Buscan al responsable de la muerte de una perra en Zújar: «Tenía signos de violencia y ahogamiento»

Encontraron a la perra en torno a las 15.00 horas en un callejón del municipio en una situación bastante grave. «No se podía mover y estaba muy mal», cuenta a IDEAL Yolanda García, una animalista ligada a la protección y la lucha contra el maltrato animal que es quien tomó la decisión de llevar este caso ante las autoridades. «Se iban a hacer cargo de ella en la perrera de Baza, que fueron quienes contactaron conmigo, pero sobre las 19:00 horas nos dijeron que Sindy había fallecido», lamenta.

La investigación por parte de la Guardia Civil ya está en marcha y Yolanda espera que pueda servir «para dar con el responsable o los responsables de esta salvajada». Sobre el estado en el que llegó la joven perra a la clínica veterinaria, explica que el informe indica que presentaba claros signos de violencia: «tenía un traumatismo craneoencefálico, signos de ahogamiento y síntomas de una posible intoxicación». Por otra parte, la animalista no se explica como nadie vio a Sindy antes, hasta el punto de estar convencida de que alguna persona tuvo que verla pero no atendió a la cachorra, «estoy casi segura de que esto fue así».

La corta edad del animal hace que todo el caso «sea más duro». «Un perro joven está todavía formándose, sería equiparable en humanos como darle una paliza a un bebé, lo que hace que todo sea aún más grave». Ante esta situación, Yolanda y un grupo de personas se han decidido a presentar un escrito al Ayuntamiento de Zújar, ya que al estar la perrita sin microchip y encontrarla en la vía pública entienden que este es el último responsable. Para ello han contado con el asesoramiento de María Girona, abogada animalista y presidenta de APADEVI para intentar hacer justicia ante un nuevo caso de maltrato animal.

Sobre si considera que dar mayor visibilidad y denunciar estos casos hará que poco a poco sean menos las situaciones de maltrato animal que sucedan, Yolanda considera que puede ser positivo: «así se entera la máxima gente posible y puede haber más concienciación». Sin embargo, tiene claro cuál podría ser la clave para que los animales dejen de sufrir estos actos de violencia: endurecer las penas. «Yo creo que la principal esperanza es que cambie un día la ley porque la mayoría de acusados en estos casos vuelven a sus casa porque la pena máxima es de solo 18 meses», explica la animalista, que espera que esto pueda cambiar y los casos de maltrato animal sean cada vez menos.