Javier Imbroda: «Ciudadanos tendría que haber sentado a Pedro Sánchez para llegar a un acuerdo y no condenar a la sociedad a otras elecciones»
«El congreso de Ciudadanos tendría que haberse resuelto. Lo único que ha hecho es prolongar cierta debilidad y división», advierte el consejero de Educación y Deportes de la Junta de Andalucía
–¿Cómo ve la etapa nueva etapa de Ciudadanos? ¿Hay errores que corregir?
–En mi opinión y lo he trasladado, el malísimo resultado del ... 10 de noviembre se produce porque cuando fracasa la investidura en julio ahí tendría que haber intervenido Ciudadanos. Sentar al presidente y llegar a un acuerdo y no condenar a la sociedad a esas otras elecciones. Eso hubiera producido una estabilidad que a todos nos interesa, sin depender de los que quieren romper España. Desconozco si el señor Sánchez hubiera querido porque desde el primer momento transmitió hostilidad. En fin, podría ser a lo mejor un motivo, que Ciudadanos se hubiese mostrado como ese partido en papel de árbitro. Cuando se produce el mal resultado del 10 de noviembre pasa demasiado tiempo para este congreso. Es como el boxeador que se queda grogui, preguntando qué ha sucedido. En enero tendría que haberse resuelto. Lo único que ha hecho es prolongar cierta debilidad y división y dar margen para que alguno transmita desconfianza hacia el proyecto.
–¿Cerrarse de partida al pacto o apoyo al PSOE fue un error?
–La primera parte, no. Los ciudadanos estamos muy cansados de que cuando vamos a la urna no sepamos para qué votamos. Ese voto se sabía que no era para la investidura de Pedro Sánchez. La posición de Ciudadanos fue coherente. El electorado socialista esto lo perdona, porque está entrenado a que no se pueda dormir con Pablo Iglesias pero después lo metes a formar parte del CNI. En la segunda parte sí teníamos que haber tenido la iniciativa. Albert Rivera tenía que haber peleado por sentar al señor Sánchez, aunque este no hubiese querido. Eso lo hizo pero lo hizo el 16 de septiembre. Eso lo tenía que haber hecho un mes antes y habría generado una corriente de opinión. A lo mejor sin entrar en el gobierno.
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–En este momento, ¿la confluencia es el único camino con el PP?
–Creo que no. Hasta ahora se han dado circunstancias excepcionales tanto en el País Vasco como en Cataluña y, a día de hoy, Ciudadanos tiene su propia identidad y el PP la suya. En determinadas zonas hay situaciones muy complejas.
–¿Se imagina en la próximas elecciones andaluzas y municipales listas conjuntas en Andalucía o en alguna capital?
–Ahora mismo no lo veo, a día de hoy. Quedan tres años y no sé qué va a pasar. Cada uno tiene su sello, hay mucho electorado socialista que se siente huérfano. Echo mucho de menos el PSOE constitucionalista, todos los españoles lo echamos de menos. A veces me pregunto dónde está el PSOE y por qué en Andalucía calla y le apoya. Lo que defendía hace un año ahora está en contra. Para alguien neófito en la política como yo me pregunto si le interesa Andalucía de verdad o el partido y el sillón.
–Para alguien neófito en la política, y no he hecho ninguna pregunta de baloncesto, ¿imaginaba que la política era esto?
–(Suspira) Lo que estoy viviendo me lo podía imaginar con cierta distancia, lo que no podía imaginar en sede parlamentaria es la falta de respeto. Cuando intervienen escuchas rumor, son faltones, te interrumpen, chascarrillos... A mí personalmente me ha sorprendido. El Parlamento tiene que ser un templo de la palabra y el respeto. Esto me lo ha enseñado el mundo del deporte. Puedes debatir, pero escucha. Y también me ha llamado la atención cómo se miente. Algunos han creado en la mentira una herramienta de trabajo. Hay que sacar a la mentira del Parlamento y para eso hay que sacar a los mentirosos.
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