El ascenso de Marifrán Carazo
Crónica política ·
Partía de un empate técnico cuando fue designada en enero y los trackings internos le dieron la mayoría absoluta el domingo por la mañana. Finalmente, ha sido la candidata que más ha crecido de todas las capitalesMarifrán Carazo anunció el 3 de enero que sería la candidata del PP a la alcaldía de Granada en una comparecencia en el Carmen de ... San Miguel. Podía haber elegido continuar de consejera pero la suya era también la única opción que tenía el partido que no suscitara debate. Ambas cosas son ciertas. La decisión entrañaba cierto riesgo; para ella y para Juanma Moreno, que se desprendía de una de sus consejeras con mayor proyección. Hoy se puede contar que las encuestas internas que manejaban los populares en ese momento vaticinaban un empate técnico entre Marifrán Carazo y Paco Cuenca. Además, el grado de conocimiento de la consejera, pese a ser alto, no era todavía excesivamente elevado. Pero otros nombres que se valoraron en esos sondeos –fundamentalmente uno– dieron incluso por debajo de lo esperado.
Sorprendía que miembros de la dirección popular, cuando se les preguntaba por Marifrán, mostrasen un optimismo mucho más contenido del que se respiraba en algunos círculos. Pero aún quedaban casi cinco meses. Un asesor próximo a Juanma Moreno vaticinaba una campaña que partía plana e iría en ascenso. Y es cierto que, mientras compatibilizó la candidatura con la consejería, Marifrán anduvo a ratos dispersa.
El coordinador nacional del PP, Elías Bendodo, cuando se presentó la lista de Marifrán el 21 de abril en la plaza de Bib-rambla, ya comentaba off the record –esas informaciones que se cuentan cuando pasa un tiempo– que su candidata iba hacia arriba y al PSOE le vendría larga la campaña. Génova ha puesto al servicio de Granada toda su maquinaria de análisis y estrategia.
No era fácil. En el punto de partida, Paco Cuenca tenía un alto grado de valoración. «No se percibía una necesidad imperiosa de cambiar de alcalde», resumen desde dentro. Los granadinos habían aceptado a Cuenca, próximo y cercano en el trato, del que se puede concluir sin demasiado disenso –salvo la opinión contraria de Luis Salvador– que ha sido el mejor alcalde de Granada en la última década. Pero eso no es suficiente. El PSOE solo ha reunido los 14 concejales necesarios en los últimos veinte años por causas sobrevenidas.
A Marifrán Carazo le ha sumado la campaña y a Paco Cuenca, no; aunque tampoco hayan sido muy diferentes la una de la otra. Pero Marifrán ha aprovechado para incrementar su nivel de conocimiento en los barrios, ha ganado en cercanía, mientras que Paco no ha logrado dominar en ningún momento el discurso. Hasta que a falta de una semana se descolgó con el compromiso de dejar gobernar a la lista más votada. Era su única posibilidad de llevarse, al menos, la victoria moral del relato.
Marifrán huyó de los grandes anuncios porque daba por hecho que tendría que gestionarlos. Y Cuenca no evitó que la campaña entrara en un letargo moribundo. «No entiendo cómo no lanzan una piedra al charco para que salpique el agua», se preguntaba un socialista histórico cuando aún quedaban algunos días, que se descontaban sin sobresaltos.
«No entiendo cómo no lanzan una piedra al charco para que salpique el agua», se preguntaba un socialista histórico cuando aún quedaban algunos días
El domingo por la mañana, los trackings internos de Génova le otorgaron a Marifrán Carazo el concejal 14. Era la primera vez que la situaban en ese nivel. Finalmente, fueron 15, frente a los siete de los que partía el PP. Juanma Moreno la llamó esa misma noche: «Es la mayor satisfacción que me podías dar». El presidente andaluz apostó con cierto riesgo pero Marifrán se ha convertido en la candidata –incluidos los candidatos– que más ha subido en las capitales de toda España. Viajaron juntos a Madrid el martes a la junta directiva nacional y juntos entraron a Génova.
Marifrán Carazo quiere que el día de su investidura sea el inicio simbólico de una nueva etapa. Un gran acto, probablemente fuera del salón de plenos del Ayuntamiento, con amplia representación de la sociedad. Se ha presentado como una gran gestora, ambiciosa en el sentido lícito del término, y se apoyará en las alianzas con administraciones del mismo signo político para sacar adelante los proyectos.
Los gobiernos monocolor tienen ese hándicap; que no valen las excusas.
CUIDADO, TRÁNSFUGAS
Las elecciones del 28 de mayo han dejado poco margen para las negociaciones y los pactos postelectorales. El foco está situado en Maracena, donde el PP ha abierto contactos con la izquierda para evitar que Berta Linares (PSOE) se mantenga en la alcaldía. Existen las conversaciones.
Pero hay más movimientos que aprovechan que no captan la atención para pasar desapercibidos. Alguien que planea sobre estas negociaciones comenta que hay ofrecimientos cruzados para que candidatos que han concurrido por una lista se pasen a la contraria en algún municipio. Y recuerda que existe un pacto antitransfuguismo y jurisprudencia del Tribunal Supremo que impide dar a un tránsfuga un sueldo superior al que tendría por el cargo en la oposición. En plena campaña trascendió el caso del exconcejal socialista de Churriana y el reintegro de los 2.796 euros mensuales.
Solo por poner el parche antes del chanchullo.
VUELVE MACARENA
Dice que pasó la madrugada del martes redactando los documentos tras la convocatoria anticipada de las elecciones generales y, el miércoles, registró su nuevo partido, Caminando Juntos, con un zapato de tacón azul y otro rojo. Lo mismo se pone de moda. Se trata de un proyecto transveral –últimamente, en política, todo es transversal– y tendrá un vicepresidente de derecha y otro de izquierda. Cuenta Macarena Olona que se han sumado a su proyecto antiguos militantes de Vox, PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos yMás País. Falta algún trasnochado de UPyD.
Sus asesores le aconsejaban presentarse por Madrid, pero Macarena ha mantenido su compromiso con Granada, donde una noche –describe con una metáfora casi bíblica– tuvo una visión en el Palacio de Carlos V que le alumbró el camino. Las cuentas son complicadas: necesita alrededor de 50.000 votos para entrar en el Congreso y, cuando lideró la candidatura a la Junta, obtuvo 66.000 en la provincia. Le ha puesto tacones a la campaña.
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