Una muralla llena de litronas y restos de botellón
Los vecinos del Albaicín denuncian molestias y basura por las concentraciones de jóvenes en este entorno
Las litronas se acumulan en la superficie de la muralla nazarí situada junto al callejón de San Luis desde hace varios días. Algunos vasos de ... plástico y botellas de refresco se suman a una imagen con la que los vecinos de la zona conviven desde hace semanas. «Vienen grupos de quince o veinte chavales cada viernes y ahí están hasta las tantas...con todo lo que eso conlleva», dice Manuel, residente en la zona.
La estancia nocturna va acompañada de música y gritos que se prolongan varias horas y que terminan con el recinto lleno de suciedad. «Vemos las papeleras llenas de botellas, cristales de otras que se han roto...queremos pasear por el entorno sin problemas», lamentan. A sus pies, hay cigarrillos, algunos vapers y bolsas de plásticos tiradas.
Los vecinos denunciaron la situación en la última junta municipal de distrito del Albaicín y pidieron medidas y más vigilancia. Ellos mismos se encargaron de retirar una escalera que los jóvenes utilizaban para superar el muro de dos metros. Aseguran que esta práctica daña la muralla, ya que los chavales trepan por un lateral donde hay un ventanuco para acceder a la terraza que hay tras la muralla. «No solo es un perjuicio para nosotros, también para el patrimonio y la imagen de la ciudad», señalan.
La 'terraza' a la que suben se sitúa contigua a la puerta de Fajalauza, uno de los seis accesos que tuvo la muralla del Albaicín, levantada en el siglo XIV para la defensa de la ciudad. El muro por el que entran, además, está repleto de grafitis.
«A quién le va a gustar tener esta imagen al lado de sus casas», cuentan. El espacio es utilizado por los ciudadanos como lugar de paseo con sus animales y de ocio con sus hijos, pero los restos de refrescos y bebidas energéticas se acumulan en las esquinas. Dentro de esa especie de 'azotea' en la que pasan su tiempo libre hay también un colchón y algunas mantas.
La suciedad invade el suelo y, aunque admiten que el espacio se limpia regularmente, vuelve a tener el mismo aspecto tras cada fin de semana.
No obstante, este no es el único punto del Albaicín en el que se producen botellones. El mirador de san Miguel Alto o el aljibe del Zenete se han convertido en otros de los escenarios favoritos por los jóvenes para consumir cerveza y otras bebidas destiladas.
Medidas policiales
La Policía Local, por su parte, asegura que son conscientes de los restos de botellón que hay en el entorno y que por eso mismo los agentes mantienen una vigilancia en el barrio que se intensifica durante los fines de semana. Instan a los vecinos a avisarles cuando se produzca esta situación.
Al ser muchos de estos puntos del Albaicín zonas escondidas o que se sitúan tras callejones, los vecinos consideran que sería necesario incluir alumbrado en el callejón tras el aljibe de San Luis por el que se llega a este lugar. «Esto ayudaría a reducir los actos vandálicos y concentraciones en este punto o a identificar a los autores», sentencian.
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