Aparece el Playmobil gigante robado en el barrio de la Magdalena
Los chicos que lo retiraron del balcón en una noche de fiesta devolvieron al soldado romano en la tarde de ayer
El soldado romano de 11 años apareció sano y salvo en la tarde de ayer. Llegó a casa 'herido leve', con unos rasguños que no ... empañan el final feliz en la historia de Blas Molina y su Playmobil gigante, que vigilaba desde las alturas de la tienda Lycka la calle principal del barrio de la Magdalena. Lo devolvieron los jóvenes que lo raptaron a finales de julio, a quienes el dueño de esta tienda de regalos y juguetes alternativos para niños -y no tan niños- les está «eternamente agradecido».
Desde la mañana en la que se lleva el susto hasta la tarde en la que corrió «en una nube» y no tardó ni cinco minutos en llegar a la tienda para abrazar al muñeco ha pasado un mes y dos días. A las dos de la madrugada del 27 de julio, el Playmobil desapareció del balcón de la calle Puentezuelas. Blas no se enteró hasta tres días después, cuando su empleada le dio el aviso.
Blas perdió ese singular objeto que compró hace 11 años directamente a la fábrica, un muñeco que le llega a la altura del cuello y que tenía un gran valor sentimental para la familia. «Ella me llamó descompuesta. El Playmobil no es de la tienda, no es cedido por la marca. Me lo compré yo en un momento en que no me podía permitir el lujo, e hice un esfuerzo por tenerlo« narra Blas tras el escaparate de su tienda.
Paró sus vacaciones. Regresó para poner una denuncia ante la Policía Nacional por la sospecha de que alguien, por el valor económico que puede tener el soldado de plástico, tuviera la intención de venderlo. Llegaron incluso a tomar huellas del balcón. Blas buceó en las aplicaciones de venta de objetos de segunda mano, en las tiendas, dio mil vueltas a la búsqueda de su 'click' tamaño XXL. Y nada. Por otro lado, los agentes estaban enfrascados en la investigación de las decenas de robos en viviendas de la provincia.
Así que a través de Internet pidió colaboración ciudadana y ocurrió la magia en esta tienda que, de por sí, tiene cierto aire de fábula. El muñeco era «muy querido por todos», su imagen voló por las redes, llegó a los periódicos y televisiones y así, el Playmobil que era de la Magdalena, pasó a ser de toda Granada.
Llegó entonces la pista: una pareja vio a los jóvenes con el Playmobil en plaza de Gracia, a un par de calles de la tienda, en la madrugada del día 27 de julio. Y Blas lo dio por perdido. Empezaron a pedir las imágenes de las cámaras de vigilancia de la zona, pero no hubo novedades.
Hasta ayer por la tarde, jueves 29 de julio a las ocho menos cuarto. Blas se había tomado un día de descanso -merecido después del estrés del robo y las vacaciones interrumpidas- en el que aprovechó para agradecer a sus seguidores en las redes sociales la ayuda prestada; cuando recibió la llamada de la misma persona que alertó del robo. Pero empleada, en esta ocasión, le habló en un tono bien distinto. Tal fue el subidón que recorrió el trayecto hasta la tienda, montado «en una nube», en cinco minutos. Corrió como nunca para encontrarse con su muñeco de siempre. No se lo creía.
Dos de los jóvenes que lo sustrajeron, lo devolvieron a la tienda en dos bolsas negras de basura. Subieron al almacén y los chicos y el dueño de la tienda charlaron. Ellos se disculparon, estaban «muy arrepentidos desde el principio». Reconocieron la «tontería» de aquella noche de fiesta que les remordía desde entonces. Blas agradeció su sinceridad, y la honradez de la devolución. Esta misma mañana ha retirado la denuncia y espera que no haya ninguna consecuencia para los jóvenes.
A primera hora, el Playmobil seguía en el almacén. La duda es si lo restaurarán, pues tiene algún rasguño fruto de la aventura de la que el 'click' fue protagonista, como el personaje de esas pelis en las que los juguetes cobran vida. Y siempre regresan a casa. O quizá los desconchones queden como las heridas de la única guerra librada por este gigante. Los vecinos de la Magdalena felicitan a Blas, se interesan por el soldado romano, sonríen al verlo momentáneamente en la puerta de Lycka. Pronto vigilará la calle desde su balcón.
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