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María Pérez e Ignacio Fontes regresan a Granada tras su primera participación en unos Juegos
Los dos atletas, tras un íntimo recibimiento en el aeropuerto, coinciden en que fue «una experiencia única» y miran ya a París 2024
CHEMA RUIZ ESPAÑA
GRANADA
Lunes, 9 de agosto 2021
María Pérez e Ignacio Fontes no son hoy los mismos atletas que se marcharon a Japón en las postrimerías del mes de julio. Ayer, al ... filo de las nueve de la noche, ambos regresaron a Granada, la tierra en la que comenzaron a recortar décimas con cada paso. A la marchadora le esperaban su mujer, su padre y su fisioterapeuta. Al mediofondista, su entrenador, que no pudo viajar a los Juegos. Ambos estaban exhaustos. «Ha sido largo e intenso y había ganas ya de volver aquí, de descansar un poquito», exteriorizó él. «Estábamos reventados ya en el avión, se nos estaba haciendo largo el viaje, pero ha sido una experiencia única. Somos muy pocos los privilegiados que podemos vivirla», abundó ella. Nadie lo mencionó cuando todos se fundieron en un abrazo, en un recibimiento íntimo, pero había en los deportistas algo distinto: volvieron olímpicos.
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Ninguno había competido en unos Juegos hasta este verano, en Tokio. A sus 23 años, Fontes se plantó en la última ronda de los 1.500 metros lisos durante su primera participación, en la que concluyó último. «Estoy jodido por no haber podido rendir un poquito más, pero, por otra parte, lo pienso y una final de los Juegos Olímpicos la habría firmado a principios de año», confesó a IDEAL. Pérez, con 25, fue cuarta, a tan solo ocho segundos de colgarse la medalla de bronce. «Le planté cara a una de las más favoritas y, para mí, he demostrado que puedo estar ahí», valoró la marchadora, convencida de que el resultado le sabrá mejor «con el paso del tiempo».
Pero la vivencia traspasó lo meramente deportivo. «Cuando llegamos, parecía eso un parque de atracciones», recuerda Ignacio Fontes, quien asevera que impresionaba «hasta el comedor». «Hay tanto que yo creo que me va a costar unos días, ahora en casa, asumir las cosas», asume, con el brillo del entusiasmo en sus ojos. «Es algo único», insiste María Pérez, quien da gracias «a que se han celebrado, estando en una situación como la que tenemos». «Creo que la unidad de los países, que era el objetivo de estos Juegos, ha estado y todo el mundo ha cumplido las medidas de seguridad», se congratula. No obstante, los dos granadinos coinciden en poner un pero: «Fue una pena que no hubiera público».
Las enseñanzas de Tokio
Lo primero que hicieron tanto María Pérez como Ignacio Fontes al pisar Granada fue recoger su equipaje, varios bolsos de la delegación española en Japón, entre los que la marchadora guardaba el diploma que le otorgó su cuarta plaza. También cargaron en el carro una serie de aprendizajes. «Tokio 2020 me ha enseñado que en ocho segundos pueden pasar muchas cosas», ríe ella, que sostiene que la aventura nipona le permitió confirmar «que las chinas y las japonesas no eran intocables». «A día de hoy, por delante de mí solo hay tres atletas mejores que yo en el mundo», puntualizó. El mediofondista afirma que en los Juegos comprobó «que todo esfuerzo tiene su resultado». «También ha sido un golpe de realidad. Quizás, yo me pensaba que estaba entre los mejores, un poquito más arriba de donde he llegado», reconoce.
Los dos, aun agotados, ya orientan ese bagaje hacia su aplicación en París 2024. «Ojalá entrar de nuevo en la final y, esta vez, poder pelear por las medallas», deseó Fontes, a quien le restan las tres últimas pruebas de la Diamond League. En ellas, quiere batir su marca personal y, tal vez, tomarse una «revancha» con los campeones de Tokio. Pérez solo quiere «algo más» que un bronce en los Juegos: «Siempre pienso en dar lo mejor de mí. Lo ha hecho Palmisano y le gané a ella en el Europeo, ¿por qué yo no puedo ser campeona olímpica?».
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