El Gobierno reivindica en Granada los 600 años de presencia del pueblo gitano

En el encuentro titulado 'El arte como altavoz de la cultura gitana', que reunió a medio centenar de artistas, académicos y representantes institucionales en un ejercicio colectivo de memoria y reconocimiento, la ministra reivindicó la aportación de los gitanos españoles –un millón de personas en la actualidad– en el arte, la cultura y la lengua. «Nuestro país no sería el que es sin el aporte del pueblo gitano. España es un país diverso, y la diversidad y la pluralidad siempre son algo positivo», resaltó.

Saiz, quien comenzó y cerró su intervención con versos del romancero de Federico, expresó el «compromiso institucional y político» del Ejecutivo con la inclusión y la igualdad. Como ejemplo, destacó la participación de organizaciones como Secretariado Gitano en el diseño de los nuevos «itinerarios» del Ingreso Mínimo Vital, que han permitido la mejora de indicadores académicos, laborales y sociales en aquellas familias perceptoras de esta ayuda gracias «al acompañamiento, la escucha y la cercanía».

Tomó nota de las reivindicaciones planteadas por el cantaor Juan Pinilla, presentador del acto, y por las participantes en la mesa redonda, la escritora Noelia Cortés, la actriz Coco Reyes y el musicólogo Reinaldo Fernández. Pinilla rememoró la historia de «persecución» y «discriminación» que ha persistido desde la llegada de los gitanos a Europa hasta casi nuestros días, sin olvidar la «basura mediática» con la que las cadenas de televisión siguen «vejando» al colectivo. «Queda mucho por educar», subrayó el cantaor, quien atribuyó a la «ignorancia» los estereotipos que pesan sobre este grupo.

Reinaldo Fernández Manzano matizó que, a pesar de los tópicos negativos, la visión de los gitanos desde las élites culturales e intelectuales siempre ha sido muy positiva, y destacó su influencia en artistas de todo el mundo.

Noelia Cortés lamentó que persistan estereotipos como el analfabetismo de los gitanos, que la convierten en un «bicho raro» por ser escritora y romaní, y afirmó, frente al lugar común del «machismo feroz» de la cultura gitana, que este tiene más que ver con el credo evangélico, muy extendido en este colectivo.

Coco Reyes, actriz e impulsora de la primera compañía de teatro de mujeres gitanas, denunció el «daño» que hace el cine español a su pueblo al presentar a sus integrantes como personas «marginales, peligrosas y violentas».

El encuentro contó con la intervención sorpresa de Curro Albaicín, quien recordó que el flamenco es la expresión del «sufrimiento» de siglos del pueblo gitano, y se cerró con el broche musical del cantaor Kiki Morente con Pablo Fernández El Gato a la guitarra.