El mejor Granada posible elimina al Betis y se cita con otro 'primera'

La salida de las rojiblancas fue inmejorable. Lo apostó todo Lamesa a una doble punta formada por Lauri y Ángeles, con muchas labores defensivas apuntadas desde vestuarios. El 4-4-2 nazarí fue un triple muro para el Betis, tan incómodo como impreciso en la circulación de balón. Las rojiblancas acudieron al olor de la sangre. Lauri, la más lista sobre el verde, presionó a Vicky, robó y se la dio a Laura Pérez, que se internó en el área y completó la pared con un balón raso al segundo palo. Lauri la empujó a gol. Era el minuto 3 y el gol habría dinamitado el choque, perose anuló por un fuera de juego muy claro de Lauri en ese pase definitivo. El susto lo interpretó mal el Betis, que dio dos pasos adelante y dejó un mundo a su espalda. Lo aprovecharon Ángeles y Laura Pérez, surtidas a la perfección por una Pamela impetuosa y una Alicia tan fina como acostumbra.

Sin embargo, seguía salvándose el cuadro hispalense. Ángeles y Laura Pérez no ajustaron sus mirillas y sus disparos se marcharon desviados. El Betis solo respondió en una ocasión al buen momento local. Fue Laurina, que recibió en posición ilegal un balón de Babajide y lo puso en la escuadra. Empate en el marcador y empate a goles anulados.

Con Alba y Pamela desactivando a Asantewaa y Babajide, el Granada mantuvo el control y poco antes de la media hora llegó el premio. Más que merecido lo tenía Lauri, que acude a cada presión como si de ese balón dependiese toda su carrera. Robó a Leire y vio a Thalmann muy adelantada. Un suave globo le sirvió para poner bocabajo Los Cármenes.

El Betis, noqueado, acusó el gol y en otra pérdida vio como Thalmann salvaba el 2-0. Lauri entró como un estilete y la puso al segundo palo donde Laura Pérez definió bien, duro y por abajo. Lo rozó con el muslo lo justo la portera del Betis. Y del 2-0 a ver cómo Sandra salvaba el empate justo antes del descanso con dos paradones. Uno a una falta de Salazar y el otro a remate de Laurina.

La segunda parte, lejos de cambiar el guion, mantuvo el mismo dominio rojiblanco. Sí que el Betis, que metió a algunas jugadoras más habituales en Liga, tuvo algo más de balón, pero sin meter el miedo a la parroquia rojiblanca, que gozó cada contragolpe en el que se veía cada vez más claro el segundo tanto. Lamesa, además, también movió el banquillo. Agitó el árbol del gol con una jugadora cuya llegada siempre es silenciosa, pero aparece letal en el punto de penalti: Noe. La '22' generó peligro desde que piso el césped y suyo sería, casi en la primera jugada de valor tras el descanso, el ansiado 2-0.

Alicia y Lauri salieron con el balón jugado y econtraron muy desmarcada, pero en línea, a Naima. Acostada en el perfil zurdo, la extremo apuró el campo y centró al área, donde llegaban solas Noe y Laura Pérezcon la defensa del Betis totalmente superada. Noe fue quien remachó la jugada. El 2-0 desesperó al Betis, al que el plan 'B' apenas le había durado cinco minutos. Mal orientadas sus laterales, el Granada siguió percutiendo y entró en una fase de poco acierto y, quizá, búsqueda excesiva del lucimiento personal. Les ocurrió tanto a Noe como a Laura Pérez en dos manos a manos con la portera. Las dos pudieron dar ese 'pase de la muerte' a Lauri, que acompañaba ambas acciones.

Tanto perdonó el Granada -que incluso hizo el tercer gol en una acción donde Laura Pérez sí la pasó a Noe pero existía fuera de juego-, que el Betis empezó de nuevo a asomarse a la portería de una Sandra segura como pocas veces todo el partido. Hasta que el estadio se le vino encima. La guardameta quiso jugar con el tiempo, perder un poco cogiendo el balón y, tras un conato de saque de 'bombo', soltándolo en el césped para arañar más segundos. Se lo echó con tal seguridad que el césped escupió más de lo pensado el balón y Babajide acudió a estorbar. La portera, ya apurada, estrelló su despeje en el cuerpo de la bética y el balón entró.

Un drama, con 15 minutos por delante y el partido totalmente encarrilado. Sin embargo, el cuadro horizontal no perdió la calma ni dejó que los nervios imperaran. Siguió jugando exactamente igual. Así encontró a Laura Pérez en el 80 totalmente sola, partiendo desde la línea divisoria y, por tanto, evitando el fuera de juego. Corrió sin marca, regateó a la portera y se escoró tanto que su remate a puerta vacía fue a dar en el poste. Se lamentaba el granadinismo congregado, que veía que del 2-1 se podía pasar al 2-2. Pero esos diez minutos hasta el final fueron la prueva inequívoca de que Pamela tenía el partido en la palma de su mano. Bregó como si no llevase más de una hora haciéndolo. Cortó cada pase, arañó cada balón en cada disputa y aún le quedó fuerza para retener la posesión en sus botas y desesperar a las béticas.

Cuando se anunciaba un corto descuento, el Betis se tiró al ataque por completo. Circulaba sin saber cómo llevar el balón al área y en esas Inés metió la punta y se quedó el balón. Se lo cedió a Noe, que vio la carrera al espacio de Naima. La jugadora apuró su depósito para adelantar a la única defensora del Betis, llegar medio segundo antes que Thalmann, regatear a esta y, ahora sí, a portería vacía definir para el 3-1. La emoción llegó de inmediato, pues fue la última jugada del partido. El Granada ya tiene una prueba más de que sus sueños son legítimos, de que es un equipo con calidad de sobra para jugar en Primera y un corazón tan gigante que ningún miedo hace mella en él. Habrá otro duelo ante un equipo de la más alta categoría. Las rojiblancas invitan a otra ronda.