El restaurante de las frituras de pescado que «conoce toda Granada» y «está siempre lleno»
Se trata de Pescaíto El Ancla, un restaurante ubicado frente al Estadio Nuevo Los Cármenes que arrasa gracias a sus gambas, calamares, boquerones y rosada frita
En la calle Pintor Manuel Maldonado, justo frente al Estadio Nuevo Los Cármenes, hay un restaurante que está prácticamente siempre lleno. De hecho, conseguir un ... sitio en él de jueves a domingo sin reserva es una misión imposible. Y basta con probar sus frituras de pescado, que son su especialidad, para darse cuenta de por qué tanta gente acude a él.
Se trata de Pescaíto El Ancla, un restaurante que está a punto de cumplir cinco años de trayectoria y que tiene al frente a Sergio Montañés y a Miriam Redondo. Cuando se hicieron con el negocio tras un traspaso tuvieron que hacer frente a muchas dificultades, pero ahora la situación es bastante diferente y es uno de los negocios más prósperos de la zona. «Desde que llegamos cada año hemos ido a mejor y ahora mismo estamos en una dinámica buenísima. Nos conocen en toda Granada ya», cuenta a IDEAL Sergio.
Sobre su restaurante, el propietario explica que es un sitio en el que sentirse «como en casa» y poder disfrutar de un pescado de gran calidad, ya sea a base de tapas, raciones o platos. «La idea es que si vienes aquí te sientas a gusto y te vayas habiendo tapeado o comido en la gloria». Aunque su carta es extensa, Sergio explica que la especialidad de Pescaíto El Ancla son las frituras.
«Todo el mundo que prueba la fritura nos felicita y nos dice que no la ha comido igual en ningún sitio»
Sergio Montañés
Propietario de Pescaíto El Ancla
De hecho, el plato estrella del restaurante es el surtido de pescado, que lleva calamares, gambas, boquerones y rosada, todo frito. «Todo el que lo prueba nos felicita y nos dice que no lo ha comido igual en ningún sitio», explica orgulloso. Un plato perfecto para compartir entre varias personas a un precio de 11 euros la media ración y 19 euros la ración completa.
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Sobre su éxito, el granadino reconoce que están llenos «prácticamente todos los días», aunque es a partir del jueves cuando todo se convierte en «una locura». «Llegamos al bar a las 09:00 para prepararlo todo y aunque no abrimos hasta las 13:00 horas toda la mañana está el teléfono sonando para hacer reservas. Tienes que llamar el miércoles como muy tarde para hacerte con una mesa», explica.
En cuanto al futuro, reconoce que están «muy contentos» por la marcha del negocio. «Nuestro objetivo es seguir mejorando y creciendo. Nos gustaría hacernos con el local de al lado para tener más espacio y pronto introduciremos algo más de carne en la carta para ofrecer una mayor variedad a nuestros clientes», finaliza.
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