Granada persigue más donantes de médula y que acepten cuando reciban la llamada
Han disminuido un 70% en los últimos tres años pero son «de más calidad», señalan desde el Centro de Transfusión, Tejidos y Células
La familia de Nerea Guerrero Cobo estaba desesperada en 2019: la niña necesitaba urgentemente un donante de médula. Pensaron que una campaña de difusión podría ... ayudar. Crearon una página en Facebook que llegó a tener 10.000 seguidores y acudieron a decenas de colectas de sangre y plasma a informar sobre el tema. Aquello movilizó a toda la provincia y funcionó. A dos conocidos de la familia los llamaron porque eran compatibles con enfermos de otros puntos del mundo. El donante de Nerea apareció a los meses en América. A día de hoy, ella está sana. Campañas mediáticas como esta provocan que los nuevos donantes suban como la espuma en el registro. De hecho, en 2019 se incorporaron 1.280 granadinos. En 2021, dos años después, esta cifra se redujo a 376 nuevos, un 70% menos. Pese al acusado descenso, desde el Centro de Transfusión, Tejidos y Células de Granada aseguran que las cifras se ajustan a la planificación.
Una vez que el plan anterior permitió alcanzar una reserva de donantes suficiente, los esfuerzos se dirigieron a mejorar la eficacia de las donaciones, con «más calidad que cantidad». Así lo explica Jesús García, responsable del Área de Distribución de componentes sanguíneos en el citado centro, que incide en que buscan «donantes más jóvenes, mejor informados, más motivados y tipados inmunológicamente con técnicas más modernas y precisas». Uno de los fines es que no se echen para atrás si llegado el momento les llaman porque son compatibles con alguien. «El objetivo es que esa tasa de rechazo llegue a cero», detalla.
Casos mediáticos como el de Nerea suponen una labor muy importante de difusión, pero a largo plazo lo ideal es la «donación informada», como en el caso de los que acuden al Centro de Transfusión a donar sangre o plasma y se interesan por este tema. Con una simple extracción de sangre entran dentro del Registro de Donantes de Médula Ósea (REDMO), pudiendo ser compatibles en algún momento con cualquiera que lo necesitara. En la actualidad se incluyen en el registro personas con edades entre 18 y 40 años. En la red mundial se superan los 30 millones de donantes de médula. Cuantos más haya, más oportunidades tendrán los pacientes de encontrar el adecuado para ellos.
Receptores
Según explica Jesús García, el 99% de los que precisan un trasplante de este tipo tiene neoplasias hematológicas, es decir, leucemias, linfomas, mielomas y otras enfermedades en las que la médula «está irreversiblemente enferma» y no se prevé curación con tratamiento farmacológico. Generalmente se busca al entorno más cercano, pero solo el 25-30% de las personas tiene un hermano compatible. «Cada vez se hace más el trasplante haploidéntico de padre a hijo, con alto grado de incompatibilidad, pero a veces con efectos beneficiosos», agrega.
La mayoría de las veces se recurre al trasplante alogénico no emparentado, en el que el donante no es familia. «Recurrimos a una forma de terapia celular utilizando la médula de otra persona. Actúa como terapia inmunológica frente a las células enfermas que el receptor sigue teniendo», apostilla el responsable del área de Distribución de componentes sanguíneos. En otras palabras, un donante puede curar el cáncer de mal pronóstico de un desconocido.
Por todo esto, desde el Centro de Transfusión, Tejidos y Células de Granada animan a la población a entrar en este registro, en el que un esfuerzo mínimo se traduce en un beneficio enorme. «Salva vidas y es un ejemplo de solidaridad. Todos en un momento dado podemos necesitarlo, cuantos más haya, mejor», concluye Jesús García.
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