Los pensionistas no tienen que hacer la declaración de la Renta en 2022

La declaración de la Renta es un impuesto anual que toda la ciudadanía debe afrontar con la Agencia Tributaria, que avisa de un error en el borrador que supone pagar 100 euros, en base a la relación de ingresos que haya obtenido en el último ejercicio económico. Sin embargo, existen algunos casos en los que no es obligatorio, sino voluntario, entregar el borrador correspondiente.

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Es el caso de aquellos ciudadanos que no alcanzan el mínimo de rentas, situado en 22.000 euros anuales, o de algunos pensionistas. En general, la Ley del IRPF establece que todas las pensiones pasivas, como la de viudedad, enfermedad o jubilación, deben tributar a Hacienda, que avisa de sanciones de hasta 300.000 euros por estos fallos en la declaración, a través de la declaración de la Renta.

Aquellos contribuyentes cuya pensión supere los 22.000 euros anuales o los 14.000 euros si existe un segundo pagador, como un plan de pensiones o pagas procedentes del extranjero, tendrán la obligación de entregar el borrador antes del final de cada ejercicio económico. También deberán presentar la declaración aquellos pensionistas que tengan un rendimiento de capital mayor de 1.600 euros anuales y aquellos que hayan obtenido ganancias patrimoniales.

Sin embargo, una serie de pensiones están libres de dicha obligación. Exentas quedan las cuantías inferiores a 22.000 euros al año o 14.000 euros en el caso de que exista un segundo pagador. Además, las pensiones de orfandad, incapacidad permanente o gran invalidez, auxilio de defunción, derivadas de actos de terrorismo, familiares por hijo a cargo, por lesiones o mutilaciones de la Guerra Civil, compensatorias del cónyuge o a favor de familiares por incapacidad absoluta tampoco tendrán obligatoriamente que ser incluidas en la declaración.