Chuzos de punta en bañador
O están hechos a la refriega política y siguen con la inercia de aquel portero al que en la espesa niebla no avisaron de la suspensión del partido o sospechan que habrá elecciones
Duermen con los ojos abiertos como las liebres. Ni la llegada de julio ni del calor africano hacen mella en ellos. Reyes Midas, en el ... páramo aún del Nuevo Jaén del Cetedex, donde aún solo habitan las hormigas gigantes del José F. Ríos, resumió el momento político con un solo gesto, enérgico, quitándose la corbata, roja, porque no podía más, y eso que después tenía que subir al atril, a la vera de la ministra de Defensa, con gafas de sol. Tremendo el calor de invernadero en la carpa para presentar los nuevos avances. Pero ni el sofoco ni el viernes ni los palustres de oro de los Constructores a la misma hora restaron afluencia. No faltó nadie en la sauna militar y empresarial. Y el que no llegó a tiempo, llegó después. Como la consejera de Salud, que vio el asiento vacío de Reyes mientras este hablaba y, quien se fue a Sevilla, perdió su silla. Se fue o se vino.
Dos gestos anecdóticos que definen el arranque hipertenso del primer mes veraniego, traslación a este lado de Despeñaperros de la crispación reinante en la capital y corte, con Begoña, la amnistía, la financiación autonómica, el Tribunal Constitucional o la Armada persiguiendo cayucos. Políticos pendientes de los tribunales, y viceversa, con Montesquieu herido y atónito. Todos pendientes de Cataluña y de los Presupuestos Generales del Estado, unos con canciones de arrullo y otros con los cantos de sirena que querían acabar con Ulises y con la legislatura del funambulista Sánchez, y que haya adelanto de urnas, de nuevo, con la esperanza puesta ahora en los independentistas, una vez que el largo ciclo electoral no acabó como querían.
Caen chuzos de punta, como aquellos palos terminados en pincho que lanzaban en tromba los soldados suizos, o zuizos, o chuizos y de ahí chuzos. De momento no hay vacaciones, a ver si cae la breva.
Desembarco de consejeros en los últimos días. No hay obra o plan o proyecto que no se visite y revisite. Los delegados de la Junta, a segundo plano. Los jefes son los jefes y ya en las anteriores autonómicas Juanma los puso al frente de las listas electorales provinciales. Los consejeros marcan la agenda y lo saben.
Visita a las obras del IES Santa Catalina de Alejandría, hechas como tantas cosas con fondos europeos aunque no siempre se diga. Y, de paso, anuncio sorpresa con el verbo barroco de Patricia del Pozo para el nuevo Conservatorio de Danza. Tan nuevo que supone empezar de cero, para desespero de quienes llevan dos décadas reivindicando. Sobre el papel es mejor proyecto que el anterior. El problema es que también lo parecía el que prometieron 'in situ' en 2021, con dinero y sitio, para alegría y alborozo de los colectivos allí presentes, que ahora ven que tienen que esperar siete u ocho años más, si no se tuerce otra vez el tobillo de tanto baile. Se sienten engañadas después de tres años en barbecho cuando lo tenían todo y temen que el nuevo, novísimo, proyecto sea otra patada a la lata y seguimos para bingo.
Desembarco también en el Cetedex, la gran esperanza blanca, con las administraciones socialistas viento en popa a toda vela, no corta el mar sino vuela, un acorazado Potemkin..., con alusiones constantes a la decisión de Pedro Sánchez y la memoria siempre presta para recordar que los primeros terrenos los puso Julio Millán cuando era alcalde y los segundos, la Diputación del propio Reyes; y con las administraciones 'populares', que tantas dudas pusieron al proyecto en elecciones, que siguen en el quiero y no puedo, o no me dejan, en un voy pero el perro no es mío, y un mucho te quiero pollito pero pan poquito. Y, en medio, los empresarios y la Universidad en un meritorio y necesario esfuerzo de tender puentes entre las dos orillas y que el macroproyecto militar no naufrague.
Y no me toques el agua, que te conozco. Las obras del Condado no las pagarán los vecinos. Punto para la Diputación con la CHG y reparto de medallas con la oposición. Y de un marrón a otro con el desembalse del Guadalén, que genera mucho malestar. Y seguimos sin consejero de Agricultura a tiempo completo, a la espera de que Juanma reflexione los cambios en su Gobierno, que no se antojan fáciles.
Y el parque temático Otíñar Brilla se queda sin brilli brilli. Al menos de momento. Una estrella demasiado fugaz, deben pensar algunos de la foto.
Y seguimos perdiendo población, aunque menos. Lo mismo la sangría se para en los próximos años, pero a algunos pueblos puede que llegue tarde y no quede ya ni el apuntador. Ni el enterrador.
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