la forma, el Parque va a mantener la autonomía, la gestión como hasta ahora, que no va a peligrar ninguna contratación, los proveedores…?
–No lo dude.
–¿Y esa será la propuesta que llevará antes de Semana Santa?
–Estoy abierto a que si me presentan alguna línea estudiarla. A día de hoy es que estaba en la normativa. El gran logro de esa transformación es que no afecte a la gestión del Parque. Tenemos que hacerlo porque así nos lo indican desde la Consejería de Hacienda. Vamos a hacerlo sin que afecte a la singularidad.
Segunda crisis
–Después vino la crisis, no sé si la reconoce como tal, de los colegios rurales. ¿Qué se hizo mal?
–Bueno, a ver, no es por no reconocerla, hubo una situación que creo que no se ha explicado bien. Mire usted, cuando digo que este gobierno apuesta por la educación pública y me encuentro una huelga donde se me acusa de que vengo a desmantelarla, el ámbito rural inmediatamente se hace más sensible. En este ámbito hemos tenido este año un descenso de escolarización de unos mil niños. Con ese descenso de natalidad hemos introducido 114 docentes. En el periodo 16-18 el PSOE cerró 327 unidades públicas en el ámbito rural y salieron 317 docentes del sistema. ¿El PSOE quería desmantelar la educación pública? Yo le contesto que no. Estoy convencido. Estas cuestiones que empezaron a surgir en Granada no fueron bien explicadas. Hemos tenido un problema de comunicación en Granada. Aquello no se explicó bien y asumo es responsabilidad.
–No se explicó porque hubo varias versiones en poco tiempo. Pensábamos que cerrar la ESO en algunos colegios era un imperativo legal y ahora resulta que no.
–Lamento mucho todo lo que ha ocurrido. Porque unir primaria con secundaria o la eliminación de los 'semides' es algo que hemos recogido de determinadas demandas de familias y docentes. No es una ocurrencia que alguien diga un día. Lo que se trasladó a todas las delegaciones territoriales fue que se analizaran este tipo de centros y las opciones. Pensábamos hacerlo en determinados ámbitos, zonas desfavorecidas, ámbito rural... Pedimos a las delegaciones que lo consultarán, que lo vieran y, una vez que tuvieran el diagnóstico, organizar una prueba piloto en los centros que cada delegación estimara. Pero, evidentemente, lo íbamos a hacer junto a la comunidad educativa. Lamento que en Granada, solo en Granada, sucediera esto. Porque las instrucciones y las directrices fueron para todas las delegaciones. Hablé con el delegado. Creo que hubo un exceso de análisis y de actuación. Y no ha sucedido en ningún sitio, nada más que nos pasó allí. Hubo un exceso a la hora de gestionar algo que estábamos analizando y seguimos analizando.
–¿Plantea que se gestionó mal por parte del delegado?
–Cometió un exceso en ese análisis.
–¿Qué significa 'exceso de análisis'?
–Mire usted, nadie dijo que había que hacer un plan de actuación. Aquí nadie se ha movido ni hemos llegado hasta ahí. No era paralizar, no se puede paralizar algo que no se activó. El hombre, con su mejor voluntad...
–Pero los cambios estaban recogidos en papel oficial...
–Los mismos borradores y correos que todas las delegaciones territoriales. Nada más. Con su mejor voluntad creyó que podíamos unir, habló con algún director, se provocó una inquietud...
–¿Fue más rápido de lo que se le pidió?
–Evidentemente. Antes de dar ese paso tenemos que sentarnos con los docentes y los padres.
«En Málaga creo que fue importante dejar de mirar a otro sitio y concentrarnos en qué podíamos hacer nosotros»
¿Centralismo sevillano?
–Por seguir el relato cronológico. Tras aquella segunda crisis, se generó una plataforma en Granada bajo el mantra del agravio comparativo. ¿Qué podía decir? ¿Se siente responsable?
–Yo la verdad es que he leído un poco algunas opiniones que han salido de esa plataforma. Se traslada a los años 80. Es una especie de compendio donde ciertos colectivos no se han sentido cómodos. Vuelvo a lo mismo, yo respeto el sentir de una ciudad como Granada. Este sentir también lo viví en Málaga, esa sensación de agravio, sin tener la belleza que tiene Granada, la monumentalidad (sonríe). En Málaga, los últimos veinte años ha habido una transformación, una apuesta cultural. Creo que fue importante dejar de mirar a otro sitio y concentrarnos en qué podemos hacer nosotros. Entiendo y respeto el sentir de un pueblo pero es perfectamente compatible con formar parte de un proyecto común. Juntos somos mucho mejores.
–En clave nacional, hay un proyecto de ley de educación, ¿cómo lo ve?
–Cuando sepa de qué va…. (ríe) Eso sí que lo han sacado del cajón. Comprobar cómo se reclama un permanente consenso y diálogo y no ha habido mesa sectorial donde podamos tener conocimiento de la ley. Tuve una reunión muy cordial con la ministra y sabe que en este consejero va a encontrar absoluta colaboración. Esto es como una selección de baloncesto, que está formada por 12 jugadores. Podemos coincidir en nueve y vamos a discutir en tres. Pero lo fundamental son los nueve. Espero que esos nueve puntos sean consensuados por todos.
–Lo poco que ha trascendido, se pone el foco en cuestiones como la reducción del peso de la religión...
–Los tres jugadores, el 10, el 11 y el 12.
–¿Son en los que no estarán de acuerdo?
–Primero, es una ley de Estado, que tenemos que adecuar nuestro marco normativo y económico. Lo que tenemos es la obligación de ofertar la religión, según la ley. Luego las familias elegirán.
«Para este gobierno de coalición, el debate del 'pin parental' está absolutamente superado»
–Un ruido similar ha sido el generado con el 'pin parental'. ¿Está superado?
–Para mí, sí. Me manifesté desde un principio que no era necesario. Las familias, sobre todo, tienen el conocimiento del proyecto educativo que quieren para sus hijos. Y si hay alguna actividad que les molesta o no les guste, al principio del curso es el momento de manifestarlo. Hay cauces que pueden facilitar esa información. ¿Podemos mejorar? Pero no establecer una especie de veto porque nos equivocaríamos y se estaría transmitiendo un mensaje de desconfianza hacia los docentes.
–Para el consejero está superado, ¿para el PP?
–Yo creo que sí. Más que para el PP, para el gobierno. Para este gobierno de coalición está absolutamente superado.
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