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Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa que ha ofrecido en la residencia del embajador en Nueva York. Ballesteros (Efe)

Pedro Sánchez convierte a Dolores Delgado en víctima de «un corrupto» y avisa de que no acepta «chantajes»

El presidente del Gobierno descarta la dimisión de la ministra de Justicia y augura desde Nueva York que podrá gobernar hasta 2020

Paula De las Heras

Enviada especial a Nueva York

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Miércoles, 26 de septiembre 2018

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Pedro Sánchez no está dispuesto a convertir su Gobierno en un émulo de la famosa novela de Agatha Christie 'Diez negritos'. El presidente del Gobierno dejó este miércoles claro desde Nueva York que no dejará caer a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, como hizo, a los pocos días de estrenar su Ejecutivo de relumbrón, con el anterior responsable de Cultura, Màxim Huerta; o, hace dos semanas, con la de Sanidad, Carmen Montón. Esta vez no, aunque hasta su principal socio parlamentario, Pablo Iglesias, la haya puesto en la picota. «Las decisiones sobre la composición del Gobierno las toma el presiente del Gobierno», le advirtió.

Los socialistas, que hace semanas se dicen víctimas de un ataque desmedido de la oposición, admiten que la ministra ha sido torpe en la gestión de la crisis que se abrió cuando 'El Confidencial' publicó que la Audiencia Nacional investigaba en una pieza separada una supuesta cita con el excomisiario Villarejo cuando ella era fiscal para influir en el proceso de extradición del empresario Ángel Pérez-Maura solicitado por Guatemala en 2016. Le reprochan que no fuera con la verdad por delante y que negara que hubiera tratado alguna vez con el antiguo policía, ahora en prisión preventiva por sus negocios turbios, pero sostienen que no hay caso contra ella. «Esto araña, pero no rompe», dice un dirigente territorial. «Salvo que aparezca algo más», apunta un miembro de la ejecutiva.

Ni las grabaciones publicadas por 'Moncloa.com', un digital de reciente creación, en las que se le escucha en 2009 en una comida con Baltasar Garzón, su gran amigo, y Villarejo, y en las que tilda de «maricón» a su hoy compañero en el Consejo de ministros, el juez Fernando Grande-Marlaska; ni el que dijera en esa misma comida que prefiere los tribunales de hombres porque son más «transparentes» (ella , miembro de un Gobierno feminista), ni la grabación conocida este miércoles, en la que se le oye contar que en un viaje a Colombia presenció cómo algunos colegas fiscales y jueces españoles «terminaron con menores de edad», les ha hecho cambiar de opinión.

El jefe del Ejecutivo se aferró no en vano al hecho de que lo que haya puesto a Delgado en esta situación sean unos audios obtenidos de manera irregular por un expolicía que se hizo rico gracias supuestamente a la extorsión para establecer su principal línea de defensa. Y con una frase idéntica a la que utilizó para rechazar este verano su apoyo a la comisión de investigación que exigía Podemos sobre las actividades del rey Juan Carlos, a raíz de los audios de Villarejo con Corinna zu Sayn-Wittgenstein sentenció: «El Estado no acepta chantajes».

Crítica a la oposición

«Este es un Gobierno sin ninguna hipoteca, que tiene un mandato claro que está dispuesto a cumplir: luchar contra la corrupción. Y no nos va a marcar la agenda un corrupto», dijo incluso tratando de convertir el mantenimiento de Delgado en el cargo en una cruzada contra lo que coloquialmente se denominan «las cloacas del Estado». Como ocurrió en el caso del antiguo Monarca, el Ejecutivo asume que Villarejo -que ha colaborado con todos los Gobiernos, independientemente de su color, en las últimas décadas- trata de utilizar las grabaciones que realizó durante años a responsables institucionales para forzar su puesta en libertad. «Si hay fuerzas que quieren hacer oposición a base de imposiciones de un chantajista es su responsabilidad», arguyó.

Sánchez se esforzó en hacer ver que está tranquilo a pesar de que, desde que empezó septiembre, acumula crisis tras crisis. Es más, en la madrugada del miércoles, durante una charla organizada por el club especializado en política internacional Council on Foreing Relations, presumió de fortaleza y se mostró convencido de poder aguantar en el cargo hasta 2020. «Cuando leo en los periódicos que debo convocar elecciones porque la acción política va a sufrir digo: 'Quien sufre es la oposición'», apuntó en un claro remedo de la famosa máxima del italiano Giulio Andreotti: «El poder desgasta... al que no lo tiene». En una conversación posterior con los periodistas que siguen su gira estadounidense, durante una recepción a los funcionarios españoles en la se de la Organización de las Naciones Unidas, descartó por completo una crisis de Gobierno. Y este miércoles, durante su rueda de prensa en la residencia del embajador Agustín Santos, defendió que si alguien tiene que hacer autocrítica ahora son PP y Cs.

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