La noche en la que seis de cada diez granadinos votaron a Felipe
40 aniversario de la victoria socialista del 82 ·
Los protagonistas granadinos del mayor triunfo electoral de la democracia rememoran aquella campaña histórica en la que el PSOE celebró más mítines que todos los demás partidos juntosHoy se cumplen cuarenta años de la victoria electoral del PSOE que marcó la cumbre de la Transición y convertía a Felipe González en el ... primer presidente de izquierdas tras la dictadura, con una mayoría absoluta de 202 diputados en el Congreso que nadie ha logrado igualar después.
El mensaje de igualdad, libertad y consolidación de la democracia de aquella campaña, con el mítico lema 'Por el cambio', caló hasta los huesos en Granada, que contribuyó de manera decisiva a la primera victoria socialista, la más sonada de la democracia española. A Felipe le votaron seis de cada diez granadinos y granadinas (el 57,79% frente al 48,34% en España) y el PSOE arrasó en 162 de los 166 pueblos que entonces tenía la provincia. El PSOE lograba cinco de los siete diputados por la provincia y tres de los cuatro senadores.
Cuarenta años después, IDEAL, reúne a los protagonistas granadinos de la victoria del 82, Ángel Díaz Sol, Curro Valls y Antonio García Olid que obtuvieron acta de diputados y al senador Rafael Estrella para destilar sus recuerdos del histórico 28-O. Falta a la cita por decisión personal el hombre que encabezó las listas al Congreso por Granada, el catedrático Filosofía Pedro Cerezo y en el recuerdo de todos siguen muy presentes los compañeros ya fallecidos: Enrique Gozalbes, el quinto diputado y Juan Cuenca y José García Ladrón de Guevara, que completaban el trío de senadores granadinos junto a Estrella.
«El cambio se respiraba. Sabíamos que íbamos a ganar y a hacer historia. Se vivía un ambiente de euforia», rememoran los artífices granadinos de aquella victoria. Están orgullosos de haber desempeñado un papel protagonista en aquella etapa de consolidación democrática, modernización y construcción de un Estado socialdemócrata que por fin miraba a Europa.
Los hombres de Felipe –aunque las mujeres, sobre todo en la capital, también tuvieron un papel protagonista en aquella campaña– están ya jubilados y lejos primera línea política. Entonces eran apenas treintañeros que canalizaron las ganas de cambio de los granadinos y cuarenta años después mantienen intacta la lucidez y la altura intelectual de aquella gran generación de políticos, tan reivindicada en la actualidad, que permitió a España progresar en paz. Sus recuerdos son los de una «campaña extraordinaria» que vivieron aupados por el entusiasmo.
Los de las alpargatas
Cada día, el PSOE celebraba más mítines en los pueblos que todos los demás partidos juntos. Hubo más de 230 actos en una campaña alegre, en el que las farolas y cabinas de teléfonos de los pueblos se llenaron de carteles de Felipe con chaqueta y corbata y los socialistas percibían la desmoralización del adversario. Mientras UCD apenas celebraba actos en recintos cerrados, el PSOE reventaba las plazas de toda la provincia. El viento de cambio soplaba a favor y sin embargo, los cargos socialistas recuerdan que no todo fue idílico en el escenario de la Granada del 82 donde aún estaban muy presentes los ataques de ultras e insultos de los que temían que gobernaran «los de las alpargatas».
El primer acto de la campaña granadina fue un mitin en la plaza de Bib-Rambla, donde más de cinco mil personas escucharon con entusiasmo a Ladrón de Guevara, la presidenta del PSOE granadino María Izquierdo y al propio Felipe, que en una larga intervención desgranó el programa socialista, se reivindicó como moderado y soltó la mítica frase «El cambio es que España funcione». «Y empezó a funcionar», aseguran con una sonrisa.
Una campaña en plena escalada ultra
El relato entusiasta de los protagonistas de la victoria del 82 puede llevar a pensar que fue fácil. «Y sin embargo no lo fue, la Transición no fue tan idílica», advierte Claret García. Y es que Granada vivió la campaña electoral de 1982, en mitad de una escalada ultra que se tradujo en el asalto de bandas fascistas a la Facultad de Letras, incidentes en un pub de la Gran Vía frecuentado por intelectuales de la izquierda y amenazas a Fraga Iribarne en el mitin de Solidaridad Española (el partido del golpista Tejero). También se detuvo a un grupo de jóvenes ultras que hacían prácticas con una pistola en la vega y confesaron que se la habían dado en la sede de Solidaridad Española. «Los ataques desde la derecha a Felipe fueron furibundos con humillaciones diarias en la prensa», apunta.
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