Medicamentos usados como drogas en Granada para «flotar y sentir el triple»
Farmacéuticos alertan del consumo recreativo del cloretilo y la toseína, especialmente por jóvenes, con efectos secundarios que pueden ser fatales
Ron, ginebra, refrescos, pipas, chucherías… y medicamentos. Decenas de granadinos se han incorporado a la moda de hacer botellones con fármacos, ingeridos directamente o mezclados ... con alcohol, con el fin de potenciar sus efectos. Una peligrosa tendencia perseguida y denunciada por los profesionales farmacéuticos, que en ocasiones reciben recetas falsas. «Me hacen flotar y sentir el triple», comenta a IDEAL una consumidora que prefiere mantener el anonimato en relación a estos medicamentos.
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Uno de los más adquiridos en Granada es el cloretilo, un anestésico tópico utilizado en intervenciones quirúrgicas de poca profundidad, medicina deportiva o para realizar tatuajes, dejando insensible los nervios periféricos a través de anestesia local. Los que deben emplearlo son profesionales médicos o fisioterapeutas, por ejemplo. Sin embargo, los que lo consumen de forma fraudulenta suelen ser «jóvenes que lo usan para salir de fiesta» por su «efecto eufórico instantáneo». «Lo inhalan directamente o se lo echan en la ropa y lo esnifan ahí. Puede provocar efectos adversos como arritmia, convulsión o pérdida de conciencia. Si se consume de forma habitual puede generar daños hepáticos y alucinaciones», explican desde el Centro de Información del Medicamento.
Se vende en dos presentaciones, 100 y 200 gramos. Antiguamente era solo con receta, pero hace unos años se retiró este requisito. Conforme los potenciales clientes se fueron enterando, comenzaron a incorporarlo en sus vidas. En 2023 se produjo un auténtico 'boom'. En este 2024, coincidiendo con la feria de abril de Sevilla, el consumo se intensificó, llevando a la Agencia española de medicamentos y productos sanitarios a enviar una comunicación a los colegios de farmacéuticos. Según fuentes distribuidoras, en Granada se vendieron el año pasado hasta 14.000 unidades de este producto. En 2024 la cifra se ha reducido un 29,51% durante el periodo que abarca de enero a septiembre, situándose en torno a las 11.000. «En esta disminución influye la colaboración de los farmacéuticos, que informan y están atentos a quiénes son los clientes», apostilla el Centro de Información del Medicamento.
Toseína
En el caso del otro fármaco utilizado para 'colocarse', sí necesita receta médica. Se trata de la toséina, empleada en el tratamiento de la tos seca, cuyo principio activo es la codeína, un opioide. Los consumidores que lo usan de forma recreativa lo mezclan con alcohol y el resultado es lo que se conoce como 'purple drank' o 'lean', una bebida que busca la «euforia rápida» y, al llegar más rápido al estado de embriaguez, hace que no haga falta beber tanto. El Centro de Información del Medicamento señala que sus efectos son muy peligrosos, como convulsiones, potenciados además al mezclarlos con alcohol. «Las consecuencias pueden ser fatales, por no hablar de la dependencia que puede generar», advierte.
Estos consumidores, también jóvenes por lo general, emplean recetas falsas para adquirirlo en farmacias. Los profesionales que trabajan en ellas, además de extremar la precaución, están en constante comunicación con los médicos que supuestamente las firman para comprobar si realmente son reales. En caso de que no lo sean, el Centro de Información del Medicamento envía una comunicación a los colegiados para que estén atentos y, si los propios médicos denuncian, el caso puede llegar al juzgado. «Usan sus datos y se prescriben cosas sin permiso. A veces nos llama la Policía Nacional y la Guardia Civil para que les ayudemos a dar con los clientes», destacan desde el centro.
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