Los altos cargos de la a-92
Ni la dirección provincial del PP ni la de Ciudadanos han intervenido directamente en los nombramientos de los altos cargos granadinos de la Junta | También hay malestar interno por el retraso en algunos relevos, como en la Fundación del PTS o en el Consejo Consultivo
Quico Chirino
Domingo, 31 de marzo 2019, 03:53
La anécdota es real. Preguntado un alto cargo granadino por un compañero recién nombrado director general en la Junta, su respuesta fue que no tenía ... mucho que contar porque lo conocía de poco o de nada. Mejor fue no insistir, porque se pretendía hacer un perfil laudatorio y de haber terminado hablando el resultado habría sido el contrario.
Granada cuenta con 16 altos cargos de BOJA en la Junta -excluidos los delegados territoriales-, de esos que te ponen un martes y te pueden relevar al siguiente en un consejo de gobierno. En otra época, los directores generales se podían contar con los dedos de una mano y hubo un momento con José Antonio Griñán -cuando salió del gabinete contra todo pronóstico Francisco Álvarez de la Chica- en el que la provincia no tuvo ni consejero. Hay otra cosa que también ha cambiado. Tradicionalmente, desde Sevilla pedían nombres al partido para posibles nombramientos. En este nuevo gobierno, tanto la dirección granadina del PP como la de Ciudadanos han influido más bien poco.
Análisis de los cargos de la Junta
En las decisiones de Ciudadanos han intervenido Juan Marín, Luis Garicano -sobre todo en el área económica- y uno de los que está dentro añade que también ha participado Fran Hervías, el candidato al Congreso por Granada y con familia en Quéntar.
Paréntesis: le seguirá en la lista de las generales Luis Salvador, en un extraño movimiento que algunos círculos de su partido no terminan de comprender. De hecho, si saliera elegido diputado sería incompatible con su cargo posterior en el Ayuntamiento de la capital -artículo 45 de los estatutos de Ciudadanos-. Se cierra el paréntesis.
Los hilos de los 'sorayos'
La dirección provincial del PP tampoco ha sido determinante en la designación de altos cargos, ni en Sevilla ni en muchos de los nombramientos que tienen despacho en Granada. Sí ha hecho propuestas, pero casi ninguna ha sido atendida. Obviamente, nadie va a criticar en público la decisión final, pero eso no implica que haya satisfacción interna con el resultado. Unos están más contentos que otros.
Los hilos los han movido los que llaman -supongamos que cariñosamente- los 'sorayos': seguidores de la exvicepresidenta en el congreso nacional a los que el 2 de diciembre dio una nueva oportunidad. Hay una frase que atribuyen a un potente consejero: «El congreso tiene doble vuelta». La declaración podrá ser leyenda urbana, pero los hechos la avalan.
«No se puede contar porque reventaría el partido», apunta un dirigente. El doble escenario electoral a corto plazo -generales y municipales- hace que se mantengan las apariencias, aunque hay varias provincias -no sólo Granada- soliviantadas dentro del PP andaluz. El poder y el control de la Junta, lejos de sellar pequeñas fisuras, las ha abierto. Como sucede cada vez que se intuye un cambio de ciclo interno.
Los damnificados por los nombramientos y, en paralelo, por la configuración de las listas para el 26 de abril, han sido antiguos barones provinciales. También es cierto que en política -y esto es tan antiguo que ya se advertía en la Biblia- conviene guardar la espada, porque quien a hierro mata, a hierro muere.
¿Qué hay en los cajones?
Además de malestar, hay extrañeza. En las estructuras del partido que son ajenas a San Telmo, no se explican cómo dos meses y medio después de que el PP llegase a la Junta todavía no se han terminado de abrir los cajones. O si es que ni en los cajones ni bajo las alfombras había basura escondida. El PP rebuscaba más en los 36 años de socialismo cuando estaba fuera que ahora que tiene acceso a todos los expedientes. «Estamos esperando a que saquen algún escándalo», comenta un popular granadino.
Tampoco entienden los que así se expresan que todavía no se haya producido el relevo en varios puestos clave, algunos de ellos de gran visibilidad. Esta semana se ha confirmado el cambio en la Alhambra -y en pocos días se han visto resultados-, pero aún quedan pendientes, entre otros, la Fundación del PTS, el Consejo Consultivo -del que ya se ha descartado su desaparición pero no se cambia al presidente-, o el metro y el Consorcio de Transportes. «Es como si hubiera consigna de no tocar nada hasta junio», se pregunta un dirigente del partido. Lo mismo la hay.
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