Lanjarón, sede oficial del turismo rural en Granada
Los viajeros componen la mitad de la población en el municipio por la oferta rural y de naturaleza que ofrece
La historia de Lanjarón va ligada al turismo. Lo cuentan sus vecinos más mayores, que explican cómo el pueblo se llena cada año entre los ... meses de marzo y septiembre, y como esta tónica habitual continua los fines de semana durante el resto del año. La imagen de sus calles, afirman, cambia completamente en fechas determinadas, como en verano o durante los puentes de los meses de invierno. A estos testimonios, se suman la experiencia de sus hosteleros, que registran un lleno casi absoluto en sus terrazas verano tras verano. Cuando todos descansan, ellos trabajan de sol a sol prácticamente porque «hay que aprovechar la época buena». Visitantes de toda parte de Europa, familias con sus críos o grupos de mayores conforman este amplio público. Esto hace, como ellos mismos declara, que el pueblo sea sede oficial del turismo rural en Granada.
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No obstante, los buenos datos del municipio frente al turismo no son nuevos, aunque sí que la localidad ha experimentado un importante «repunte» en los últimos años. Sobretodo, tras la pandemia. Así lo confirma el alcalde de Lanjarón, José Eric Escobedo, que confirma que el municipio es líder en la Alpujarra en cuanto a oferta de pernoctación en la comarca y que los viajeros componen la mitad de sus habitantes en temporada alta. «Los turistas eligen Lanjarón para dormir comer por la gran oferta con la que contamos», expone. El pueblo alberga 24 bares y hasta 13 hoteles. A ello se le une una oferta compuesta por alojamientos rurales que experimentaron un gran crecimiento tras la pandemia. «La gente viene a Lanjarón para escapar del día a día y disfrutar de una burbuja en la que olvidarse de todo lo demás», expone el regidor.
Otra novedad que ha hecho vivir este repunte en los últimos años es el acceso a un turismo rural y de naturaleza cada vez más demandado y que encuentra en los municipios de la Alpujarra su principal atractivo. La opción de escapadas de balneario y un clima moderado todo el año completan los motivos que hacen que el pueblo mantenga estos buenos datos de visitantes. Los gorros para protegerse del calor ocupan las calles de la localidad de poco más de 3.000 habitantes. Los turistas pasean por sus calles y paran a comprar algún souvenir. Miel, imanes, postales sobre sus paisajes, especias o queso son los productos estrella entre extranjeros y españoles. Sus vecinos están más que acostumbrados a esta estampa y aseguran que se repite desde hace décadas. Antonio lleva toda la vida en el pueblo. Reconoce y ha experimentado en primera persona cómo el turismo ha estado siempre presente en Lanjarón.
No obstante, explica que, aunque ahora es abundante, antes lo era mucho más. El pueblo mantiene su esencia año tras año, sus casas se llenan, porque recuerda Antonio, «como en Lanjarón, en ningún sitio».
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