«Ponen carteles en el portal e invitan a subir a la fiesta a todo el que quiera»
La Policía Local multa a los jóvenes por organizar botellones en sus pisos con hasta 3.000 euros por infracciones muy graves
La juerga comienza el jueves noche y se repite durante la madrugada del viernes, el sábado y a veces también durante el domingo. Música a ... gran volumen, sonido de tacones que corretean por toda la planta o gritos y cánticos. «Ponen carteles en el portal e invitan a sumarse a la fiesta a todo el que quiera», dice Pedro Bautista, responsable de una comunidad de vecinos en Plaza de Toros. Diciembre y enero son meses tranquilos, pero el principio de curso se caracteriza por estas «reuniones» en los pisos, en las que se concentran decenas de personas y en las que incluso se abre de forma pública a desconocidos. Pese a ello, insiste en que no se debe generalizar, ya que otros muchos estudiantes tienen un buen comportamiento y jamás han dado problemas.
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Cuando el desmadre es ya extremo, les llaman la atención e incluso recurren a la Policía Local, que acude a las viviendas para conocer de primera mano el panorama. Los agentes proceden a hacer mediciones acústicas desde un domicilio contiguo y, posteriormente, llegan las sanciones, que van desde 750 por una infracción leve; 1.500 euros por una grave y 3.000 euros por una muy grave. Las zonas de Pedro Antonio, San Ildefonso o Camino de Ronda son donde realizan más actuaciones. No obstante, explican que en muchas ocasiones los problemas terminan cuando se identifican en el domicilio. A los botellones y las fiestas, los vecinos de estas zonas suman otros comportamientos incívicos que dificultan la convivencia en la comunidad y que crean malestar. Entre ellos se encuentra el consumo abundante de marihuana en los portales o las ventanas, porque el arrendador prohibe fumar en el interior.
El vertido a los patios interiores supera la ficción. «Hemos llegado a encontrar preservativos o consoladores», lamentan, al tiempo que transmiten su incredulidad por los hechos. A ello le siguen también actitudes que los afectados califican de «infantiles». «Nos han llegado jóvenes que tiran huevos o globos desde las ventanas a la gente que pasea por la calle», cuentan. Ahora esperan que las semanas pasen y empiecen a tener tareas para que acaben las fiestas.
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