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Jorge Martínez
Jueves, 17 de abril 2025, 00:31
La incertidumbre meteorológica se mantuvo durante toda la mañana en la provincia granadina. La capital comenzó a vivir la jornada desde bien temprano con las ... visitas institucionales a las distintas sedes canónicas de las cinco cofradías de la ciudad. Por la tarde el cielo se abrió, lo que animó a las hermandades a ponerse en la calle con todas las previsiones posibles. El riesgo mayor se encontraría en torno de las doce de la medianoche y a esa hora la cofradía del Cristo del Consuelo sobrepasaba ya el Peso de la Harina y el regreso podría verse cumplido con cierta diligencia.
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Estaba todo preparado en la iglesia del Sagrado Corazón, en la Gran Vía, y la determinación tomada era comunicada por la hermana mayor, Elena Martínez. Una hermandad que se presentaba con el dorado de la delantera y trasera del paso de Cristo, obra de José Carlos Rubio, y una personal puesta de flor de cera, propio de hermandades de barrio, personalizada con la estrella de David y detalles como elementos en tonalidades cobrizas a juego con la orfebrería de la hermandad.
En la puerta estaban las bandas Fe y Consuelo, de la localidad de Martos (Jaén) y para acompañar al paso de palio la banda Iris llegada desde la provincia de Almería. Hubo sones gitanos para el Cristo del Consuelo que nada más traspasar la puerta ojival del templo jesuita comenzó a recibir el clamor de los cientos de granadinos allí congregados, muchos de ellos procedentes del barrio sacromontano. En el cortejo, que ha crecido este año, era muy alta la participación de camareras, sobrepasando las trescientas, y a las órdenes de las cuadrillas de costaleros y costaleras, Francisco Rodríguez y Eduardo de la Torre. Se vio iris morado y rosas malva en el paso del Cristo del Consuelo, que era el adorno que presentaba y hacía buen contraste con el dorado de la canastilla. En el de la Virgen del Sacromonte, una larga variedad floral con Antirrhinum, rosas ribeteadas o clavel blanco. En ese ambiente popular se produjo todo el recorrido que innovó bajando por Reyes Católicos en dirección a la Acera del Darro y al Puente de la Virgen para llegar a la carrera oficial a las seis y media de la tarde.
A esa hora ya había salido la cofradía universitaria con sus acompañamientos de profesores y alumnos enfundados en las túnicas rojas con capillo blanco y escapulario del mismo color. En este caso, después de las cinco de la tarde, emprendía el camino por Escuelas y Málaga, bajando por vez primera en su historia hacia la calle Alhóndiga y San Antón para adentrarse por la calle Rejas de la Virgen hacia las espaldas de la basílica patronal y entrar en la Carrera de la Virgen a las siete y cuarto de la tarde.
Emoción universitaria
La cofradía universitaria recibió la interpretación de temas de la tuna tanto en la salida de los pasos en la plaza de la Universidad, como en Alhóndiga, ya abandonando la calle para adentrarse en San Antón. Hubo emoción en los cantos de la tuna del distrito universitario a la que se unen miembros de otras tunas granadinas como la femenina de Medicina. A esa música popular se unía la de la banda de Jesús Despojado, tras el misterio y, por vez primera, la de Cúllar Vega, dirigida por Antonio Manuel García, que entraba en la Carrera de la Virgen a los sones de composiciones como 'Tus Dolores son mis penas' o 'Mariupol', marcha de procesión compuesta para recordar los horrores de la guerra de Ucrania. Orquídeas, iris morado y rosas rojas componían el adorno de paso de misterio mientras la rosa color champán reinaba en el de palio de la Reina y Madre de los Estudiantes.
Las dos hermandades realejeñas buscaron salidas distintas en dirección a la Carrera de la Virgen. La de Jesús de la Paciencia y María Santísima de las Penas bajó por San Matías en dirección a Enriqueta Lozano, junto a Mariana Pineda, entrando en la carrera oficial a las ocho menos diez de la noche. La del Rosario, que había salido veinte minutos después desde Santo Domingo, buscó la calle Ancha de la Virgen por el Cuarto Real de Santo Domingo y la Cuesta de Aixa, trayecto que ya había usado años anteriores cuando la carrera se iniciaba en Ganivet.
La cofradía de las Penas vive un tiempo de mayor esplendor desde que se hizo cargo de la parroquia el sacerdote David Salcedo con renovadas ganas pastorales y una constante apertura del templo a la feligresía y a las convocatorias religiosas. De todo ello se beneficia la hermandad que encuentra un mayor apoyo dentro del templo y el logro de iniciativas que pronto verán también sus frutos. 36 años lleva de fidelidad la agrupación de la Estrella, que marchaba nuevamente tras el paso de Cristo, a las órdenes de Gerardo Sabador y también había veteranía en la batuta de la banda San Isidro, de Armilla, que interpretaba marchas compuestas para la Virgen de los Remedios como 'Miércoles Santo en Granada' y 'Emperatriz del Realejo', en la salida de su sede, o 'Señora de San Matías', de Rubén Jordán, en la Carrera de la Virgen. En el caso de la agrupación de la Estrella interpretaron 'Saeta', que es todo un clásico en el momento de la salida, para unir tras la marcha real temas como 'Sanctus' o 'Eternamente Tú' tras la trasera del paso de Jesús de la Paciencia. Hubo clavel y rosas rojas en el paso de Cristo, último que sale puesto que se espera estrenar el año venidero. La veteranía de Jorge Mario Martín sigue al frente del martillo del palio, con la ayuda de su hijo Jorge Martín y de sus auxiliares Luis Arrabal y José Luis Vicario, manteniendo su trabajadera individual y al hombro. A los pies de la Virgen de las Penas ser vieron una variedad de rosas en tonalidades pastel.
Sonaba en la plaza de Santo Domingo la 'Salve Marinera' interpretada por la Municipal de Morón de la Frontera mientras que ya bajaba en dirección a Aixa la del Gran Poder con el paso de misterio, mandado por Miguel García. 'Gloria al Realejo' era una de las marchas que se estrenaba en la calle ayer, compuesta por Elías Santiago. En el de palio, Víctor Sabater y Antonio Valentín gobernaban la nave marinera de la Virgen del Rosario meciendo sus doce rosarios prendidos en los varales, y estrenando la corona que se le impuso en octubre último, salida del taller del granadino Alberto Quirós.
Restaba por ponerse en la calle la cofradía carmelita de Jesús Nazareno y María Santísima de la Merced. Este último paso estrenaba los bordados de las bambalinas laterales que ha realizado el taller ecijano de Jesús Rosado, completando así una estética diseñada por el sevillano Sánchez de los Reyes y que ahora afrontará el bordado del interior de las caídas y su correspondiente techo de palio.
Una de las novedades de ayer era la incorporación al paso de Cristo de una reliquia de la recién beatificada Ana de Jesús, en septiembre del pasado año, fundadora del convento de Carmelitas, en los Mártires, junto a San Juan de la Cruz, en 1582. En la salida auxilió al capataz el maestro José Ibáñez, como capataz de honor de la hermandad, con música coral acompañando al primer paso.
La floristería 'Flor de las Nieves' dispuso el calvario de clavel rojo para Jesús Nazareno, con su túnica del XVIII y la rosa blanca y malva muy suave en forma cónica, predominando en el adorno del palio de la Virgen de la Merced. Jesús Nazareno, de silencio, con el sonido del barrio callado a sus pies y en el de palio estuvo la banda de San Sebastián (Padul), dejando sonar composiciones como 'El rostro de la Amargura' en la salida o 'Merced de las Descalzas', del maestro Barros Jódar, subiendo por calle San Matías en dirección a Pavaneras y Santa Escolástica.
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