Una treintena de clientes se querellan contra el dueño de una clínica dental de Granada por presunta estafa
Pagaron miles de euros en tratamientos inconclusos por el cierre repentino del centro, mientras el empresario manifiesta que trata de abrir en un nuevo local
La clínica cerró de forma repentina a finales de febrero de 2025. Los clientes de un centro del Zaidín se toparon con la persiana bajada ... después de años de tratamientos que se alargaban y complicaban más de la cuenta. Los usuarios, que aseguran que contrataron créditos a través del empresario o entregaron miles de euros en efectivo para pagar sus tratamientos, recibían distintas versiones del hombre al que le confiaron su salud dental. Un cartel en busca de afectados sobre el antiguo local ha derivado en el planteamiento de una querella colectiva por estafa y apropiación indebida.
Los afectados se sienten engañados, temen perder su dinero y se preocupan por los próximos clientes que puedan caer en la «trampa» del empresario, que trabaja para abrir una nueva clínica en el mismo barrio. Las decenas de clientes han denunciado ya los hechos en la comisaría de Policía Nacional y han solicitado un informe a otros profesionales sobre el estado de sus tratamientos, mientras se elabora la demanda. El abogado Francisco Javier Ortega Pardo, del bufete LexForma Abogados, representa legalmente a los clientes que se han atrevido a denunciar al empresario granadino. «El engaño ha consistido tanto en ofrecer tratamientos a los pacientes con la intención, quizás, de no finalizarlos. Se llegaron a proponer en un momento en el que él ya sabía que se tenía que ir del local para quedarse el dinero. Cobraba en metálico en muchas ocasiones y se aprovechaba de la situación de los pacientes. Insistía en buscar financiación para los tratamientos que, en algunos casos, estaban por encima de sus necesidades reales», explica el letrado. «Han intentado solicitarle la devolución y se niega. Es una especie de estafa piramidal, creemos que pagaba los tratamientos de unos con el dinero de los otros y cambiaba cada dos o tres meses de personal en la clínica, dado que muchos especialistas estaban desconformes por impagos», remacha el letrado.
El individuo, que no es dentista y no aplicaba los tratamientos, contrataba los servicios de ortodoncistas, cirujanos, médicos y protésicos para atender a los usuarios. La clínica abrió sus puertas en 2021 y mantuvo actividad hasta principios de año. Según apunta el propietario del local arrendado al empresario, tuvo que desalojar a su inquilino por impago. Los perjudicados se encuentran en la circunstancia de que deben volver a hacer inversiones en otra clínica para finalizar sus tratamientos. Las versiones del empresario cambian, pero las peticiones para que les devuelva los importes de los tratamientos o sus historiales clínicos persisten sin respuesta, siempre según la versión de los denunciantes.
Por su parte, el empresario granadino manifiesta a IDEAL que cerró la clínica por un problema personal y fecha para finales de año la apertura de un nuevo local. «Yo no he estafado a nadie. Si tengo que hacer alguna devolución lo haré, tengo 2.500 pacientes y he derivado a los clientes a otros dentistas. Se me ha hecho mucho daño y el acoso ha sido continuado», apunta. Sin embargo, los clientes manifiestan que los profesionales a los que los ha derivado en algunos casos no estaban advertidos y la mayoría se niega a admitir pacientes de esta clínica.
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