AVE Granada-Madrid

Cuatro estaciones y una parada más para una vaca que pasta

De Granada a Madrid salen ocho servicios al día, pero solo tres son AVE de principio a fin. La primera opción, y casi la única en caso de querer llegar a la capital por motivos laborales, es el de las 6.55 horas, que llega a Atocha a las 10.32. 3 horas y 37 minutos. «Una vez perdí el tren y tuve que coger el siguiente, el de las siete y media. Tardé cinco horas en llegar. Horroroso», apunta Alfredo justo antes de entregar su billete en consigna y despedirse hacia su vagón.

El tren arranca puntual, casi tanto como los bocadillos y la película en la pantalla del móvil. «La tele no funciona», señala un viajero. Lo cierto es que la tele no funciona en ninguno de los vagones, ni siquiera para ofrecer el mapa con la ubicación y la velocidad. A los 20 minutos, con el salchichón a medio comer, la voz anuncia la primera parada: Loja. Son las 7.16 horas. Con los nuevos pasajeros dentro, el tren reanuda la marcha casi completo. Casi porque en cuestión de media hora más, a las 7.42, la megafonía da la bienvenida a la estación Antequera Alta Velocidad, pese a que da la sensación de que todavía no ha empezado el viaje.

Para disfrutar de Antequera entera, el AVE vuelve a parar diez minutos más tarde, a las 7.51 horas, en Antequera Santa Ana. Con ilusiones renovadas, el tren arranca motores y los pasajeros sueñan con un 'chú-chú' como el de las viejas películas del Oeste que les lleve a toda velocidad a su destino. Poco después, sin embargo, anuncian que se va a realizar el enganche con otro tren, una operación que podría alargase unos minutos. «¡Vámonos!», exclama el revisor a las 8.07 horas.

A falta de película, a las 8 y 25 los primeros y tímidos rayos de sol atraviesan la densa niebla que rodea al tren. Poco a poco, el gris se disipa y el cielo se viste de azul intenso a las 8 y 33. «Próxima estación, Córdoba. Renfe les agradece que hayan elegido sus servicios y confía en poder hacer...». El mensaje se corta de pronto así, en el «hacer», y otro de los pasajeros se pregunta si lo mismo han perdido la confianza. Al arrancar, indican desde megafonía que «este tren no hace paradas». El pasajero de antes, el de la confianza, resopla con sorna: «Será que ya no hace más paradas».

Efectivamente, ya no hay más paradas previstas hasta la estación de Atocha. Previstas. Porque a las 9.39 horas, en una mañana ciertamente hermosa, el tren frena en mitad del campo e interrumpe el desayuno a unas vacas pastando. Todo el 'muuundo' –perdonen– les hace una foto, de recuerdo. Pero ya sí, cinco minutos después, el AVE sale disparado a su destino y llega, a las 10.33 horas, a Madrid. Han pasado 3 horas y 37 minutos, cuatro paradas programadas y una con vacas, a un precio de 77 euros, 24 más que el tren que salió a las 6.55 de Málaga y llegó a Madrid hace 45 minutos. Fin de trayecto.