La deuda, los grandes contratos y el nuevo PGOU, los retos de Marifrán Carazo

La situación económica será uno de los asuntos más importantes a abordar, aunque mucho menos urgente que en el arranque de los dos últimos mandatos. La modificación del plan de ajuste recién aprobada concedió al Consistorio cuatro años de relativa estabilidad financiera como consecuencia del aplazamiento de los intereses del préstamo con el que se saldó buena parte de la deuda que se mantenía con los proveedores. De esta manera, Marifrán Carazo llegará a un ayuntamiento con el menor periodo de pago a proveedores de la última década.

Estas buenas noticias, sin embargo, no se extienden a la deuda financiera, que sigue siendo un problema para la ciudad. De acuerdo al último dato hecho público por el equipo gobierno saliente a un mes de las elecciones, Granada cerró el ejercicio de 2022 con un 'agujero' de 145.267.868 euros con las entidades bancarias. Resolver este contratiempo será vital para que el nuevo equipo de gobierno tenga margen de acción.

Los grandes contratos serán otro de los retos inmediatos, especialmente después de que el Tribunal de Contratos Públicos de la ciudad suspendiese el martes pasado el procedimiento de la concesión de limpieza. Las dos mayores concesiones, la de recogida de residuos y la de transporte urbano, se encuentran en prórroga después de que los contratos vigentes caducaran a finales de 2020 y de 2022 respectivamente. Normalizar la situación se antoja vital por el efecto que ambos contratos tienen sobre las cuentas.

En el caso de la limpieza, las áreas de Economía, Medio Ambiente y Contratación deben dirimir si las alegaciones de la Asociación de Empresas de Limpieza Pública son aceptadas y se anulan los pliegos, como pide la entidad, o no. En cuanto a los autobuses urbanos, el Ayuntamiento está a la espera de recibir el borrador de pliegos encargado por el gobierno municipal saliente. Solo después se podrá iniciar el procedimiento de licitación.

Urbanismo será, quizá, el área con más frentes abiertos dada la dificultad que cada paso administrativo conlleva. En cuanto al Plan General, parece ser el gran tema del mandato. Actualmente, el Consistorio tiene ya el borrador de avance enviado por el equipo técnico. Fuentes municipales aseguraron antes de los comicios que los responsables estaban haciendo una serie de modificaciones al mismo a petición de la concejalía. En todo caso, la publicación del avance, que marca las líneas de desarrollo del expediente, debería ir seguida de la licitación de la redacción del PGOU en sí.

También está pendiente de culminarse la aprobación del Plan Especial del Albaicín, cuyo avance quedó abierto a alegaciones. Se trata de una normativa importante puesto que afecta al desarrollo y la protección de uno de los barrios patrimoniales de Granada.

Pero estos no son los únicos asuntos a resolver. El Plan Alhambra, que conllevaba una veintena de actuaciones de mejora en monumentos y espacios patrimoniales de la ciudad, debe ser culminado en los próximos meses. Hay iniciativas como la reforma del Carmen del Negro o de la muralla Zirí que deben ser acometidas con prontitud para poder cumplir el calendario determinado por la Junta de Andalucía cuando aportó los fondos. También debe iniciarse la nueva fase de construcción de Santa Adela, que ya tiene licitados varios expedientes y que fue fuente de conflictos entre la consejería de Fomento y el gobierno municipal saliente.

La gestión de los fondos europeos también aspira a ser determinante para el nuevo equipo de gobierno. Los socialistas lograron la concesión de casi 50 millones de euros en ayudas NextGen que deben ser llevadas a cabo en los próximos años. Dentro de este programa se encuentran iniciativas de calado como los parques de borde previstos junto a la Circunvalación en Norte, Chana y Ronda, así como el lago artificial del polígono El Florío, el centro municipal de ciberseguridad o la actualización del portal web, entre otros.

A nivel de movilidad, más allá del nuevo contrato de transporte urbano, el gran frente abierto que se encontrará Carazo es la implantación de la zona de bajas emisiones. La ciudad, como el resto de capitales andaluzas salvo Sevilla, llega tarde a una medida que debía haber estado en marcha a comienzos de años. Aún así, el panorama aquí es relativamente sencillo. El gobierno municipal deja todos los contratos licitados, por lo que parece lógico que puedan estar en funcionamiento antes de que termine el ejercicio.

El reto estará más bien en definir los siguientes pasos a dar, toda vez que el mandato de la Unión Europea es que se extiendan restricciones a lo largo de la próxima década para evitar que los vehículos más contaminantes tengan carta blanca.

Determinar la ampliación del metro será otro de los asuntos a resolver, aunque a priori no será un dolor de cabeza para los populares. Con la formación al frente tanto del Ayuntamiento como la Junta, todo parece indicar que la extensión se priorizará por el Centro, tal y como planteaba la administración autonómica meses atrás.

Seguridad Ciudadana es una de las áreas que más suelen cambiar de un gobierno a otro. Si en el anterior traspaso de poder se modificó la organización de la Policía Local para crear dotaciones de barrio, es de esperar que se produzcan nuevos cambios en la ordenación de las fuerzas municipales.

El área, por otra parte, deja también una patata caliente en el servicio de Extinción de Incendios. Los bomberos llevan meses exigiendo que se les aplique la directiva europea que concede a los agentes 38 minutos por cada hora nocturna trabajada y la revisión del servicio a los municipios metropolitanos, que consideran peligroso.

En materia cultural, también serán muchos los objetivos a conseguir. El mandato que arrancará en unos días es aquel en el que la ciudad debe definir la candidatura con la que aspira a conseguir la Capitalidad Cultural Europea en 2031. Se trata del gran hito y afecta a otros retos que tiene Granada.

¿Qué va a suceder con el Museo Arqueológico, que se mantiene abierto de manera parcial y sin exponer buena parte de los fondos que conserva? ¿Cuál será el futuro de la Casa Ágreda después de ser reintegrada al patrimonio municipal y contar ya con un concurso de musealización resuelto? ¿Cómo se va a transformar el Centro Lorca para ser el gran dinamizador cultural que se pensó? ¿Qué terrenos se escogerán para construir la futura sede de la Biblioteca de Andalucía? Son los interrogantes que el nuevo equipo de gobierno popular tendrá que responder en los próximos años.