Una protesta «masiva» contra los cambios en educación vacía las aulas de Granada

Desde el mismo momento en el que la Junta comunicó que implantaba para el próximo curso un nuevo decreto de escolarización, que buscaba la «libre elección» de centros y facilitaba que más familias pudieran acceder a la concertada, la respuesta fue unánime en la comunidad educativa: «Tenemos que movilizarnos», decían. «Hay que defender la educación pública», aseguraban los sindicatos y las Ampas. Por ello, se organizaron para vaciar las aulas y, así, mostrar su repulsa a esta novedad.

No sabían si iban a conseguir alcanzar la participación que esperaban. Sabían que la ciudadanía estaba molesta por todos los cambios realizados por Educación con anterioridad, pero no estaban seguros de si este nuevo decreto de escolarización, que supone que cada familia pueda escoger llevar a sus hijos a un centro público o a uno concertado, aunque este último no esté en su área de escolarización, conseguiría aunar las voces necesarias. Pero, tal y como los propios convocantes señalaron ayer, no solo se logró llegar a las previsiones, sino que se superaron. «Las aulas están vacías. Hay centros que prácticamente no hay ningún niño y solo han ido a clase los profesores que cubren los servicios mínimos. Es un éxito rotundo», señaló Mercedes González, secretaria general de Educación de CC OO.

Granada se sumó así a una marea reivindicativa que se extendió ayer por toda Andalucía a través de la convocatoria de huelga que llevó a cabo para todas las provincias la Plataforma Andaluza por la Escuela Pública –constituida por UGT, CGT, CCOO y Ustea, la Confederación de Asociaciones de padres y madres (Codapa) y el Frente de Estudiantes (FdE)– y los sindicatos ANPE y CSIF.

A primera hora de la mañana, los convocantes empezaron a recibir los primeros datos de participación en la huelga. «Aulas vacías en el IES Padre Suárez», señalaban las Ampas. «Los alumnos del Genil no han venido», añadían los sindicatos. «En el Inmaculada de Triunfo se ha sumado a la huelga el 95% del profesorado», explicaban desde CGT. Poco a poco, fueron dibujando esa realidad que no sabían si conseguirían: una Granada unida para dar forma a una «masiva» jornada de huelga.

Según los datos generales de los sindicatos, el 60% de los docentes de la provincia y el 70% del alumnado decidió no acudir a clase ayer. «En muchos centros, incluso ha llegado al 75% de media», afirmaron desde CSIF. El sindicato CCOO, por su parte, aseguró que la mayor participación se encontró en Primaria, donde se movilizó al 80% de los alumnos, mientras en Secundaria se el 60%.

Como suele ocurrir en este tipo de actos, los datos facilitados por los convocantes y las instituciones no coinciden. La Junta aseguró que durante la jornada, de los 11.074 profesores que dan clase en los centros públicos de la provincia, hicieron huelga 2.916, es decir, el 26,3%. La mayor participación, según estas informaciones, se produjeron en los centros de Infantil y Primaria, donde faltaron a clase el 35,7% de los docentes. En la Secundaria, por su parte, no acudieron el 20%. Del profesorado de los centros de adultos, secundaron la huelga el 12,9%. En el caso de profesores de religión evangélica, participaron en este parón el 5,6%.

«Hoy no llevo a mis hijos al colegio para luchar por su futuro. Sé lo bien preparados que salen los niños de la escuela pública y no quiero que mis hijos tengan que ir a una concertada porque la Junta lo quiera», señaló Mari Ángeles, una de las madres que ayer no llevó a sus hijos a clase. Begoña y Esther hacían huelga ayer «por partida doble». Son profesoras y madres, así que luchan por sus puestos de trabajo y por la educación de sus hijos. «Quieren que la pública pierda unidades y las gane la concertada, y eso va a repercutir en nuestros hijos y en nosotras mismas», indicaron.

Centros de Granada capital como el colegio Genil consiguieron que prácticamente la totalidad de sus alumnos no fueran a clase. Los alumnos y los docentes de esta escuela decidieron vestir de negro durante la jornada para mostrar que están «de luto» no solo por el nuevo decreto, sino porque el año que viene perderán una de sus aulas, «aunque tenemos alumnos suficientes», según explicaron.

En gran parte de la provincia se consiguieron alcanzar cifras «altas» de participación, pero los sindicatos señalaron que el dato más significativo se produjo en la Costa y las zonas rurales. «Ha sido increíble, en los colegios rurales es casi del 100%», señalaron desde FAMPA Alhambra. Según los datos de los sindicatos, en estos lugares la participación media en la huelga fue superior al 90%.

En la Costa, sindicatos como CSIF afirmaron que un 75% de la comunidad educativa faltó ayer a clase, mientras CCOO indicó que el 60% de los alumnos y profesores de Secundaria secundó el parón. La cifra aumenta al poner el punto de mira en Primaria, pues, según sus datos, el 80% de la comunidad educativa dejó ayer los libros en casa para protestar por los cambios en educación.

En Baza, algunos centros superaron el 70% de huelga. Fue el caso del colegio Mures de Cúllar o el San Isidro Labrador de Cuevas del Campo. Asimismo, en escuelas como el Jabalcón de Baza o el Amancio Burgos de Benamaruel, todos los alumnos se sumaron a la huelga.

La respuesta del profesorado de Educación Primaria en Guadix fue superior que en Secundaria. En colegios como el Medina Olmos, el seguimiento de los docentes superó el 50%. En cuanto a su alumnado, asistieron 62 de 280 alumnos. Por su parte, en institutos como el IES Padre Poveda, sólo 8 de los 56 profesores atendieron a la llamada a la huelga, mientras que la participación entre los estudiantes de los cursos superiores fue mayoritaria.

En el Poniente, el seguimiento de la huelga fue desigual. Frente a centros donde tanto profesorado como alumnado secundaron con amplia mayoría el paro, otros apenas notaron la jornada reivindicativa. Entre los centros con mayor seguimiento estuvieron el colegio La Inmaculada de Salar, donde hicieron huelga un 80% de profesores y casi la totalidad de los alumnos. Aún mayor fue en el Ruiz Carvajal de Moraleda de Zafayona, que estuvo prácticamente vacío. En Loja, el seguimiento fue mayor en el IES Moraima y el colegio Elena Martín Vivaldi.