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Localización de uno de los zulos por parte de los verificadores.
La Policía se incauta del arsenal de ETA

La Policía se incauta del arsenal de ETA

Los agentes franceses han comenzado a retirar cientos de armas y explosivos en los zulos cuya localización han revelado los 'artesanos de la paz'

OCTAVIO IGEA / DAVID GUADILLA

Sábado, 8 de abril 2017, 03:10

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La Policía francesa ha comenzado a incautarse de los arsenales de ETA, tras acceder a los escondites gracias a la geolocalización entregada en Bayona por los autodenominados 'artesanos de la paz'. Agentes de la Policía judicial, acompañados por expertos en la desactivación de explosivos, están retirando los primeros zulos, en una tarea que se ha desarrollado a lo largo de la mañana de este sábado. Según los datos ofrecidos por los propios mediadores, el material de ETA está oculto en ocho zulos que albergan 120 armas, tres toneladas de explosivos y miles de detonadores y cartuchos "difíciles de cuantificar". En los lugares donde se ocultan las armas hay 172 observadores repartidos entre estos puntos.

Según los datos facilitados por los propios mediadores a las fuerzas de seguridad, los zulos se encontraban en las inmediaciones de las localidades francesas de Etcharry, Audauz, Lahonton, Barcus, Araujuzon y Saint Pee sur Nivelle. Otros dos depósitos no tenían una localización certera. Cuando la Policía ha acudido a estos lugares ha encontrado, tal y como se había anunciado, a grupos de voluntarios de los autodenominados 'artesanos de la paz' que se encontraban -con chalecos reflectantes y acreditaciones de la organización- en las inmediaciones de los zulos. Según las primeras informaciones, además de pistolas y revólveres, en los bidones enterrados por ETA hay nitrometano -uno de los componentes que la banda utilizaba para fabricar explosivos caseros-, cordón detonante y material para fabricar bombas-lapa u otro tipo de dispositivos.

De forma previa, el integrante del 'grupo de Luhuso', Michel Tubiana, ha comunicado que ETA ha entregado estas armas en una rueda de prensa celebrada en el Euskal Museo de Bayona, en la que ha comparecido junto al también denominado 'artesano de la paz' Michel Berhokoirigoin, Anais Funosas -representante de Bake Bidea-, el arzobispo de Bolonia, Matteo Zuppi, y el reverendo metodista irlandés Harold Good, que ya participó en el proceso de desarme del IRA y solicitó hace tres años el acercamiento de los presos de ETA a Euskadi.

Según Tubiana, esta mañana, además de desvelar las coordenadas de los zulos, los 'artesanos de la paz' han pedido que "el procedimiento que lleven a cabo ante las autoridades francesas se inscriba dentro de un proceso de paz justa y duradera". "La jornada se ha desarrollado estupendamente", ha indicado Tubiana, quien ha alabado el papel del alcalde de Bayona por su "comprensión".

«Cest fini»

El proceso ha arrancado esta mañana poco después de las nueve y media, cuando Txetx Etcheverry, una de las caras más reconocibles de los artesanos de la paz, ha salido del Ayuntamiento de Bayona entre suspiros. "Cest fini", ha exhalado visiblemente aliviado. La Casa Consistorial de la capital vascofrancesa ha sido l lugar elegido para que Etcheverry desvelara, en nombre de los mediadores, la ubicación de los arsenales de ETA al propio alcalde de la villa y presidente de la Mancomunidad de Iparralde, Jean René Etchegaray. La información ha sido validada en el mismo acto, celebrado a primera hora de la mañana, por los verificadores internacionales. "ETA ya está desarmada, es la victoria de la democracia sobre la violencia", ha proclamado el profesor Manikkalingam en la rueda de prensa convocada tras el intercambio, de la que también han sido "testigos" Matteo Zuppi y Harold Good.

Pese a que durante días se ha especulado con que la entrega de las armas iba a producirse fuera de Bayona -donde los artesanos de la paz han organizado este sábado varios actos para "celebrar" el desarme- y que los mediadores podían incluso entregar a las autoridades francesas varias cajas con armamento, al estilo de lo que pensaban hacer en la fallida operación de Luhuso de finales del pasado año, lo que se ha facilitado a Etxegaray ha sido finalmente un documento con las coordenadas de los zulos que la organización terrorista. La información, ha dicho Mannikkalingam, ha sido trasladada "inmediatamente" a las autoridades galas. "Es un momento histórico", han asegurado tras recordar brevemente el proceso de mediación con la banda, que arrancó en septiembre de 2011 y vivió uno de sus "grandes" hitos, según Mannikkalinga, en Luhoso. "Fue el primer paso del desarme", ha dicho tras congratularse "del final de la última organización armada de Europa".

El portavoz de los verificadores ha explicado que la comisión que él dirige trabaja desde septiembre de 2011 con actores políticos y sociales de Euskadi, incluido el Gobierno vasco, partidos políticos, sindicatos y la "Iglesia católica vasca"; y ha agradecido al lehendakari, Iñigo Urkullu, su apoyo en la tarea "de ayuda en de verificar el alto el fuego y el final definitivo de la violencia" de ETA. En este sentido, ha concluido que confía en que con el apoyo de "todos los actores" este "paso histórico ayudará a consolidar la paz y la convivencia".

Concentración en Bayona

En la mañana de hoy se han visionado una serie de conferencias y películas sobre la paz, a la que ha seguido una concentración en Bayona a partir de las tres de la tarde. La cúpula de la izquierda abertzale estará al completo. El objetivo, intentar que la fotografía del desarme de ETA no sea la de una organización vencida policialmente y deslegitimada socialmente, sino la de un grupo que deja sus arsenales "en manos del pueblo".

Será el punto final a un proceso plagado de interrogantes y sumido en una nebulosa desde que a mediados de marzo Jean-Noël Txetx Etcheverry, un sindicalista sin vinculación con la banda, desvelase que ETA estaría desarmada para el 8 de abril. Lejos de los grandes comunicados y de la habitual retórica y parafernalia con que la organización llenaba sus vídeos propagandísticos, el anuncio aparecía escondido en una entrevista reportaje al propio Txetx en Le Monde. Según algunas fuentes, fue el exceso de locuacidad de Etcheverry lo que precipitó los acontecimientos y otorgó a todo lo que ha venido después grandes dosis de confusión. Con apenas una veintena de activistas repartidos entre Francia y Venezuela y un arsenal reducido comparado con los años de mayor actividad terrorista, ETA esperó hasta ayer para confirmar de forma oficial las palabras de Txetx e impregnar de cierto simbolismo su decisión. A través de un comunicado remitido a la BBC, anunció que desde ayer es "una organización desarmada" y que "las armas y explosivos que tenía bajo su control se encuentran en manos de la sociedad civil".

Se trata de una estrategia que la banda comenzó a desplegar el año pasado. Al constatar el callejón en el que estaba metida, ETA buscó el apoyo de diferentes personalidades de Iparralde -sindicalistas, políticos, miembros de colectivos ecologistas...- para realizar el gesto de entrega de armas. Lo intentó en diciembre en Louhossoa. El efecto propagandístico quedó abortado cuando la Policía gala irrumpió en un caserío de la localidad vascofrancesa e interrumpió el proceso de inutilización del armamento que estaban realizando los autodenominados artesanos de la paz. Incluido Txetx.

Los recelos de las fuerzas de seguridad vienen por partida doble. Por un lado, se quiere impedir que ETA venda la entrega como un gesto que diluya la imagen de su derrota. Por otro, el temor a que cualquier manipulación de las pistolas borre alguna prueba que pueda ayudar a esclarecer los más de 300 asesinatos que quedan por resolver. La forma en la que las armas se pondrán bajo custodia policial y judicial seguía estando poco clara a última hora ayer, pero en ella jugarán un papel importante los mediadores civiles y la Comisión Internacional de Verificación liderada por Ram Mannikalingam, que el miércoles se reunió en Arkaute con el lehendakari, Iñigo Urkullu, la presidenta de Navarra, Uxue Barkos, y Jean Rene Etchegaray, presidente de la Mancomunidad de Iparralde y alcalde de Bayona. La cita se hizo pública ayer al mediodía.

Falta la disolución

En un intento por construir una pista de aterrizaje similar a la que se instaló en octubre de 2011, cuando en la conferencia de Aiete se pidió a ETA que acabase con su actividad armada y solo unos días después la banda anunciaba que cesaban los atentados, los partidos y el Gobierno vasco han movido sus fichas. A mediados de marzo Urkullu se reunió con Rajoy para intentar allanar el camino. El presidente del Gobierno le garantizó que no obstaculizaría siempre y cuando hubiese garantías de legalidad. Una línea similar a la que ha mantenido el gabinete de Hollande.

Esta semana le ha tocado el turno a los partido y sindicatos vascos. El miércoles comparecieron representantes de las principales fuerzas -a excepción del PP, que no fue invitado- para leer un comunicado conjunto en el que calificaban el desarme de "hito" para la convivencia. El texto, que Arnaldo Otegi respaldó con su presencia, abogaba por un proceso firreversible, unilateral y sin condicionamiento político", muy lejos de las contrapartidas que durante décadas exigió la izquierda abertzale y la propia banda. Un día después, el Parlamento, con el apoyo de EH Bildu, aprobaba una proposición similar. En su comunicado, ETA resaltaba de forma ambigua "el apoyo que este proceso ha recibido por parte de las instituciones vascas".

A partir de hoy, la banda que ha asesinado a cerca de 850 personas estará desarmada. Solo faltará su disolución. Y podría no tardar.

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