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José Pedraza en el popular comerdor de las jarras de la Ruta del Veleta. Pepe marín

«Estaba con la fregona, a punto de rendirme, y entró un tío con las botas muy grandes. Miré y era el rey»

José Pedraza | Cocinero y copropietario Ruta del Veleta ·

«Un día me dijo mi hermano: 'Pepe, déjate de cremas de afeitar que la caja no suena'. Aparqué la cocina de los aires y volví al soufflé a mano»

Quico Chirino

Granada

Domingo, 28 de marzo 2021

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El padre de José Pedraza tenía una huerta en la avenida de Cervantes y por las noches alimentaba a los ratones de la estación experimental ... del Zaidín. Le decían 'Caracol' y a Pepe se le quedó 'Caracolillo'. Un buen sobrenombre para un cantaor flamenco; incluso, para un torero –lo intentó, pero corría más que la becerra–. Cuando tenía 13 años, el cura don Pedro Manjón llamó a su padre: «Mira, el niño va a ser una eminencia, pero el niño no vale para esto». Dejó el Ave María de la Quinta y se puso a trabajar. Todas las mañanas salía desde de Huétor Vega y andaba hasta el mesón de la plaza Gamboa, de don Cristóbal Ubago García. Pepe Pedraza enerva nombres y cifras en pesetas que, si no son verdad, resultan creíbles. Porque lo que menos importa cuando habla es que todo lo que cuenta sea cierto –en esta entrevista de cinco horas no quedó claro si llegó a comprar a Miguel Indurain la bicicleta–. En aquella época, dentro de las bodegas había tenderetes donde vendían bocadillos y en los bares se hacían dos agujeros al corcho para beber el vino al caliche con una cañilla. Un buen día se cansó de fregar vasos y decidió que sería cocinero. Marbella, Ibiza, Canarias… Con los directores de los hoteles en las islas venía a los pueblos andaluces para ofrecer trabajo a los paisanos que estaban a dos velas. Allí se hizo un nombre y hasta a Abel Matute Torres le dijo un día que le hablara en español: «Yo manejo el ibicenco, pero no quiero». Se casó con otra emigrante –de La Puebla de Cazalla (Sevilla)– y cuando nació su hijo Marcos –otro gran cocinero– regresó a Granada y montó, junto a su inseparable hermano Miguel –de los dos, el que menos habla– la Ruta del Veleta. No tiene la estrella Michelin –ni falta que le hace– y el único galardón que le gustaría recibir es la Medalla del Trabajo. Un zagalillo que dormía en un cuarto con melones colgados de las vigas y papas debajo de la cama. Que cuando regresaba de Huétor soplaba en la acequia para apartar los mosquitos y beber agua. Pepe tiene 74 años y sus compañeros le dicen el 'Maestro'. Aunque algún que otro amigo aún le llame 'Caracolillo'.

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ideal «Estaba con la fregona, a punto de rendirme, y entró un tío con las botas muy grandes. Miré y era el rey»

José Pedraza, 'Ruta del Veleta': «Estaba con la fregona, a punto de rendirme, y entró un tío con las botas muy grandes. Miré y era el rey»