Un estudio de la Junta muestra que los niños de los colegios rurales tienen más nivel que el resto
Educación afirmaba que los cambios en estos centros se planteaban por el bajo rendimiento de los alumnos, pero un informe tacha de «excelentes» sus conocimientos
El 9 de enero, el entonces delegado de Educación, Antonio Jesús Castillo, explicó los cambios que la Consejería pretendía implantar en toda Andalucía en los ... colegios rurales. Y aseguró que la consejería que encabeza Javier Imbroda estaba analizando estos planes para hacer frente a la bajada de la natalidad, la pérdida de población de las zonas alejadas de la capital, y el menor rendimiento y la«peor calidad educativa» de los niños que estudian en estos centros. Pero un informe realizado por la propia Junta de Andalucía desmiente esta última afirmación, pues demuestra que los alumnos de los colegios públicos rurales, que incluyen las competencias de Infantil, Primaria y los dos primeros cursos de la ESO, tienen más nivel que el resto de menores.
El ya exdelegado de Educación, que dimitió hace dos semanas tras las protestas de la comunidad educativa por los cambios, indicó que la convivencia de alumnos de distintos cursos en el mismo aula y el hecho de que las clases de la ESO fueran impartidas por maestros de Primaria sin preparación en las especialidades de Secundaria dejaba en una situación de desventaja a estos estudiantes. Pero la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa, dependiente de la Consejería de Educación, demuestra en el estudio que se llevó a cabo en el curso escolar 2010-2011 que el rendimiento escolar del alumnado de las escuelas rurales es superior a los de los otros centros. En el análisis se pone de manifiesto que, en las pruebas de evaluación de diagnóstico que se realizan en Andalucía desde el 2006-2007 para conocer el nivel de los estudiantes de Primaria y Secundaria, los alumnos de los colegios rurales consiguen mejores puntuaciones en competencias como razonamiento matemático, comunicación lingüística o ciencias.
En la media andaluza
«Los resultados de los centros rurales se pueden considerar positivos, con puntuaciones muy igualadas y situadas por arriba de la media andaluza», explican los miembros de la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa sobre los datos obtenido en el curso 2008-2009. Las mejores calificaciones se dieron en las pruebas sobre comunicación lingüística, donde lograron 503,40 puntos en una escala en la que se establece la puntuación promedio del alumnado andaluz en 500 puntos. En el 2006-2007, los alumnos consiguieron superar casi en diez puntos la media andaluza en razonamiento matemático. El único año en el que los resultados no estuvieron por encima de la media, pero se mantuvieron en la misma línea que el resto de colegios, fue en el 2007.
Las puntuaciones mejoraron aún más en el último curso que estudia este análisis, el 2009-2010, cuando los alumnos tuvieron calificaciones «excelentes» al superar en más de 28 puntos a los demás escolares andaluces. La Consejería decidió eliminar en 2019 la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa, dedicada a realizar estas pruebas, por considerarla un «chiringuito político».
Para descubrir si los alumnos de segundo de la ESO de las escuelas rurales mantienen estas notas al trasladarse al instituto, el informe tiene en cuenta sus calificaciones cuando pasan a este nuevo centro. El estudio afirma que las notas suelen descender, pero que en materias como Ciencias de la naturaleza y Matemáticas, sus conocimientos siguen siendo superiores a la del resto de alumnos.
Los creadores de este análisis afirman que estos colegios rurales favorecen el arraigo social a estos pueblos y permiten que los niños tengan más tiempo de juego y descanso al no tener que desplazarse a otro pueblo para acudir al instituto. Además, aseguran que los colegios rurales permiten a los docentes desarrollar una actividad individualizada y adaptada para cada alumno.
Situación de «alegalidad»
La aparición de este tipo de centros comenzó en Andalucía en 1988 con el fin de llegar a zonas que carecían de servicios educativos. El ya exdelegado de Educación explicó el 9 de enero que la Consejería había propuesto cambiar la situación de los 51 escuelas que imparten los dos primeros años de ESO «cuanto antes» por la «alegalidad» que suponía mantener estos colegios que debían haber desaparecido cuando llegó la Logse, en los años 90. Una situación que negó el pasado lunes, 18 días después de las palabras de Castillo, la viceconsejera, María del Carmen Castillo, que indicó que la existencia de estos colegios no es ilegal, pero que no tiene una normativa específica.
La existencia y la regulación de estos centros se incluye en el BOJA del 16 de julio de 2010, donde se explica: «Los colegios de educación primaria y de educación infantil y primaria autorizados a impartir los dos primeros cursos de la educación secundaria podrán ser adscritos por la Consejería competente en materia de educación a un instituto de educación secundaria, a fin de garantizar un adecuada coordinación académica entre ambos centros». Además, indica que estos lugares tendrán que contar con un coordinador de los dos primeros años de la ESO que colabore con la jefatura de estudios del instituto al que el colegio esté adscrito para dar información sobre las medidas de atención a la diversidad. «Los departamentos de coordinación didáctica del instituto de educación secundaria al que se encuentren adscritos incluirán en su programación las enseñanzas correspondientes a los dos primeros cursos de Secundaria», añaden. Además, relatan que el profesorado que imparta estos cursos de la ESO en los colegios asistirá a las reuniones de coordinación del instituto para mantener la interrelación entre centros educativos.
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