El 'coach', la pija y la quinqui

Y para darle más empaque lo llaman 'el coach personal de Juanma Moreno'. En realidad, ese fue el apelativo que le pusieron en la caravana del PP en la campaña de las andaluzas del año pasado. 'Supergarcía', añado ya puestos, es un directivo de recursos humanos en grandes empresas que se especializó en liderazgo político. García Sánchez es de Jaén y quería volver. Estudió Psicología en Granada y Management and Information Systems en Colorado, lo que se conoce como MIS, el encargado de controlar todos los elementos de una empresa para que el engranaje funcione bien. Y ya ha iniciado sus 'terapias' en la provincia, y en las municipales asesoró puntualmente a Erik y al burgomaestre capitalino, con éxito relativo: es verdad que el PP subió mucho, pero no logró la Diputación, el sueño húmedo de Domínguez, y en Jaén quedó segundo, cuando la ola azul arrasó en el resto de capitales andaluzas.

De ahí su fichaje y que lo haya nombrado vicesecretario provincial de Régimen Interior del PP. Y psicoanalista para alcaldes, portavoces y cargos orgánicos e institucionales. Estará por ello vinculado, también en el peculio, al Grupo Popular de la Diputación y, en menor medida, al del Ayuntamiento.

El objetivo es engrasar la maquinaria mental del partido para ganar de una vez al PSOE dentro de cuatro años, gobernar al fin la Diputación y afianzar a alcaldes que lo son por la mínima o por pactos. Y, a la par, crear potentes estructuras de comunicación, con muchos vídeos, fotos y redes sociales, con «besos, abrazos, carantoñas y achuchones múltiples para todos», como decía el recordado 'Cifu', el gran locutor de jazz. Comunicación como la que llevó a la mayoría absoluta a un Juanma que estaba desahuciado, con la maleta hecha y una gestora en la puerta, tras perder por segunda vez en 2018 y al que salvó una carambola a tres bandas y Bendodo Films.

Moreno ya supera con creces el número de altos cargos de Susana. Con el tiempo, los dardos lanzados desde la oposición se pierden en la niebla. En no pocos ayuntamientos, quienes prometían austeridad lo primero que han hecho es subirse el sueldo. En Jaén, González cumplió bajándoselo. Poco, cosmético, pero lo bajó. En cambio, la promesa de la auditoría externa se deshilacha. El Ayuntamiento, como saben los que están en esto, anda medio intervenido y, por tanto, con las cuentas controladas.

Sorprendió que su primera rueda de prensa en la casa, minutos antes del pleno organizativo, fuera para denunciar el «caos organizativo» y el «derroche» del gobierno anterior, poniendo el foco en el exalcalde Millán. ¿La estrategia 'antisanchista' de erosión en clave local y a las primeras de cambio? Su principal acusación, sin aportar de momento papeles y sin comprobar aún si faltan o no facturas, que sería más grave, fue que gastaron más de lo presupuestado en algunas partidas. Y que la San Antón del 40º aniversario costó más que la de 2019.

El tiempo dirá. El sopapo cosechó el aplauso de los 'dale caña' y no pocas críticas, propias y ajenas, por lo precipitado o porque suponga una «excusa» para futuras decisiones.

Y una curiosidad: la concejala de Economía y Hacienda saliente era de Ciudadanos, y el alcalde y los dos ediles que comparecieron son excargos en una consejería dirigida por Cs o exparlamentaria de Ciudadanos.

Y el miércoles, nuevo (pero poco) gobierno de la Diputación. Reyes Midas confía en sus tres vicepresidentas, tan poderosas como las Moiras de la mitología griega: Paqui Medina, Pilar Parra y África Colomo. Esta última pasa de Régimen Interior a Cultura y Deportes, o sea, de dentro a fuera, con proyección externa. Y continúan también algunos de los diputados claves. A simple vista, no se observa entre ellas o ellos el relevo a quien inicia su cuarto mandato, pero quién sabe. ¿Qué significa esta continuidad? ¿Un último mandato completo rodeado de las suyas y los suyos y que el cambio en la manija sea en el PSOE provincial cuando se abra el proceso congresual?

Y ¿puede el 23J modificar estos planes? Puede. De momento hay un 'stand by' y en general se funciona con el pilotillo rojo encendido. La buena nueva es que estamos en campaña y, por tanto, ya queda menos para que acabe. Una campaña no tanto de debates como de entrevistas, desde las clásicas a 'La pija y la quinqui'. Un presidente entrevistado por dos estudiantes veinteañeros que se montaron en su cocina un pódcast de entrevistas con micros de 40 euros. ¡Ole ahí!