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El metodista Harold Good, a la izquierda, y el católico Mateo Zuppi, en el acto del desarme de Bayona.
Dos sacerdotes se suman a la foto

Dos sacerdotes se suman a la foto

Mateo Zuppi, el dirigente de la comunidad de San Egidio que ya medió con ETA en los 90, y el metodista Harold Good, que fue testigo del desarme del IRA, se incorporan a la entrega de las coordenadas de los zulos en Bayona

óscar b. de otálora

Sábado, 8 de abril 2017, 16:33

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La puesta en escena del desarme de ETA ha incluido a dos sacerdotes, en lo que supone un intento de repetir -solo en las formas- el guión que se aplicó en Irlanda del Norte para la verificación del sellado de las armas de los terroristas norirlandeses. Los dos religiosos que han aparecido en el Ayuntamiento de Bayona en el último momento son el pastor metodista Harold Good y el obispo de Bolonia y dirigente de la comunidad de San Egidio, Mateo Zuppi. Ambos, que no han realizado declaraciones, han sido testigos de la entrega de la localización de los zulos de la banda por parte de 'Txetx' Etxeberry a la Comisión de Verificación Internacional.

De los dos sacerdotes, el que tiene mayores relaciones con Euskadi es Mateo Zuppi, ya que la comunidad de San Egidio -una congregación nacida en los años 60, con sede en Roma y dedicada a las crisis humanitarias- fue uno de los estamentos con los que Elkarri intentó impulsar una negociación con ETA en 1995. Esta vía, sin embargo, no llegó a ningún sitio ya que la banda sospechaba que las reuniones que habían celebrado con los religiosos estuvieron vigiladas por las fuerzas de seguridad. La firma del Pacto de Lizarra, en el que ETA negociaba directamente con los partidos vascos, supuso que la congregación desapareciese de la escena. Aún así, San Egidio siguió manteniendo nexos con el nacionalismo vasco. En 2002 recibió el premio Sabino Arana del PNV y en diciembre del año pasado se le otorgó el premio René Cassin que concede el Ejecutivo autónomo.

A comienzos de este año, el lehendakari Íñigo Urkullu, acompañado de Jonan Fernández, realizó un polémico viaje a Roma para reunirse con Mateo Zuppi y cargos del Vaticano. El presidente vasco aseguró que el objetivo de la visita era hablar sobre la crisis de los refugiados en el Mediterráneo, una de las áreas en las que trabaja en la actualidad la comunidad de San Egidio. Esta iniciativa provocó cierto malestar en la Iglesia vasca, que se veía puenteada por el lehendakari, y levantó suspicacias sobre el auténtico objetivo del encuentro, que se producía cuando comenzaban a llegar las primeras noticias sobre la voluntad de ETA de desarmarse.

Por su parte, el pastor metodista Harold Good fue uno de los sacerdotes elegidos en 2005 por el IRA y el Gobierno británico para escenificar el desarme de la banda. El religioso fue invitado en numerosas ocasiones a Euskadi por los partidos nacionalistas, en los años en los que se creía que el modelo irlandés podría aplicarse en Euskadi.

Proceso irlandés

La presencia de Good en Bayona es un recordatorio de las diferencias entre el proceso irlandés y el vasco. En Belfast, los terroristas católicos no llegaron a entregar ningún arma a las autoridades y tampoco se llegó a obtener ni una imagen de sus arsenales. Según los acuerdos de paz, un general de la OTAN, el canadiense John de Chastelain, acompañado de Harold Good y el sacerdote católico Alec Reid, se reunieron en la clandestinidad con miembros del IRA y atestiguaron como destruían sus armas. Posteriormente, rubricaron un texto en el que daban su palabra de honor de que el desarme era completo. El proceso fue una cuestión de fe y confianza. El modelo irlandés, en este sentido, es radicalmente distinto al que se ha puesto en marcha en Euskadi, en el que habrá una verificación de los arsenales y las armas acabarán en manos de las fuerzas de seguridad.

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