La mayor protesta de la historia del campo sitia Granada diez horas
La histórica marcha por la crisis de precios agrícolas acabó con cortes de carreteras que pusieron la ciudad al revés
Mercedes Navarrete
Granada
Jueves, 20 de febrero 2020, 01:16
El pequeño Noé Martínez, que tiene seis años y es hijo de un socio de la cooperativa de aceite San Isidro de Deifontes, pedaleando ... en su tractor de juguete y pidiendo futuro para el campo al frente de una marcha con más de 15.000 agricultores y más de 750 tractores de los de verdad, llegados de todos los puntos de la provincia, se convirtió ayer en el símbolo de la mayor exhibición de fuerza de la historia del campo granadino. La tractorada protestó por la crisis de precios sostenida y generalizada del campo –que en el caso del olivar ha llegado al límite de vender por debajo de costes– y dejó claro el hartazgo de más de 35.000 familias de agricultores de la provincia que piden soluciones porque ya no pueden vivir de su trabajo.
El pequeño Noé y la unión sin precedentes del campo granadino fueron la cara A de una jornada emocionante para los agricultores porque nunca antes se habían dado la mano desde los hortofrutícolas de la Costa hasta el cereal del Norte pasando por todas las comarcas olivareras o la ganadería para luchar por una misma causa.
«Ha sido un día histórico en el que el campo ha mostrado su hastío»
Nicolás Chica. UPA
Pero el día tuvo una negra cara B. Y es que tras los problemas previstos de tráfico a primera hora de la mañana por la entrada de los tractores a la capital y la marcha autorizada de cuatro horas, que tenía que haber concluido en la rotonda de Neptuno sobre las dos de la tarde, parte de los manifestantes saltaron la autovía A-44, a la altura de la salida de Recogidas y mantuvieron bloqueados ambos carriles de la Circunvalación durante la friolera de cinco horas más. Además, un grupo de tractores también pasó del recorrido oficial y mantuvo cortes intermitentes durante toda la jornada en la rotonda de entrada a Granada por la carretera de Málaga, la conocida como glorieta de 'El Timbre'.
«Si el Gobierno sigue sin hacer nada el modelo de explotación tradicional va a desaparecer»
Alfonso Zamora. Ecohal
Los alrededor de diez horas de carreteras cortadas mantuvieron a la ciudad sitiada y sumida en el caos. Y así, lo que tenía que ser un día histórico para que la furia del campo rugiera en la ciudad acabó convirtiéndose en una complicada jornada que puso Granada patas arriba.
Atrapados
Los miles de conductores atrapados durante horas, la tensión con los manifestantes, retenciones kilométricas, enfermos evacuados en moto o niños atrapados en un colegio ante la desesperación de sus padres que no podían llegar a recogerles por los cortes fueron el reverso de la protesta del campo. El caos de tráfico dejó retenidos en la ciudad incluso a miles de manifestantes que no participaron en los cortes de la autovía y no podían volver a sus pueblos.
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Los problemas de tráfico que no estaban previstos más allá de las dos de la tarde hicieron que muchos de los granadinos que habían aplaudido la desesperada marcha cargada de razones de los agricultores por las calles del centro acabaran la jornada con un cabreo monumental. Una madre que sobre las tres de la tarde sacaba a su bebé de la ratonera en la que se convirtió la A-44 a pie por la salida de Recogidas, empujando un carro lo resumía así: «Comprendemos sus reivindicaciones pero a esto no hay derecho». Fue un triste final para un día que, sin embargo, comenzaba lleno de entusiasmo por una participación que desbordó las previsiones de participación de las organizaciones convocantes ASAJA, COAG, UPA, INFAOLIVA, Cooperativas Agro-alimentarias de Granada y ECOHAL.
250 autobuses
Se esperaban 500 tractores y la Subdelegación del Gobierno contabilizó 749, aunque los organizadores creen que incluso se sumaron más que no entraron en esta cuenta oficial. Además, llegaron a Granada más de 250 autobuses que trasladaron manifestantes desde más de un centenar de pueblos.
Al contrario que la salida de la ciudad, la entrada fue ordenada y siguió la hoja de ruta consensuada por los convocantes, Subdelegación del Gobierno y fuerzas y cuerpos de seguridad en las reuniones previas.
Cinco grandes caravanas de tractores partían de Iznalloz, Padul, Moraleda de Zafayona, Ventas de Huelma y Pinos Puente recogiendo a más vehículos agrícolas de pueblos vecinos y entraban a la capital por los dos puntos autorizados y previstos: la rotonda de Maracena y el acceso a Granada por la carretera de Málaga. Las caravanas circularon escoltadas por patrullas con más de un centenar de agentes de la Guardia Civil. El operativo especial de la jornada movilizó además a refuerzos de la Guardia Civil llegados de otras provincias, efectivos de los grupos de intervención policial de la Policía Nacional y más de 60 agentes de la Policía Local, que se desplegaron en los 57 cruces de la ciudad que se vieron afectados por la marcha.
«El campo ha llegado al límite, sólo pedimos vivir de nuestro trabajo»
Fulgencio TorresPte. Cooperativas Granada
La manifestación estaba siendo pacífica y ejemplar hasta el punto de que, a su paso por la Gran Vía, la sede del Gobierno central en Granada, la subdelegada Inmaculada López Calahorro felicitó a los representantes de las organizaciones convocantes por cómo estaba transcurriendo la marcha, sin incidencias, y ellos hicieron lo propio por el despliegue de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
La mayor protesta de la historia del campo granadino también contó con el apoyo de partidos políticos como PP y PSOE, sindicatos, la Confederación Granadina de Empresarios, el Gobierno andaluz, el Ayuntamiento de Granada y de alcaldes de todos los pueblos de la provincia y todos los signos políticos.
El punto de partida de la gran marcha era la Delegación de Agricultura de la Junta, en Joaquina Eguaras, a las once de la mañana. Los primeros en llegar fueron los agricultores de Montillana que al grito de «Injusticia, manifestación», se hicieron fuertes en la cabecera, justo detrás de los representantes de las organizaciones convocantes que ocuparon la primera línea con el lema 'Precios justos para el campo'.
Y tras la pancarta, 15.000 historias con un denominador común. La desesperación. Como la de Manuel Rueda, precisamente de Montillana, que lamentaba que el kilo de cerezas que se vende en el supermercado a tres euros a él se lo están pagando a 30 céntimos. «No sabemos ya cómo pedir que nos ayuden», clamaba. Durante las más de cuatro horas de recorrido oficial sonó en bucle una canción de María Jiménez con la que el campo quiso hacer toda una declaración de intenciones: 'Se acabó'.
«Lo único que ha hecho el Gobierno es perjudicar al sector con la reducción de peonadas y el refuerzo de las inspecciones»
Manuel del PinoPte. ASAJA
Las reivindicaciones
- Precios justos: Mecanismos que garanticen unos precios para los productos agro granaderos.
- No a la especulación: Piden al Gobierno que le de un toque de atención a la distribución y que tome medidas para garantizar un reparto más equitativo del valor de los productos de la cadena alimentaria.
- Una fiscalidad más justa: Piden que se revisen los módulos del IRPF en un momento en el que los precios se han desplomado.
- Una PAC: La nueva PAC más presupuesto y corrija desigualdades territoriales.
- Que el campo no sea moneda de cambio: No a los aranceles injustos, a las barreras comerciales, al veto ruso
- Fondo de gestión: Reclaman un mecanismo para gestionar las crisis en los mercados.
- No a la criminalización: Piden que se dignifique la profesión y que la sociedad no mire a los agricultores y ganaderos «como parte del problema» sino como generadores de riqueza.
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