Expertos explican por qué va a subir el precio de la gasolina y el diésel

· Cotización internacional del petróleo

· Cotización internacional de productos

· Cotización del Euro en relación con la divisa en la que se cotizan el crudo, es decir, el dólar

· Los impuestos vigentes

· El margen de distribución y comercialización

Factores como la guerra en Ucrania y las fuertes tensiones geopolíticas con grandes productores como Rusia favorecieron el alza. Justo entre los meses de enero y febrero de 2022, los precios del barril Brent de petróleo sobrepasaron la barrera de los 100 dólares. Y durante el mes de marzo se alcanzaron valores máximos que no se veían desde 2014, cotizándose el barril a 129,49 dólares. Esta tendencia se mantuvo hasta el mes de julio, fecha para la cual inició un período de descenso en los precios del crudo que experimentamos hasta el día de hoy. En lo que va del año, el barril de petróleo no ha sobrepasado la barrera de los 90 dólares. Es más, durante el pasado marzo llegó a costar 73,06 dólares. Esto ha favorecido que los precios del diésel y la gasolina, que habían alcanzado, e incluso superado la barrera de los 2 euros por litro, descendieran a precios actuales de 1.50, 1,60 euros el litro respectivamente.

No obstante, la pregunta que muchos se plantean es ¿cuánto más va a durar esta caída en los precios, se mantendrá? Según Pilar Aranda, analista financiera y de mercados de Bankinter, es probable que estemos simplemente ante un momento bisagra. Es decir, una pausa, porque lo más probable es que los precios del crudo sigan aumentando los próximos meses. Las razones para esto son varias, la principal es que los factores que desencadenaron el alza siguen vigentes. Además, algunos de los aspectos que alentaron la baja en los precios, como la caída en las cotizaciones bancarias. O bien el aumento de los tipos de interés y el temor de un parón económico, están poco a poco desapareciendo y la economía reactivándose. Por lo tanto, incrementa la demanda de petróleo. A su vez, los grandes productores reducen la producción para evitar que el valor del barril caiga por debajo de los 70 dólares, lo que disminuye la cantidad de materia prima disponible en el mercado (oferta)

A lo anterior hay que sumar, según Aranda, que en los mercados internacionales hay una suerte de repudio hacia el petróleo ruso. Esto presionará para que al menos tres millones de barriles procedentes de esta zona, dejen de ser comprados, con lo cual aumentaría la escasez y demanda, lo que a su vez impactará en una subida de precios. Adicionalmente, el proceso de transición energética al que ya se están volcando economías como la europea genera menores niveles de inversión en hidrocarburos. Lo cual significa menor producción y mayor carestía, lo que sin duda incide en la oferta y demanda y en los precios del crudo. Por último, tanto en Norteamérica como Europa se acerca una temporada de gran movilización (driving season) por el verano y vacaciones. Esto de nuevo, aumentará la demanda de combustibles y el consumo en general, lo que incide en una posible nueva escalada según la experta.