«Luchamos, pero no nos dejan avanzar»

Esta situación ha llevado a su madre, Patricia Cervera, a fundar la asociación TCA Andalucía, con la que busca que tanto la provincia granadina como las del resto de la comunidad autónoma cuenten con Unidades Especializadas en Trastornos de la Conducta Alimentaria, formadas por profesionales que, de forma integral, den un tratamiento adecuado a estos pacientes, tanto cuando son menores como cuando cumplen los 18 años.

La petición que la progenitora realizó en change.org y que marcó el inicio de esta campaña que arrancó en marzo ya ha logrado sumar 330.000 firmas. Además, logró arrancar al consejero de Sanidad, Jesús Aguirre, la promesa de que se iban a abrir dos Unidades en Andalucía. Por el momento, el consejero ha asegurado que se creará una unidad en Málaga, pero Granada sigue sin tener una unidad especializada para tratar estos trastornos de una forma integral.

«El delegado nos dijo que iba a proponer que se creara un hospital de día en Granada, pero solo son promesas», dice Patricia. Sobre este aspecto, desde Salud confirman que se ha presentado un proyecto para crear un hospital de día para estos usuarios, pero aún se trata de una iniciativa que debe ser estudiada y para la que se debe buscar una localización y estudiar las acciones necesarias para realizarlo.

«Es una agonía continua porque mi hija lucha y yo con ella, pero no encontramos respuestas por parte de las administraciones. Es una frustración constante, porque intentamos salir adelante, pero no nos dejan avanzar», indica Patricia. Por ello, hace unos meses pidió que ingresaran a su hija en un hospital de Ciudad Real en el que sí se recibe este tratamiento de forma integral. Con muchas dificultades, Aleixandra consiguió coger peso y llegar a un punto en el que ya podía empezar a restablecer su vida y dar los pasos necesarios para volver a ser esa Aleixandra sana y feliz. «Además, estaba desesperada y angustiada por la distancia que le separaba de todos nosotros, así que decidió volver a Granada», relata la madre.

Así, regresó a su casa emocionada por volver a sus cuatro paredes, a su familia y a sus amigos. A tener ante sí la oportunidad de terminar sus estudios y de escribir por sí misma las páginas de su vida sin que la anorexia la guiara. Pero todo se complicó por la falta de estos tratamientos integrales en Granada. «Le estaba llevando a un psicólogo privado, pero aquí no había ningún servicio de comedor terapéutico en el que le pudieran controlar la alimentación. Ha tenido solo una cita con la endocrina en este tiempo y salud mental ni siquiera la ha visto», recalca la madre. A esto añade: «Ella ha intentado engancharse a la vida y seguir luchando, pero cuando te encuentras tan mal y no tienes nada donde engancharte, empiezas a pensar que no merece la pena luchar».

En este tiempo en casa, Aleixandra ha perdido el peso que había conseguido ganar en su estancia en Ciudad Real. Ante el miedo de que su hija vuelva a empeorar, Patricia ha decidido volver a ingresarla allí. «Es la única forma de que mi hija esté controlada y bien. Pero es duro para las dos, porque yo no puedo verla y ella se siente sola», indica la madre. Por ello piden que esta unidad especializada en trastornos alimentarios sea una realidad en Granada para que su hija y otros tantos granadinos que sufren esta problemática puedan ser tratados en la provincia.