La prioridad latina
Entre líneas ·
El PP corteja a la inmigración hispanoamericana, cada vez más numerosa y que ha convertido a Madrid en una capital de IberoaméricaAlberto Núñez Feijóo ha propuesto esta semana su plan de inmigración para «poner orden» en una cuestión, según ha precisado, que el Gobierno de ... Pedro Sánchez «ha convertido en un problema». El líder del PP ha defendido priorizar a los emigrantes de origen hispanoamericano y se ha envuelto en una bandera: «Devolver la seguridad, la convivencia y la prosperidad» a España. A su juicio, eso pasa también por adoptar medidas más duras contra quienes delinquen y prevenir que los subsidios se conviertan «en un modo de vida».
La propuesta de Feijóo sitúa en el centro de gravedad del debate de la inmigración a la comunidad latinoamericana que tiene evidentes afinidades con España, lo que teóricamente facilita su integración frente a los que vienen, por ejemplo de los países árabes. Madrid se ha convertido de hecho en una de las grandes capitales iberoamericanas: la comunidad ha superado el millón de latinoamericanos residentes, lo que equivale a cerca de uno de cada siete habitantes en la región; y de ellos, un porcentaje amplio proviene de Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Honduras y Nicaragua. Se estima que de ese conjunto, unos 397.486 tendrán posibilidad de ejercer su voto, bien sea porque han adquirido la nacionalidad española o por convenios de reciprocidad entre estados. Muchos lo podrán hacer en las próximas municipales aunque aún no sean nacionales españoles. Y quizá llegue el día en el que veamos concejales y alcaldes de origen latino. Como en Estados Unidos.
El PP mueve ficha desde la convicción de que esta fuerza latina es creciente y puede ser muy relevante en un futuro. Al mismo tiempo, vamos a asistir a un debate sobre la regulación de la inmigración que ya se registra en otros países de nuestro entorno y que va a colocar en el centro cuestiones como la gestión de la multiculturalidad, la lucha contra la precariedad laboral y las actuaciones en política social. También la involución sobre el derecho de asilo que se está registrando en Europa y que en España tiene una excepción con las solicitudes de ciudadanos venezolanos.
Madrid se ha convertido en el objeto del deseo para los estrategas políticos, que observan un cambio sociológico que puede alterar las conductas. El PP confía en que un arrastre de la importante comunidad venezolana favorezca a sus intereses al situarse, creen al menos, ideológicamente más cerca del centroderecha y lejos de cualquier veleidad izquierdista o progresista. Una parte de esa comunidad es de extracción social de clase media-alta y proyecta Madrid, salvando las distancias, como una especie de Miami II en su oposición al régimen de Nicolás Maduro, como en su momento Florida fue el ariete frente a la Cuba de Castro.
Otra importantísima bolsa de inmigración latina no tiene en absoluto ese perfil acomodado y desarrolla en España trabajos en el sector servicios, sobre todo en la hostelería, y en los cuidados. Una parte se ubica en la economía sumergida. Los partidos de izquierda sostienen que ese nuevo proletariado podría ser más proclive a sus postulados. Se trata de una auténtica revolución cultural en España que acerca la realidad latinomericana a decenas de miles de familias españolas que necesitan a cuidadores y cuidadoras de sus mayores más vulnerables. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, sabe cuidar bien a ese nicho electoral. Si el espectáculo es la cara, la cruz de la moneda son los recortes a las asociaciones que trabajan con inmigrantes. Las redes sociales reflejan que esa batalla por la influencia se ha abierto en canal.
No obstante, una polarización electoral en torno a la inmigración tiene sus riesgos. Puede servir para la movilización pero también para cierta estigmatización en un contexto emocional en el que es fácil recurrir a la demagogia y en el que el ultranacionalismo, el español, no es en absoluto residual. Que el voto latino se inclinara mayoritariamente por Trump en las últimas elecciones norteamericanas rompía el estereotipo de que las minorías étnicas en EE UU se decantaban siempre por el Partido Demócrata. Habría que ser muy cautos a la hora de extraer conclusiones. Pero, a medio plazo, la pugna por el voto latino está servida y escucharemos pedir apoyo en las urnas, también, a ritmo de bachata.
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