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«Llevo 4 años sin ver a mi hijo, secuestrado en Irán, y ahora se abre una salida»

«Llevo 4 años sin ver a mi hijo, secuestrado en Irán, y ahora se abre una salida»

El lunes se celebrará el juicio con el que la granadina Beatriz Arrabal espera conseguir el divorcio de su marido, denunciado por malos tratos, y llegar a un acuerdo a través de la embajada para recuperar al pequeño Oliver

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Viernes, 1 de julio 2022, 00:49

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Una luz tenue al final del túnel. Beatriz Arrabal, granadina de 39 años de edad, lleva 4 años sin ver a su hijo. El que todavía es su marido, Hamed Khaksar, natural de Irán, se llevó a más de tres mil kilómetros de distancia y sin su permiso al pequeño Oliver, cuando tenía cuatro años recién cumplidos, el 5 de noviembre de 2017. Mientras la mujer trabajaba, Hamed consiguió huir a Teherán con un permiso temporal de la embajada. Al llegar al domicilio que compartían en Londres, no supo dónde estaban y horas después se enteró de que su pareja, denunciada por malos tratos, había secuestrado a su hijo. La granadina empezó entonces un periplo legal para recuperar al menor, odisea que continuará el lunes en el juzgado de primera instancia número 10 de la Caleta en un juicio en el que demanda la custodia del niño, que ahora tiene siete años, y el divorcio de su marido.

«Estuve con mi hijo hace cuatro años por última vez. Fui a verlo a Irán en una visita de 4 meses a intentar solucionar las cosas. La última vez que le vi fue en una videollamada de agosto y desde entonces solo logré hablar con él siete minutos en febrero», lamenta. Arrabal sabe que sus posibilidades para recuperar al niño son «muy pocas», pero no dejará de intentarlo. Cuando consiga el divorcio y la custodia en España, lo hará constar en la embajada de Irán y pedirá el divorcio también allí, ya que la pareja hizo efectivo el matrimonio en sus correspondientes países de origen. El divorcio en Irán está contemplado en supuestos legales como la adicción o los malos tratos. Además, la granadina renunciará a su ciudadanía iraní. A través de la embajada, intentará reclamar al niño. Irán no forma parte del convenio de la Haya que asegura el regreso de los menores ilícitamente trasladados o retenidos.

«Me darán y se me reconocerá la custodia. El padre de mi hijo no se personará en el juicio y mi única vía es la diplomática e intentar alcanzar un acuerdo con él más adelante. Me conformaría con tenerlo unos meses en verano», dice. Arrabal manifiesta que la embajada le ha tendido la mano estos años, ayudando a enviar paquetes al niño durante la pandemia o trasladando el estado en el que se encuentra Oliver cuando no recibe noticias de su hijo.

«Le echo de menos pero he hecho todo lo posible por salir adelante. La última vez que hablé con él me dijo que me quería pero que no quería verme. Es un niño y no sé qué le estará contando su padre», señala. Arrabal, que es profesional sanitaria en el SAS, se ha centrado en su trabajo y en su familia para superar la depresión que le ocasionó la separación de su hijo. «He rehecho mi vida y he encontrado una nueva pareja, ya no necesito medicación para la depresión y me he centrado en el trabajo y en mis seres queridos. Si alguna vez recupero a Oliver, quiero que encuentre a su madre fuerte», sentencia.

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