El coste de las bajas laborales se ha doblado en la provincia en un lustro
El Gobierno estudia nuevas fórmulas para atajar unos costes que, en la provincia, se han doblado entre 2018 y 2024
El fuerte incremento de las bajas laborales por enfermedad común y los costes que suponen para el sistema y las empresas han encendido las alarmas ... del Gobierno que trabaja en una reforma para abordar el problema en profundidad. Un año después de que la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, abriera el melón de las bajas laborales flexibles, poniendo el ejemplo de los pacientes oncológicos que se podrían ver beneficiados, el Ejecutivo ha llevado a la Mesa del Diálogo Social la propuesta que pasa por facilitar la reincorporación gradual tras una baja superior a seis meses, combinando trabajo y una prestación por incapacidad temporal.
Es la primera de las medidas que se negocian con el objetivo de poner freno a la denominada crisis del absentismo laboral, un término que los sindicatos ven absolutamente tendencioso y que preocupa y mucho a las empresas de la provincia. El ritmo creciente de las bajas es una conversación habitual entre los empresarios granadinos y un quebradero de cabeza diario en sectores como hostelería y limpieza, donde el problema se agrava por las dificultades para encontrar personal.
Pero sobre todo, angustian los costes económicos de las bajas crecientes que, se han convertido, según denuncian desde las organizaciones empresariales, en un lastre para la competitividad de las pymes. El último informe publicado este año por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) constata que la factura es astronómica. El coste de las horas de trabajo perdidas por enfermedades y accidentes no laborales se ha doblado en el periodo entre 2018 y 2024 y se eleva a 459,3 millones de euros anuales para la provincia de Granada.
Es la cifra del último ejercicio analizado, 2024 y aglutina los 236 millones que cuestan las prestaciones a la Seguridad Social y a las mutuas y los 222,4 millones de euros que implican las bajas laborales registradas en la provincia en costes directos para las empresas.
Y según la patronal que representa a las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social en España estas cifras no tienen visos de revertirse. La estimación que ha realizado AMAT, en función de la evolución de los últimos años, es que el impacto económico para este 2025 siga al alza, con una estimación de que supere en un 12,6% al del ejercicio anterior.
El mismo informe de AMAT revela también que el número de procesos incapacidades temporales por contingencias comunes (ITCC) se sitúa en máximos históricos. En el caso de Granada, durante el pasado ejercicio 2024 los trabajadores protegidos por las mutuas iniciaron 62.581 procesos. Son más bajas que nunca por enfermedad común y un incremento del 45,08% con respecto a los que se registraron en el año 2018, el primero del periodo que abarca el informe. Las cifras de Granada están ligeramente por debajo de la media de Andalucía (46,67%) y la nacional (48,27%).
El informe no incluye las principales causas de bajas laborales –solo se centra en las traumatológicas, en las que las mutuas son especialistas– pero se trata de una crisis multifactorial, en la que mutuas, empresas y sindicatos confrontan su visión de donde está la raíz del problema.
El aumento de enfermedades de salud mental que se desató con la pandemia, el ciclo económico expansivo con un aumento de la población trabajadora, la mayor edad media de los profesionales o la demora en la respuesta de los servicios públicos de salud son algunos de los factores que están en el origen de este incremento. «El laberinto burocrático existente para la gestión de las ITCC, la falta de médicos en atención primaria y especialistas del servicio público de salud, así como de médicos inspectores del Instituto Nacional de la Seguridad Social, junto con el incremento de las listas de espera, entre otras causas, suponen una sanidad pública saturada que conlleva un mayor gasto innecesario, una importante merma de la competitividad de las empresas y un pesado lastre para la creación de empleo y para el crecimiento económico de España a corto, medio y largo plazo», advierte el informe de AMAT.
Desde una perspectiva muy diferente, UGT y CC OO Granada, que evitan el término absentismo, señalan también a las listas de espera de la sanidad pública y la precariedad laboral como factores que han agravado el problema y creen que para abordarlo hay que quitar el foco del gasto para las empresas y ponerlo en la prevención.
Para la patronal granadina, los datos que revelan los informes de las mutuas obligan a la reflexión y a mejorar la gestión de las bajas. Es un tema prioritario y en el que la Confederación Granadina de Empresarios está tomando acción. Por ello hoy miércoles 24 de septiembre una jornada informativa en la que presentarán un elaborado por Umivale Activa en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) sobre la evolución de las ITCC y en la que participarán, además de los empresarios, representantes del INSS y de la consejería de Salud de la Junta de Andalucía.
«El 79% de las horas no trabajadas no son absentismo»
El secretario general de Comisiones Obreras en Granada, Daniel Mesa, está preocupado por el relato que se está haciendo sobre la crisis de absentismo laboral basándose en las estadísticas de las mutuas que a su juicio están «manipuladas». Para sostener su denuncia echa mano a otro informe del gabinete de estudios de CC OO que sostiene que en Granada hay más de 10 millones de horas de trabajo pactadas al año y de ellas casi nueve son efectivas. «Del millón de horas no trabajadas, un 79% de ellas corresponden a horas atribuidas a vacaciones, enfermedad, accidente o incapacidad temporal, permisos por matrimonio o pareja de hecho, fallecimiento, traslado de domicilio, permiso por exámenes prenatales o formación, entre otras. El empresariado busca ofrecer intencionadamente un relato distópico del absentismo cuando en realidad son derechos reconocidos fruto de la lucha sindical», resume el secretario general de CC OO Granada, Daniel Mesa.
Además, asegura que el retrato final es que en Granada se trabajan muchas más horas de las pactadas, concretamente 82.000 horas semanales, de las que el 54% no se pagan, «esto es, en fraude». «La realidad demuestra que no estamos ante un problema de horas trabajadas ni de absentismo, sino ante la intención clara del empresariado de apropiarse de este concepto entendido como toda ausencia del trabajo, independientemente de que la persona trabajadora se haya ausentado de manera voluntaria e injustificada o de que lo haya hecho acogiéndose a un derecho reconocido», apunta Mesa.
En su opinión, «disfrazar datos estadísticos conlleva directamente a cuestionar y vulnerar los derechos, tanto en enfermedades comunes, como en los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, al objeto de fiscalizar los procesos de recuperación». El objetivo de este «discurso» es, para los sindicatos, imponer «nuevos medios de control afines a las empresas; esto es, las mutuas dándoles el control sobre las bajas y altas, incluidas las de contingencia común, actualmente en manos del servicio público de salud, que es donde deben estar».
«Si tanto le preocupan las bajas al empresariado debería poner el foco en analizar las condiciones laborales de los trabajadores y las trabajadoras en las empresas, ya que la mayoría de las bajas por incapacidad temporal de origen común se dan por lesiones musculoesqueléticas y de salud mental con un origen laboral. La solución es fortalecer la sanidad pública y mejorar las condiciones en las que trabajan las personas.»
Por su parte, el secretario General de UGT Granada, Luis Miguel Gutiérrez, considera que el «mal llamado absentismo laboral» por contingencias comunes, aumenta debido a un incremento de problemas de salud mental (como estrés y burnout), una mayor conciencia sobre la importancia del bienestar, la presión de las tecnologías digitales que difuminan la línea entre lo laboral y personal, y el impacto de la pandemia del coronavirus que disparó las bajas médicas. «Además, las cargas de trabajo excesivas, la inestabilidad laboral y la dificultad para la conciliación son factores clave que contribuyen a este problema», afirma.
Cómo vías de solución, UGT defiende la dotación de más recursos a la Sanidad Pública y la Seguridad Social, «e incluso a las mutuas» para mejorar el diagnóstico inicial de las enfermedades, el seguimiento y tratamiento de los procesos de baja, y la resolución de procesos de larga duración, de cara a garantizar la salud y seguridad laboral de los trabajadores, incluyendo a los especialmente sensibles y menores de edad, sin perjuicio de la obligación legal que tiene las empresas en esta materia.
«Muchas veces los empresarios sospechan de la existencia de fraude por parte de los trabajadores en situación de incapacidad temporal (IT) o baja por enfermedad, ante lo que hay que recordar que las bajas por enfermedad común o accidente no laboral no dependen de la voluntad del trabajador, sino que es una decisión que toma un facultativo de Atención Primaria según criterios profesionales», subraya. Por otro lado, insiste en que demasiadas veces «se denomina absentismo a lo que no es». «La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el absentismo como la no asistencia al trabajo por parte de un empleado del que se pensaba que iba a asistir, quedando excluidos los periodos vacacionales y las huelgas, y el absentismo laboral de causa médica como el periodo de baja laboral atribuible a una incapacidad del individuo. Menos de un 2% de las ausencias al trabajo son injustificadas, es decir, absentismo», concluye Gutiérrez.
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