La verdad tras el medicamento que puede provocar ideación suicida
Ante el incipiente alarmismo, un farmacéutico de Granada explica que lleva usándose más de veinte años y que «el beneficio es mayor que el riesgo»
¿Puede un medicamento provocar ideas de suicidio? La respuesta es sí. Una solución para la caída del cabello llamada finasterida ha servido la polémica. ... Las recientes recomendaciones de la Agencia Española del Medicamento para minimizar los riesgos han generado cierto alarmismo. Desde el Colegio de Farmacéuticos de Granada, llaman a la calma. «Lleva usándose más de veinte años para tratar distintas dolencias y el beneficio es mayor que el riesgo», asegura el vocal de Oficina de Farmacia, Fermín Quesada.
La finasterida se usaba inicialmente en hombres cuya próstata crece hacia dentro y presiona la uretra. «Se vio que mantenían el cabello. No es un crecepelo, es un anticaída. Renutre los folículos y aumenta la densidad del vello de todo el cuerpo. Así se extendió con una dosis mínima de un miligramo para no afectar a otros procesos», subraya. Los pacientes, hombres de 25 a 45 años, toman una pastilla diaria toda la vida. Y hay efectos secundarios.
Este fármaco para la alopecia reduce la testosterona y provoca disfunción eréctil. «Para el varón, es muy llamativo. Aunque no es preocupante, sí condiciona. Normalmente, se empieza a tomar de joven, en el momento de mayor potencia sexual. Entonces no se nota, pero con alcohol y la edad sí aumenta notablemente», advierte Quesada.
Según él, junto con la bajada de líbido y de ánimo, «se vuelve un cóctel importante, sobre todo, teniendo en cuenta que muchos pacientes lo toman por estética, que, por desgracia, cada vez es más importante en la sociedad».
Casos en Europa
Puede arrancar así un proceso depresivo que acaba con ideación suicida. En Europa, ya se han registrado 313 casos por finasterida, según datos oficiales, y 13 por dutasterida, una molécula similar pero más novedosa que «es más específica y elimina más efectos secundarios».
Por prevención, se formará a los sanitarios para que asocien los síntomas con estos medicamentos, que a partir de ahora incluirán una tarjeta de presentación. Ante la más mínima sospecha, el paciente deberá enseñársela a su médico en consulta. De confirmarse la relación, el Colegio granadino recomienda notificarlo oficialmente en el servicio de farmacovigilancia.
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