Gran Capitán se moviliza para reclamar vigilancia 24 horas en urgencias tras las últimas agresiones
Los servicios de Chana y Zaidín apoyan la solicitud de sus compañeros, que también han iniciado una recogida de firmas y un procedimiento de comunicación de riesgos laborales
La indignación se ha apoderado de Gran Capitán tras las agresiones a una enfermera y un celador de la última semana. Los sanitarios granadinos ya ... no pueden más. Llevan años reclamando medidas para evitar episodios de violencia en los centros de salud, especialmente en los servicios de urgencias de atención primaria (SUAP), que funcionan duranet la noche y los fines de semana y es donde «más desprotegidos» se sienten. Así que han decidido unir fuerzas para reclamar vigilancia 24 horas.
En este centro de salud, los profesionales de urgencias se turnan para hacer guardia cada cuatro días. Normalmente, hay un mínimo de seis: dos médicos; dos enfermeros; un celador, y un técnico de emergencias sanitarias. Los fines de semana, más. También es habitual un residente en formación, así como un médico de refuerzo por las tardes. La cuestión es que las agresiones se producen a cualquier hora e independientemente de su estado físico, «que no siemrpe es el deseable».
«A veces, igual llevamos 24 horas sin dormir, pero nuestra profesión es de servicio, de entrega. No nos planteamos una actitud defensiva»
Julia Vargas
Médico de familia en urgencias de Gran Capitán
«Se unen una serie de condiciones que nos hacen más vulnerables. A veces, igual llevamos 24 horas sin dormir, pero nuestra profesión es de servicio, de entrega. No nos planteamos una actitud defensiva», comparte con IDEAL Julia Vargas, médico de urgencias en Gran Capitán y compañera de los sanitarios agredidos. Con la enfermera coincidió este martes, precisamente, cuando empezaba su jornada y ella acababa la guardia en la que recibió una patada en el pecho.
«Me di cuenta de que me estaba agrediendo, de que me estaba dando patadas, pero seguí con la cura para satisfacer al paciente y que hubiera paz»
Enfermera agredida
Profesional de urgencias en Gran Capitán
La agredida estaba «en estado de shock». La doctora recuerda sus únicas palabras: «Me di cuenta de que me estaba agrediendo, de que me estaba dando patadas, pero seguí con la cura para satisfacer al paciente y que hubiera paz». El agresor fue detenido y deberá cumplir una orden de alejamiento, pero ella no ha vuelto a trabajar. Tampoco el celador agredido en la madrugada del domingo, de baja por ansiedad y daños en los ligamentos de un brazo.
Actuaciones Un escrito, muchas firmas y una protesta
Objetivo: vigilancia 24 horas
Lo vivido esta semana ha hecho que el resto rememore sus propias vivencias. La doctora Julia Vargas habría sufrido «cuatro agresiones verbales y amenazas». En los últimos tres meses. La lista es más larga. «Me han dicho que no valgo, que soy indeseable o racista por no atender una petición. Desde un joven que quiere curarse fuera de horario hasta una toxicómana de la zona que rompió el aparato para identificar las tarjetas sanitarias», repasa. Algunos llegan «predispuestos», con una conducta hostil hacia los sanitarios y, a menudo, en estado de ebriedad.
Los últimos casos han sido el empujón definitivo para actuar. Esta médico y sus compañeros han preparado un escrito dirigido a la gerencia del Distrito Sanitario Granada, dependiente del Servicio Andaluz de Salud (SAS), solicitando vigilancia 24 horas, al menos, en el servicio de urgencias de atención primaria de Gran Capitán. Todos han firmado con nombre y apellido. Los centros de salud de Chana y Zaidín, que también tienen urgencias, apoyan su reclamo.
Por otro lado, se ha iniciado una recogida de firmas en la plataforma Change.org para que se contraten guardas y «garantizar un entorno de trabajo seguro y digno para quienes cada día nos dan lo mejor de sí mismos». Además, según ha podido saber este periódico, el Sindicato Médico de Granada ha puesto en marcha un procedimiento oficial de comunicación de riesgos laborales y está prevista una concentración de repulsa con fecha por determinar.
«Asumimos que cualquier persona puede sufrir una agresión en su puesto de trabajo, pero lo que más nos duele es no sentirnos respaldados por la administración«
Julia Vargas
Médico de familia en urgencias de Gran Capitán
«Asumimos que cualquier persona puede sufrir una agresión en su puesto de trabajo, pero lo que más nos duele es no sentirnos respaldados por la administración. Nuestros jefes nos apoyan moralmente, pero no disponen de muchos más medios», apunta Vargas. «La decisión de poner o no seguridad privada hay que analizarla y estudiarla», advierte por su parte la delegación de la Consejería de Salud. Por el momento, urgencias de Gran Capitán sigue funcionando entre «desorientación y mucha crisis profesional».
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