149 municipios de Granada están en riesgo de incendio

Son los datos que se desprenden de las estadísticas publicadas por el Ministerio de Agricultura y de los mapas de zonas de peligro confeccionados por la Junta de Andalucía. Hay 27 localidades que se salvan de la obligación de desarrollar sus respectivos planes, la mayoría en el Área Metropolitana, como Armilla, Las Gabias, Huétor Vega, Maracena, Vegas del Genil o Churriana de la Vega.

El listado de términos municipales en riesgo se concretó en el Plan Infoca que se terminó de trazar en 2010, se actualizó en 2016 y en los últimos años se han incluido, en la práctica, los ayuntamientos que se han segregado.

La masa forestal de cada localidad es el punto de partida para determinar si debe formar parte o no del mapa de la Andalucía más propensa a sufrir los efectos del fuego, como explica el director del Centro Operativo Provincial del Infoca en Granada, David Rodríguez. Quedan fuera aquellos en los que los perímetros naturales son insignificantes.

Todos los municipios obligados a tener su plan de emergencia local disponen del mismo, de acuerdo con el Infoca, aunque hay varios consistorios que están en proceso de actualizar sus proyectos. «Cada cuatro años deben renovarlo, están en distintos estados de tramitación, ellos los presentan y hay que aprobarlos. Si hay alguna modificación, la notifican», relata el responsable del Infoca en la provincia.

En estos documentos, cada gobierno local refleja las infraestructuras de las que dispone el municipio para la extinción de incendios, los medios humanos y materiales: camiones autobomba, puntos de suministro de agua, personal responsable, vías de evacuación, agrupaciones de voluntarios formados para colaborar en la lucha contra el fuego… También incluyen los planes de autoprotección que son obligatorios para campings, zonas de acampada, empresas e instalaciones o actividades ubicadas lugares de peligro, así como las asociaciones o empresas con fines de explotación forestal que realicen labores de dentro de esas zonas. En el incendio de 2015, que devastó el alcornocal de Lújar, un cortijo se salvó gracias a contar con este plan de autoprotección.

En lo relativo a la extinción de fuegos forestales, Granada es quizá la provincia más peculiar de Andalucía, pues reúne en un sólo territorio varios condicionantes que la hacen propensa a los incendios y dificultan su extinción. «Tiene mucha masa forestal, como la que puede tener Jaén, condiciones de déficit hidrológico como sucede en Almería o zonas de interfase como las de Málaga», aquellos puntos en los que, por ejemplo, se intercala la masa forestal con suelo industrial, lo cual dificulta los trabajos para sofocar las llamas. Y a todo ello se suma una compleja orografía, en especial por las pendientes de Sierra Nevada, cuenta el director del centro operativo.

Al norte de Sierra Nevada, en La Peza, no olvidan el incendio de 1993. Al sur, los mapas de superficie quemada confeccionados con exploración por satélite muestran los puntos del Valle de Lecrín, la Alpujarra y la Costa Tropical en los que ha ardido sobre quemado. En Lújar, las llamas engulleron casi 2.000 hectáreas en julio del año 2015, destruyendo el alcornocal y devolviendo a la memoria las imágenes del fuego que arrasó casi 10.000 hectáreas en la zona a mediados de julio de 1978.

Más cerca de la capital, la mancha más visible del mapa es la que señala el incendio de 2017 en el valle del Beiro y, en el mismo año, junto a la Alhambra. Sobresalen también los fuegos en Cenes de la Vega, víctima de los incendios verano tras verano. Son recurrentes las imágenes de los helicópteros cargando agua en las piscinas del parque Aquaola para esparcirla sobre las llamas. Acuatro kilómetros, en Cájar, se han registrado ya dos incendios esta temporada. Es el primero de los municipios en riesgo que ha activado su plan este verano.