El Granada, hidalgo en La Mancha
Triunfo de prestigio de los rojiblancos en el estadio Carlos Belmonte, trabajado en una gran primera mitad y algo sufrido en la segunda parte por el empuje local
Triunfo de prestigio en el Carlos Belmonte del Granada, hidalgo en La Mancha. En un partido de la máxima exigencia, ante un rival muy trabajado, ... los rojiblancos ofrecieron su mejor versión en el primer tiempo con la recuperación de centrocampistas de gran tacto. Uzuni llegó a la veintena y encaminó el encuentro, que atravesó una segunda parte más sufrida por el empuje local. Ricard Sánchez agrandó la diferencia, pero el tanto de Higinio le dio suspense al último trayecto, con una oportunidad clarísima de Olaetxea que se marchó al limbo. El millar de rojiblancos desplazados gozó como hace casi cuatro años de otra victoria. Aquella la abonó Adrián Ramos y esta, una nueva generación de nazaríes que miran arriba sin disimulo.
Fue un encuentro interesante, de gran altura, que midió a dos muy buenos conjuntos. El del feudo, con hechuras y desparpajo, aunque atado en corto en muchos tramos. El de rayas horizontales, con una armonía fantástica cuando sus mejores solistas formaron un coro. Ganar en un campo así estimula de cara al futuro.
Albacete Balompié
Bernabé; Álvaro Rodríguez (Carlos Isaac, m. 75), Boyomo, Glauder (Juanma, m. 62), Julio Alonso; Olaetxea, Riki, Fran Álvarez (Ros, m. 55), Manu Fuster; Dubasin (Escriche, m. 75) e Higinio.
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Granada CF
Raúl Fernández; Ricard Sánchez, Víctor Díaz (Miguel Rubio, m. 59), Ignasi Miquel, Carlos Neva; Bodiger, Pol Lozano, Melendo (Antonio Puertas, m. 70), José Callejón (Alberto Perea, m. 59); Myrto Uzuni (Petrovic, m. 79) y Shon Weissman (Diédhiou, m. 70).
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GOLES: 0-1, m. 30: Uzuni; 0-2, m. 54: Ricard Sánchez; 1-2, m. 64: Higinio.
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ÁRBITRO: Busquets Ferrer (comité balear). Amonestó a los locales Riki (m. 37) y Manu Fuster (m. 59); y a los visitantes Bodiger (m. 57), Miguel Rubio (m. 66), Uzuni (m. 75; acarrea suspensión) e Ignasi Miquel (m. 83).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 32 de LaLiga SmartBank, disputado en estadio Carlos Belmonte ante 14.448 espectadores, de los que un millar aproximadamente lo formaron seguidores rojiblancos.
El rescate de Melendo trajo un tramo de dominio dictatorial del Granada en la primera parte. Partía de la orilla diestra, pero flotó por otras parcelas y completó todas las triangulaciones. También volvía Pol Lozano, con el que se entiende fenomenal, y los rojiblancos abrumaron con su circulación precisa. Hasta Callejón asomaba por el centro y aumentaba la superioridad. El motrileño fue el primero en probar fortuna, con un chut mordido.
El de la Costa daría la primera opción a Uzuni, en un córner programado. Saque corto, devolución y envío hacia el punto de penalti mientras el resto arrastraba para que el albanés voleara a la red, pero Riki salvó a los suyos en la misma línea de meta.
Estaban los visitantes maduraron el partido con el balón de lado a lado, solo precipitando alguna pelota larga de Víctor Díaz, restablecido atrás por la ausencia de Cabaco. El Albacete dudaba en dónde establecer su presión. Los manchegos se fueron activando, comprimiendo la atmósfera por la que trataba de irrumpir Melendo.
Equipo con impronta
El de Rubén Albés es un equipo con impronta. Con seguridad en sí mismo, esa inercia de los que han naturalizado sus mecanismos, pero el Granada tiene tantos recursos que, cuando se alinean, puede pasar de todo. Ricard, que en los primeros minutos estuvo concentrado en pegarse a la matrícula de Manu Fuster, se soltó por la derecha en busca de un balón que cocinaron Melendo y Callejón. El motrileño observó la ruptura del lateral y este aceleró hasta llegar al área y divisar a Uzuni, que llegó a la veintena de dianas, justo antes de irse una semana con su selección.
El tanto espabiló al Albacete, que tuvo una llegada fulgurante tras una posible falta sobre Ricard, precisamente. Higinio esprintó y Raúl tuvo que sacar una mano abajo para evitar su tiro a meta. En el córner siguiente, otro prodigio del arquero vasco, en una bola colgada a la olla tras la continuación del saque de esquina, escupiendo alto la intentona furtiva de Gauder, aunque se pitó fuera de juego, que en la repetición resultó dudoso.
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Arreaba el Alba en ese lapso final del primer acto, pero el Granada siguió firme, sin contemplaciones, aunque sin la consistencia con la posesión de los minutos iniciales. Alcanzó la pausa con ventaja, pero sabía que vendrían curvas en el tiempo definitivo. Manu Fuster salió con brío, pero Ignasi Miquel le contuvo. Enseguida se percibió que los locales daban otro paso al frente para hostigar y ser más intensos en cada pugna, pero los rojiblancos adoptaban un perfil contragolpeador del que casi saca rédito Uzuni tras un robo concluido con un tiro de zurda muy elevado.
Estaba por llegar una situación alambicada. Una cesión a Bernabé que este pateó al cielo. Uzuni porfió y erró al topar con Boyomo, pero más terrible fue lo de Weissman, al que le llegó rechazo y lo lanzó a la grada, como gafado. No habría clemencia justo después. Profundizó el Granada por la izquierda y Neva activó a Uzuni, con mirada panorámica para otear a Ricard entrando en moto hasta el área y cruzando ante el portero.
Con el 0-2, Paco López oxigenó con Miguel Rubio y Alberto Perea por los veteranos Víctor Díaz y José Callejón. El mismo dibujo elástico para afrontar el tercio decisivo, pero no idéntico grado de atención, con el central algo rígido. Manu Fuster canalizó un balón maravilloso hacia Higinio y este le birló la cartera a Ignasi Miquel para castigar a Raúl Fernández. Luego lo intentó de falta, pero se le marchó a las nubes.
El Albacete quería elevar el nivel de tensión, que el Belmonte le fuera favorable y el árbitro tolerara más contactos, salpimentando su ataque con más brío. El Granada reforzó el suyo con Puertas y Diéhdiou, tratando de cerrar la banda con el almeriense y confiando en el despertar del senegalés, llamado a ser titular en la próxima jornada.
Iba a tumba abierta el Alba, pero el Granada recobró compostura cuando las fichas le encajaron. Uzuni, con la amarilla pegada para cumplir mientras viaja con Albania, dejó su puesto a Petrovic, sus primeros minutos tras la paternidad, y ya han pasado unas semanas. Cumplió con su labor de auxilio.
Los milagros de Raúl
Se abrió el catálogo de los milagros de Raúl. Julio Alonso, en la frontal, sacó en corto una falta con la que Riki trató de fusilar, pero el portero antepuso el guante de plomo. El Granada no estaba para más sustos y miraba con constancia el reloj, demasiado encajado y sin suficientes avisos arriba como para preocupar a los anfitriones.
Rondaba el banderín de la esquina para que el tiempo se consumiera en zona neutral, con alguna falta que ralentizar, o un córner a cámara lenta. Diédhiou jaleaba a la curva rojiblanca y los balones se esfumaban, hasta que en el último segundo picó en exceso Olaetxea ante Raúl, con un bote alto.
Lo que fuera por consolidar tres puntazos en el mismo campo en el que se quedó encaminado el anterior ascenso. Quizás, una premonición.
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